Intransigente. © [YOONSEOK.]

Avanzando

La primera negociación de Yoongi deja como resultado que se aumente la suma a la billetera empresarial y que los negocios relacionados que asumió después también vayan por buen camino, ganando un poco de respeto por parte de la junta quien no ha visto una sola pérdida desde su mando, sin embargo poca es la confianza que le tienen, lo cual poco le importa pues ha logrado sacar adelante una empresa que tenía consigo otras mañas y otros negocios en el manejo.

Y sobre todo, a encontrado a este ser interesante que hace su vida más colorida.

—Me haces desearte a cada momento—tiene los dedos metidos en el precioso culo de su asistente mientras está recostado en el sofá, con él sobre su regazo, y lo prepara para follarselo como casi cada noche lo hace.—Me vuelves loco.

Hoseok no está mejor, con las mejillas calientes y deseando ser sometido una vez más por ese hombre que últimamente hace con él lo que desea pues además de ser exelentes compañeros en lo laboral son amantes exaltantes que se prenden en llamas cada que hacen el amor en ese lugar.

—Llévame a casa, quiero ver las estrellas..—pide bajito, y le vuelve loco.

Es tan dulce, tan delicado, que Yoongi se encuentra poseído por el placer de follarselo de la mejor manera, llevándole a alcanzar placer en niveles que el chiquillo solloce pidiendo más, con las uñas clavadas en su espalda y esos labios finos gimiendo por más, aún cuando se le penetra con demasiada profundidad, y es que Min sabe dónde tocar, sabe cómo actuar y sabe perfectamente que le gusta y que le motiva a moverse mejor.

El chico acaba dos veces antes de que Yoongi le alcance, y una vez más se quedan en silencio, con la bruma de la ciudad bajo ellos, siendo los únicos en el edificio y aún así alcanzando tanta paz.

—Te odio..—sonríe, apoyándose en su pecho, sintiendo el día tan cansado que tuvieron, encima.

—Deberíamos irnos. Es tarde—el pálido le besa tiernamente antes de ayudarle a vestirse para salir de la oficina pues pasan de las diez y ellos aún están ahí.

Y no saben en que momento ha sucedido esta relación llena de placer y conexión que los aborda pero son lo suficientemente inteligentes para disfrutar de ella antes de descubrir los problemas que puede traer consigo, y aceptan que maldita sea, no la pasan mal como para querer renunciar a tenerla.

—Me gusta que florezcan en las vallas, se ven preciosas —el menor además no pierde su dulzura y habla de mil y un asuntos mientras están juntos, llendo en el auto, logrando que se relaje aunque su relación sea peligrosa.

—Pero requieren mucho cuidado.

Están hablando del jardín mientras Yoongi lo lleva a su apartamento pues hace bastantes días Hoseok no conduce, acostumbrado a que su jefe le lleve y traiga de la oficina, quedándose juntos un par de veces a alguna de las dos casas, y cada vez la situación avanza más como si fuese una historia destinada a juntar sus destinos pero que irremediablemente tendrá un final que solo deben saber esperar, y mientras tanto pueden disfrutar lo que la razón les permita, sin quemarse con el fuego intenso que entre ambos logran crear.

🍷🍷🍷

Han pasado ya dos meses desde la llegada de Min Yoongi a Seúl, y aunque este rechazó hacer una fiesta de bienvenida porque sabía que nadie lo quería ahí, en esta ocasión tiene que ceder a asistir a una ceremonia en nombre de las asociaciones de empresarios de la ciudad, siendo un evento público del cual no se puede librar, porque bueno, es la imagen de la empresa y no solo tiene que acudir a reuniones y sindicatos, sino a mierdas como estas, de las cual no puede escapar.

Sin embargo desde que su asistente se lo recordó en la mañana no ha podido evitar darle vueltas al asunto, deseando no asistir solo, y pensando si sería buena idea pedirle que vaya con él, no creyendo que haya problema ya que después de todo es su mano derecha y todos los allegados a la empresa saben que además es un ejecutivo importante para Min Enterprise. Además solo de imaginarlo en un bonito traje de marca internacional le pone caliente pues el maldito mocoso es como un hada que brilla con luz propia y trastorna la mente del desdichado que ponga los ojos sobre él.

Por ello le llama que venga a la oficina, pretendiendo ser breve porque sabe que el pequeño está ocupado resolviendo algunos asuntos que solo están en su poder, pero no evita mirarlo a esos bonitos ojos como las perlas que siempre le observan atentos y esperan una respuesta de lo que sea que le dirá esta vez.

—Solo quería decirte que reserves tu noche del veinticinco porque irás conmigo al evento de la asociación—ordena serio, sabiendo que no se negará, que de hecho lo que más le gusta es que siempre obedece, fuera y dentro de la sexual.

Sin embargo parece que ahora no entiende.

—¿Yo? ¿Pero, por qué?—no es que no quiera, solo que no son eventos a los que estén acostumbrado a asistir, sin embargo Yoongi cree que es momento de cambiar eso y además.. quiere un poco de su compañía en el lugar, debe admitir.

Suspira, prosiguiendo a explicarle con serenidad, con su voz siempre fría y pareciendo ajena a la realidad.

—Porque eres un ejecutivo importante, Jung—a sonado duro, pero no lo puede evitar, ya que odia que no vea lo poderoso que es en ese lugar.—Manejas la mayoría de asuntos importantes en Min Enterprise, y eres mi mano derecha, ¿Por qué no te llevaría conmigo?.

Las mejillas del pequeño Hoseok se sonrosan, mientras una bonita sonrisa se desliza sobre sus labios, antes de contestar.

—Bueno.. siempre puedo comprar algo nuevo que ponerme y acompañarte.

Yoongi también le sonríe satisfecho, sabiendo que ya lo tiene consigo así que pronto le pide que se acerque a darle un beso que le sabe a gloria y fresas con miel.

—Ponte tu abrigo negro porque me encanta como resalta ese color en tí—el pequeño apenas asiente, sentado sobre su regazo, quizá cayendo demasiado rápido por ese hombre que le vuelve loco, y le hace olvidar que está en su lugar de trabajo cada que le toca, pues se está acostumbrando a estos extraños encuentros que algún día lo matarán.

—Hago lo que me pidas si continúas así.

Porque no sabe que hará cuando sea momento de acabar con ese trato del que ya se ha logrado enganchar.

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