Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]

Extra Daniel

¡Hola! Este extra lo escribí pensando en que conozcan un poco más a Daniel. Es de mis personajes favoritos, espero les guste.

(El extra está ambientado años atrás)

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DANIEL
(15 años)

Camino con sigilo por la mansión, aunque sé que sé que mi ruido se perderá en la inmensidad de este lugar, prefiero no ser notado. Padre ha llegado temprano y escucho su voz, cuando normalmente el suele ser silencioso.

Padre siempre ha sido como un fantasma. Un día le pregunté porque no hablaba, su respuesta fue que hacerlo significaba herirme, así que prefirió callar «Ojalá se diera cuenta que él no hablarme me lastima aún más».

Doy pasos por el largo pasillo que conduce a las escaleras en forma de caracol que llevan al gran salón en el primer piso. Todo el pasillo está decorado con imágenes de mis ancestros, los líderes del ala oeste. Se remonta a años y la imagen del abuelo Oskar es la más reciente.

Los Brave estamos divididos en alas y a nosotros nos tocó la del Oeste, ubicada en Noruega. Oskar, mi abuelo, es el líder actual, pero tendrá que elegir pronto a su heredero. Las opciones no son nada buenas, pero prefiero que sea la tía Lili la que lidere, ella al menos no es mi padre o tío.

La tía Lili es más cariñosa y comprensiva sin dejar de lado su braveza. Padre es un buen Brave, pero su nula capacidad de hablar lo hace un líder cuestionable. Y por supuesto que mi tío Pietro no es una opción, ese hombre es el diablo reencarnado.

Sigo adelante y bajo a la primera planta. Con cuidado me acerco al salón de invitados, ocultándome tras una pared observó que es lo que está sucediendo. Me sorprendo cuando no veo a padre solo, él está hablando por celular mientras en uno de los sofás blancos de cuero está sentada una niña.

Es menuda y parece eternamente desconsolada. Su cabello casi blanco cae por toda su espalda, su rostro es tan claro como la porcelana y si no estuviera un poco hinchado y rojo alrededor de los ojos, aseguraría que hay una muñeca en el salón.

Trató de no hacerme notar, pero la niña se percata muy rápido de mi presencia. Sus ojos azules griseaso se posan sobre mí y el pánico la invade por completo. Pienso que gritara, pero se limita a bajar del sofá y correr a esconderse detrás de un mueble.

Es tan pequeña que casi no se ve, de no ser porque su hermoso cabello la delata. Padre se percata de que la niña se ha movido de su lugar y va por ella, se agacha a su altura y le toma la mano con delicadeza.

—Estas a salvo pequeña ¿Por qué te escondes? —la niña se aleja de él mientras mantiene su mirada sobre mi—. Dime que te asusta y lo espantare —padre le habla con una delicadeza que jamás uso en mí.

—Alguien nos está observando —me señala con un dedo tembloroso.

Padre rápidamente se da la vuelta y me observa con enojo, como si acaso yo fuera adivino y supiera que debo hacer.

—Sal de ahí, Daniel. Pareces un puto espectro —me regaña y no me queda de otra que entrar en el salón. La niña se aferra a papá y me duele cuando él la rodea de manera protectora.

«¿Por qué es así con una desconocida?» Conmigo nunca ha sido así.

—Lo lamento —me disculpo, quedándome en el centro de la habitación a la expectativa de lo que sucederá a continuación.

—Estas a salvo pequeña, él no es de temer —le habla con dulzura, mientras intenta que deje de estar oculta tras de él—. Él es Daniel, mi hijo —no pasó por alto la dificultad en su voz para referirse a mi como su hijo.