A UN día de enterarse de la noticia, Nikolay continuaba sin poder creerlo. El resto de la tarde, y durante la noche entera, no pudo dejar de pensar en todo lo que había pasado, buscando desmentir a A; pero no lo consiguió. Sudaba frío al reconocer que cada aspecto encajaba como engranes dentro de un reloj.
Sin embargo, si era verdad, ¿porqué la ODM quería matarlo? Hasta el momento no había hecho sino obedecer a sus mandatos; ataca a estos, rescata a aquellos, sube aquí, baja allá. ¿En qué había fallado para ser considerado un traidor y una amenaza digna de ser eliminada?
Dagoberth tampoco era así, ni Katrina; aunque ninguno era tan eficaz como Derman, el soldado perfecto.
Pero si era mentira, ¿cómo se relacionaba Primval? Qué él los enviara y quisiera matarlos no podía ser sólo coincidencia.
—Épsilon, la hora por favor —pidió saber, en la oscuridad de la barraca.
—4:34 —contestó la IA.
La trompeta sonaba hasta las 5:00. No eran trompetas de verdad, sino un despertador programado que hacía sonar un timbrar en cada barraca para que los elementos se levantarán y efectuaran el cambio de turno.
De modo que Nikolay optó por levantarse e irse a la ducha para empezar su día de una vez. Le había solicitado a Chagnut participar en cualquier cosa que A tuviera planeada, con la esperanza de encontrar respuestas a tantas preguntas que perforaban su cabeza; y su presencia podría ser solicitada en cualquier momento.
Entró al cuarto del baño se quitó la ropa, y a Épsilon, y los dejó sobre una repisa, lejos de la regadera. Tomó el jabón, el shampoo y se encaminó a la llave del agua.
Mientras el chisguete caía sobre su cabeza, escuchó un par de pasos resonar en las baldosas; era Carlton, que llegaba con su toalla.
—Buenos días, Nikolay —lo saludó—. Te ves fatal.
—¿Qué haces despierto a ésta hora? Aún es muy temprano —respondió éste.
—Sólo a ésta hora encuentro las duchas vacías; o eso me sugirió Shawn —contestó el rubio, sonrojándose.
—Entiendo, la primeras veces a mí también me dió pena; pero eso se quita con el tiempo. Cuando entré al Thunderdome por primera vez, y vi como era matar a alguien, o lo más parecido a ello, entendí que el ser visto desnudo no es nada en comparación —dijo Nikolay.
»Puedo preguntar ¿porqué entraste aquí? No pareces encajar con el perfil de un guerrillero.
—Más por obligación que por gusto. Al morir mi padre, mamá me dijo que yo tendría que mantenerla a ella y a mis hermanas por ser el único hombre; ella recibía ayuda de los Saigos así que pensó que si entraba, recibiría más a forma de pago —contestó Carlton.
»Y terminé aquí. Pero es por mi familia, así que está bien.
—Eso es lo que hizo el feminismo, una generación de hombres oprimidos —rió Nikolay.
Durante cinco minutos más, siguieron conversando. Nikolay sabía que eso era primordial para que Carlton sintiera confianza y eliminara ese miedo al "exhibicionismo" público, además que era bueno saber algo de la vida de tus compañeros; la comunicación fortalecía los lazos entre ellos, haciendo más fácil cumplir con el único mandamiento en un equipo: «Cuidas mi espalda y yo la tuya».
Cuando terminaron, ambos se vistieron y abandonaron la barraca; cuando el resto apenas despertaba con el chillar del despertador, ellos iban de salida.
En tanto caminaban frente a los Hunter, en el patio exterior de la base, una voz a lo lejos les llamó, deteniéndolos; era Shawn que, desnudo del torso, saltaba en un píe, en tanto calzaba el otro.
—¿Qué hacen? —preguntó, terminando de vestirse con la playera.
—Nada, sólo caminábamos hasta la hora del almuerzo —contestó Carlton. Nikolay prefirió no hablar.
»Todavía no tenemos una misión asignada.
—¿Les molesta si los acompaño? —inquirió el pelirrojo. Ninguno tuvo inconveniente.
»Nikolay, quería disculparme por mi comportamiento de ayer; el prejuicio respecto a la UAN y a la ODM me sobrepasó.
»No debí ser tan... Descortés; descuida, aprendí mi lección.
—Entiendo, no es fácil cambiar de un día para otro lo que uno creé; el prejuicio pesa más que el acero —dijo el castaño, que de mano propia sabía lo complicado que era.
Descubrió que los Saigos no eran los monstruos que pensó y que, probablemente, la ODM no fuera tan honorable y leal como creía. Nada era lo que parecía a simple vista.
—¿Se enteraron de la pérdida de Larpa? Eso no traerá sino problemas.
»Ayer todos estaban como locos, muchos se ofrecieron a ir en apoyo, pero no se pudo contactar con Chagnut —contó Shawn, cambiando de tema.
—Se supone que Howard tenía que tomar las decisiones; por eso es la encargada —declaró Nikolay, que entendía el concepto de declinar responsabilidades.
—No pienso que eso hubiera servido de mucho. Yo escuché que todo fue muy rápido, que no dieron tiempo de nada.
»Fue un ataque muy bien coordinado —agregó Carlton.
—Supongo que Chagnut ya planea una respuesta contundente; apuesto que nos enviará a recuperar Larpa —dijo Shawn.
Sonó el llamado al primer desayuno, en punto de las 5:45 am, mas se vio interrumpido por un anuncio que solicitaba la presencia inmediata de Nikolay en Control.
»¿Otra vez? ¿Pues qué baile le hiciste a Chagnut? —se burló Shawn.
—Supongo que necesita de mi habilidad en la programación y hackeo —respondió Nikolay, escondiendo el verdadero motivo. Sabía que tenía algo que ver con A.
El castaño se despidió y se desvió al centro de operaciones, unos metros más al frente, con rumbo directo al ascensor. Tenía que admitir que la logística del lugar era perfecta, y peligrosa a la vez; se podía llegar fácil a cualquier lugar, lo que supondría una desventaja durante un asedio.
Bajó hasta el último nivel y entró en la oficina; fue que miró a Martinillo, recogiendo varios discos y documentos del suelo.
Sin esperar una solicitud formal de ayuda, se tomó unos minutos más para ayudarlo a levantar los archivos.
—No es necesario, yo puedo hacerlo solo —dijo Martinillo, lucía nervioso; hasta asustado.
—No hay problema, Chagnut puede esperar —contestó Nikolay, poniéndose en cuclillas y recogiendo los papeles.
—Gracias. Estaba reclasificando éstos archivos de misión cuando el señor Chagnut entró gritando; me asustó y tiré los papeles —explicó el joven de lentes.
»Luego entró Layne y Howard, pero nadie me ayudó; eso no se da mucho por aquí.
—Qué puedo decir, soy diferente —contestó el castaño.
—Lo sé, leí tu expediente. Dice que eres desertor de la ODM, ¿es cierto? Es que yo también vengo de Ancina —rió Martinillo.
—No puedo hablar de eso, no es bien visto por aquí.
—Entiendo.
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JUEGOS DE GUERRA: REBELIÓN.
Science FictionNikolay es un chico que ha pasado toda la vida siguiendo los pasos de su hermano mayor, incluso después de que éste fuera asesinado en un atentado orquestado por un grupo de insurgentes rebeldes. Como militar ha jurado proteger la paz y el biene...