Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]

11. Mila

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MILA

Me levante apenas el sol pego contra mi ventana. Esta habitación está vacía, sin una sola cosa mía ya que todo se quedó en la mansión, pero se siente incluso mucho mejor.

No conozco a ninguna de las personas en este lugar a excepción de Bell y aun así me siento más segura que cuando vivía en esa mansión.

La habitación es el doble de grande que la que tenía antes, tiene una cama doble, un gran ventanal que da hacia la pista de entrenamientos y además tengo un closet gigante, vacío «Por supuesto». Estoy en ropa interior porque me negué a dormir con esa ropa sucia, pero no sé cómo haré para conseguir más ropa.

De todos modos, la razón por la que me levante temprano es para ir a buscar a Bell, necesito disculparme y aclaremos las cosas. No me importa ni un poco lo que ella sea, es mi amiga y si no quiere estar aquí, haré lo que sea para que se pueda ir sana y salva.

Salí de mi habitación después de ponerme la ropa sucia y me cruce hasta su cuarto que agradezco este a mi lado. Cuando trate de entrar sin golear note que la puerta está cerrada con llave, golpee y la llame:

—Bell, soy Mila. Por favor, déjame entrar. Necesitamos hablar —no suplicó desde los diez años y ahora lo estoy haciendo. Vale la pena volver a suplicar por ella.

—Entra —Bell se asomo por la puerta con cuidado y me partió el alma verla tan a la defensiva. Ella siempre me dejo su ventana abriera para que entrará cuando quisiera, y ahora se encierra con mucha seguridad.

No sé qué le sucedió con exactitud, pero ahora que veo sus cicatrices sé que debió ser algo horrible y traumático. Mi amiga siempre fue lo contrario a mi: alegre, positiva, agradable y sobre todo confiada. Ahora parece que está en alerta máxima.

—Son horribles ¿Verdad? —me pregunto con voz asustadiza cuando me quede viéndolas—. Son las marcas que me recordarán lo que soy.

—¿Qué? ¿Fuerte y poderosa? Por supuesto que lo eres —esta vez yo debo ser la positiva, tengo que estar para mi amiga.

—No, una asesina sádica —me respondió con vergüenza cerrando la puerta tras ella.

—¿Y? Qué se joda el mundo, que sepan que eres malvada y terrible para que así no se atrevan a volver a meterse contigo —la anime. Bell no debería sentirse culpable por asesinar a esos Grosverno, ellos la buscaron a ella, la lastimaron. Bell solo les devolvió el favor.

—Quisiera pensar así, pero nunca había lastimado nada, ni siquiera fui capaz de asesinar una araña, y ahora esto...

—No prometo que vayas a superar lo que hiciste rápido, la primera vez siempre la recordarás. Pero entonces llegará un día en el que solo se convertirá un recuerdo, y cuando pienses porque lo hiciste tu propia mente lo recordará, te estabas defendiendo.

—Lamento que estés pasando por lo mismo —se disculpó como si ella tuviera la culpa de lo que hice.

—No, Bell por mucho tiempo te he ocultado mi verdad. Pero no es la primera vez que asesino, he sido asesina desde que tuve la fuerza para hacerlo. También me tomo tiempo superar la culpa, pero como te dije antes, ahora solo recuerdo que lo hice para defenderme.

—¿Cómo es que llegaste a todo eso? Nunca me di cuenta de lo que pasabas, dejé que te hicieran esas cosas —las lágrimas empezaron a llenar sus bonitos ojos violeta y rápido me apresure a explicar que no es su culpa.

—Nada de lo que me sucedió es tu culpa. Siempre lo oculte bien y mírame en realidad estoy completamente bien —mentí un poco—. Ellos no me rompieron Bell, solo forjaron lo que soy ahora.