Intransigente. © [YOONSEOK.]

¿Es premio o castigo?.

Finalmente por la noche terminan cenando en la mansión, con Hoseok demasiado pegado a él, compensando los malos ratos de ayer, habiendo llamado a Taehyung para excusarse con que arregló todo con su jefe, y que más adelante le contará porque aceptó pasar la noche con él, hasta subir juntos a la habitación donde Yoongi no planea dejarlo descansar a pesar de lo que han vivido, deseando compensar a ambos el mal rato, con la única herramienta que por ahora posee para amarrarlo.

El sexo.

—Ahora bien, escucha algo—lo asecha hasta tomar en sus manos su cuello, y acercarlo hasta que sus alientos se mezclan.—No soy rencoroso pero debo castigarte, ángel—susurra sobre sus labios, antes de besarlo con violencia, metiéndole la lengua dentro, y tentando despacio esa cordura que posee, buscado tener un poco de sexo de reconciliación después de lo que pasó.

Y Hoseok está encantado, inmediatamente llevando las manos a su cadera, para acercarlo más a su cuerpo, disfrutando la violencia con la que le besa, sintiendo como es duro al dominarlo, pero sin hacerle daño, sino llevándole al límite del placer humano.

Pronto le saca la camisa, y pasa a besarle el pecho, llenando de marcas su torso firme, mientras baja lamiendo desde sus rosados pezones hasta llegar a su ombligo, dónde se entretiene un momento mientras le desabrocha el cinturón y le baja los pantalones, junto a la ropa interior, pasando ahora a besar su v marcada, hasta finalmente posar los labios en su creciente erección que ya late excitado, poniéndose dura para él.

Sin embargo los planes de Yoongi son otros porque pone pausa a la sucia mamada que le daba, y le ordena que se ponga de rodillas, sometiéndolo sin necesidad de tocarlo, pues lo tiene ya tan caliente que, el chico pronto obedece, cayendo de rodillas al piso de la habitación sin perder ni un segundo.

Entonces la imagen es demasiado para el mayor quien le observa desnudo, con la piel sonrosada, demasiado hipersensible, con varios sonrosos cubriendo su cuerpo. Desde su cuello marcado por leves chupetones, hasta las rodillas por estar contra el piso, y joder con ese bonito pene erecto, casi suplicando que lo toque.

Es perfecto, y solo suyo.

—Mírame—le ordena, y Hoseok pronto lo ve quitarse el cinturón, tragando grueso porque sabe lo que le hará.

Claro que lo sabe.

Así que aguarda, todo mientras el mayor da varios pasos a su alrededor, admirando desde distintos ángulos como se ve, aún con el cinturón en la mano, y su porte serio, capaz de intimidar a cualquier mortal, poniéndolo más caliente de lo que debería.

Hasta que por fin alza la mano, estando tras él, y deja caer el golpe en su precioso trasero, tan suave y tan duro a la vez que la sensación es excitante. Deja cosquillas en su piel que pronto arde, y una electrizante conexión le recorre la columna mientras cierra los ojos y gime disfrutando el placer tan sombrío y intenso que le proporciona. Luego, siente la respiración acelerada cuando de nuevo Yoongi deja caer otro azote, ahora en su nalga contraria, haciéndolo gemir suave, mientras sin pedir permiso lleva su pequeña mano a su miembro y lo masturba esperando el siguiente golpe.

—Descarado—Yoongi gruñe, dándole lo que desea, siendo el dolor apenas soportable porque el cinturón es de cuero y cae en su piel con tanta fuerza que lo tiene casi sollozando pero de placer.

Es delicioso, Hoseok se inclina un poco, abriéndose de piernas mientras acelera el ritmo de su mano sobre su caliente erección, ganándose otro golpe que le hace sollozar y pedir por más, para al final ser cinco en total, y ganar además que el mayor se agache a su altura y ahí mismo en el piso se lo folle con violencia, haciéndolo gritar de placer, y sometiéndolo contra la alfombra cuál animal que no razona.

Es sexo caliente y sucio, con besos dulces y gimoteos agónicos, junto a caricias obscenas y susurros quedos.

Las embestidas son duras y profundas.

Es llegar al orgasmo junto al hombre que hace que pierdas la cabeza en cuestión de segundos, es Yoongi venerándolo toda la vida, dándole placer a cada hora pues sabe que es insaciable y siempre suplica por más aún cuando se han visto el día anterior, aún cuando toma todo de él y lo destruye con cada beso.

Es pasión junto a la locura más bonita de Corea, y es una agonizante estrella, haciendo luminiscencia en su piel, para escribir su historia.

Es simplemente el comienzo de una vida atada con el más fuerte lazo de lujuria, y una pisca de un creciente sentimiento.

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