Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]

05. Gabriel

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GABRIEL

Todo es más fácil cuando no tienes preocupaciones, intereses o responsabilidades, si claro, pero nada de eso es peor que tener que cuidarle el trasero a una rubia molesta. Hice un maldito favor y terminé con un cuchillo enterrado en mi abdomen.

Mi nombre es Gabriel, soy un ex resiliente que pronto sería ascendido a General, pero lo abandone todo cuando encontré algo más interesante que hacer.

Hace unos meses mientras entrenaba con mis hombres apareció el híbrido con la propuesta ilusa de formar parte de su equipo para el "Juego". La idea me sonaba totalmente ridícula, pero se veía tan convencido de lo que proponía que incendio mi curiosidad.

La vida de un iluminado es simple: Naces y te conviertes en un guerrero, por último, mueres. No hay nada más para los que nacen con mi posición. He vivido veinte y dos años vacío, tal vez no fue así hasta que mis padres desaparecieron cuando tenía tres años, pero no lo recuerdo.

Salí de mi paralelo y vine a este lugar hace unos días. Decidí ver a la destructora de mundos. Pensé en todas las posibilidades que tenía de conocerla, él como un ser de tal magnitud luciría, pero la realidad me golpeó con fuerza cuando note que apenas y es una joven con ojos bonitos.

Pensé en regresar por donde vine. No me cabía en la cabeza arriesgar mi vida por una joven, pero entonces cuando estaba a punto de irme una sensación me lleno por completo, sentí que una soga invisible me arrastraba contra el cuerpo de alguien más, me atraía de una manera irresistible.

Me he sentido atraído por muchas personas, he entrado en sus mentes y me he alimentado de sus recuerdos. Siempre controlé el con quien lo hacía, nunca me sentí obligado a adentrarme en una mente, pero lo que me sucedió con la rubia que está a mi lado es indescriptible.

Se que podría entrar en su cabeza y alimentarme de lo que alberga allí. Pero mi instinto me grita que una vez que lo haga no parare.

Ahora conducía a toda velocidad el auto para llegar a mi destino una gran isla donde está ubicado uno de los campos de entretenimiento que prometió el híbrido. En el puerto me estaría esperando la hermana del híbrido para llegar a nuestro destino con la rubia que de vez en cuando hablaba, pero solo para preguntar cosas.

«Me estresa que pregunte tanto».

—¿Por qué iremos allí? —tenía tantas preguntas y ninguna se la guardada, estaba tan harto que pensé en meterme en su cabeza y dejarla muda, pero mi instinto me mantuvo a raya.

No le contesté y ella pareció rendirse, se dio la vuelta y se quedó viendo por la ventana del auto. Su postura se mantuvo rígida, como si estuviera preparada para defenderse en cualquier momento. No la llamaría paranoica puesto que estar al lado de un ser como yo implica peligro.

Soy un iluminado, vivía en Diaxys «Donde siempre es de día». los de mi especie han sido tan grandiosos que se volvieron el miedo de muchos. Puedo destripar cuerpos tan fácil como cortar una manzana, pero eso no es a lo que le temen. Mis dones son los que han arrodillado a los grandes, soy un telepate, puedo entrar en las cabezas y volverlas todo un caos, destruirlas, modificarlas o dejarlas en blanco. A eso le tienen miedo.

De todo eso es que ella se debe proteger.

Tuve que detener el auto a media carretera cuando el combustible estaba por agotarse. Vengo preparado para todo así que me di la vuelta yendo hacia los asientos traseros donde había colocado el galón de gasolina, al tenerlo en mis manos salí del auto y empecé a llenar.