Hoseok entra inmediatamente a la oficina, habiendo escuchado como es usual a su jefe gritar, sin embargo le sorprende que, haya sido contra el abogado Kim, con quién hasta ahora no había tenido inconvenientes, lo cual le causa curiosidad, y también le sorprende pues hace minutos los dejó bien, y casi acabando la reunión, por lo que no comprende que pudo pasar como para que hayan terminando así.
Se lo encuentra con la mirada fija en un punto, totalmente furioso, con las cejas fruncidas y con una aura sombría alrededor, lo cual no va mentir: le hace temer, no obstante se obliga a avanzar y acercarse a él, intentando entender que es lo que pasó.
—¿Qué sucede, Yoon?—se sienta en su regazo, demasiado cómodo con estar así de cerca después del tiempo juntos y porque además al empresario no le molesta y siempre le recibe con agrado.—Vi salir a Namjoon molesto y apenas se despidió de mí, además le gritaste.
Yoongi le pone las manos en la cintura, acercándolo más a su cuerpo, agradecido de tenerlo tan cerca en un momento tan desagradable como el que vivió, solo dándose cuenta de que el chiquillo es su único aleado, pues está rodeado de ratas que solo son el enemigo, o eso cree después de como Namjoon le habló.
—Ese idiota simplemente habla de más—da como única explicación, pero Hoseok desea saber más.
—Venga, tiene que haber más. Namjoon hyung es alguien muy calmado, y atento.
A Yoongi se le sube más la rabia a la cabeza, si es posible.
—Si tanto le quieres puedes ir tras él—gruñe, haciéndolo reír, ya bastantes acostumbrado a ese agrio carácter aunque no comprende a que viene tal rechazo hacia el señor Kim.
—Deja de tonterías y cuéntame—con una de sus pequeñas manos le acaricia el cabello, acercándose después a besar sus labios.—Cuéntame señor Min.
Este al fin sonríe, dejando pasar el momento horrible, y enfocándose en el pequeño ángel en su regazo, quien sin saberlo es el responsable de tal disputa, y solo lamenta haber sido tan idiota para dejarlo siendo objeto de chismes que espera no se rieguen en el edificio porque afectarían la increíble imagen que tanto esfuerzo Hoseok día a día construye.
—No es nada, ángel—se deja besar, jodidamente drogado de él.—Ya sabes cómo pierdo la paciencia con idiotas que no hacen bien su trabajo.
Eso no se lo va negar.
—Pero el señor Kim es muy competente.
Niega, no dispuesto a que malgaste su energía con ese imbécil.
—Créeme, el único totalmente competente en esta empresa eres tú. Ni siquiera yo.
Y le besa intensamente, como dos adolescentes, para que olvide que su secreto ha sido descubierto, prometiendo que hará lo posible por buscar una solución que no le dañe pues él no tiene la culpa de nada de lo que pasó, y no va permitir que nadie manche su nombre cuando es el único que realmente vale la pena en esa maldita ciudad.
Solo que aún tiene que descubrir como lo hará, y de que manera lograr que el pequeño no se altere.
—Olvida esto y volamos a trabajar..
🍷🍷🍷
Más tarde Yoongi está riendo a carcajadas mientras conversan sobre alguna tontería que ocurrió en el edificio, pues Hoseok le cuenta todo de lo que se da cuenta, ambos cenando en un restaurante bonito en el centro de Seúl, siendo capaces de sacar de la oficina su increíble conexión, sobre todo porque el mayor no desea que su chiquillo se sienta como un puto que se folla y desecha en esas cuatro paredes aún cuando su relación es solo sexo y ninguno ha hablado de compromisos o puesto alguna etiqueta a lo que viven.
Además es intrigante la manera en que Hoseok es el único en ponerlo quieto, logrando calmar su enojo, y sosegarlo aún cuando el mayor está muy molesto por cualquier motivo, y como es aún más fácil reír a cada momento, logrando sentirse bienvenido en esa ciudad que lo vio nacer y en la que todavía se tiene que acostumbrar a estar.
Y puede decir a menos que, no le importa quedarse cuando es él a quien puede llamar hogar.
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Intransigente. © [YOONSEOK.]
FanfictionDonde Yoongi hereda una de las mayores empresas en Seúl, y Hoseok es el único aleado que tiene en un ambiente lleno de enemigos, no pudiendo evitar dejarse llevar por el deseo en medio de esa alianza, hasta terminar prendidos en llamas cargadas de l...