45. Lucille & Lucien

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LUCILLE

Nunca deje que los demás vieran mi dolor.

Soy fría.

Sería.

Fuerte como una roca.

Pero en este momento soy un mar de dolor y lágrimas. Estoy tirada en el suelo sosteniendo a Vad sobre mis piernas mientras hago todo lo posible porque no se desangre.

Han pasado diez minutos desde que un cuchillo atravesó a Vad. El hermano de Gabriel destrozo a quien lo hizo, pero eso no ayudó en nada a Vad. Él no es como yo y aunque mi tío le quito el dolor absorbiéndolo, eso no evita el hecho de que está muriendo.

—Resiste, por favor, resiste —yo nunca le había rogado a nadie, ni siquiera cuando me torturaron hace tantos años y, sin embargo, aquí estoy, tirada en el suelo suplicándole a mi primer amigo que no muera.

Todos mis escudos mentales, las barreras que cree para que nadie supiera que siento se cayeron en el momento que vi a Vad ser atravesado por ese cuchillo. Observé a mi tío por el rabillo del ojo y supe que él sabía exactamente lo que estoy sintiendo.

Un dolor tan profundo que me preguntó cómo es que no he caído. Siento como si algo se desgarrara dentro de mí, mi dolor es tan puro que siento como si estuviera muriendo al igual que él.

No sé en qué momento sucedió, solo sé que si Vad muere una parte de mi lo hará con él. Es como si me estuvieran robando una parte de mí que no sabía que me pertenecía ¿Alguna vez han oído hablar sobre las leyendas de compañeros, gente unida por el destino, almas gemelas que no podrían vivir el uno sin el otro? Exactamente así me siento en este momento.

Bell esta tirada en el suelo pensando que hacer, no tenemos como curarlo y no hay forma de llevarlo a un hospital sin que muera en el camino.

Yionne había vuelto corriendo a las camionetas tratando de hallar un botiquín o algo para salvarlo, ella es nuestra única esperanza.

—Me duele —Vad me habló—. Pero no tanto como para desear que ese cuchillo te hubiera atravesado a ti.

—¡Cállate! —trate de gritarle como siempre lo hacía, pero se escuchó más como un lloriqueo.

—Nunca pensé que te vería llorando ¿Acaso te cayó de mi sangre en los ojos y eso te ha hecho llorar? —Vad se rio «Incluso muriendo no deja de ser él». Le gruñó con los ojos empañados, tan mala había sido con él que no me creía capaz de sentir, lo entiendo.

Los demás se mantuvieron lejos del cuerpo de Vad, no había más que hacer y no querían que él los viera llorar. Los únicos cerca de él somos mi tío y yo.

—No soy un ser insensible, Vad, me está doliendo verte a sí —me sincere con él—. Me está doliendo una mierda ver como alguien que no merece nada malo le está sucediendo esto. No debiste meterte en mi destino, tú tienes mucho por qué vivir, yo no.

—No digas eso Temnyy svet —Vad extendió su mano tocando mis manos enguantadas—. No tengo nada porque vivir, no si mi mejor amiga no está.

Nunca había notado hasta ahora que cada día que pasé con él empecé a formar un vínculo. No le debí permitir estar cerca de mí, volverse alguien importante, convertirse en mi único y mejor amigo. Ahora él está muriendo por mi culpa.

—Soy una pésima amiga.

—Sí, eso es verdad —mis labios temblaron cuando Vad acercó su fría mano a mi rostro—. Deja que todos estén a mi lado, quiero verlos a todos antes de irme.

Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora