Don't

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Finalmente algunos días después por fin dan de alta a Hoseok, y lo pueden sacar del hospital, llevándolo directamente a su apartamento, lugar donde terminará de curarse, y convalecerá, siendo además el perfecto sitio para que Yoongi le cuide por las noches pues su ángel no lo dejó quedarse en el hospital en ninguna ocasión, alegando que también debía descansar, y aunque miente si dice que no logró recuperarse en su propia cama, no le agradó para nada tener que tenerlo lejos, así que una vez que están en su habitación se acuesta a su lado, recobrando el calor que tanto le ha hecho falta en todos estos días separados.

—No podía conformarme con verte solo unas horas en el día, necesitaba tenerte aquí conmigo—le dice, acariciando los deditos de su brazo enyesado, siendo estas nuevas caricias que por su estado ha descubierto.

Y Hoseok no se puede sentir más especial dejándose mimar como un niño consentido, ya que además es el único en sacar ese precioso lado por parte del mayor, pues este solo muestra su bonita personalidad con él y nadie más.

Sin embargo durante la primera noche juntos Yoongi cambia drásticamente con él, siendo insoportables los momentos dónde lo ve quejarse de dolor pues el cuerpo y la cabeza le duelen con el frío, y se marea demasiado debido a la contusión de la que fue preso, y aunque Yoongi le atiende, dándole su medicamento, y el calor que necesita, no soporta las lágrimas que lo ve derramar tras el tercer mareo que sufre a la mañana en que se disponía a caminar rumbo al baño.

—Debiste quedarte en el hospital—gruñe cuando lo ha sostenido, no quejándose de tener que atenderlo, sino por verlo lastimado.—¡Mierda, debiste quedarte en casa y no estar conmigo!.

Es insoportable, Hoseok lo sabe; el mayor se siente culpable. Por ende le asegura.

—No fue algo que estaba en tu poder, amor—con su vocecilla siempre suave y delicada, comprendiendo que no se queja por cuidarlo, sino por verlo lastimado, no obstante para él no es suficiente.

—Te has llevado la peor parte y no tienes nada que ver en este maldito asunto. Joder Hoseok, pudieron matarte.

Niega, temiendo esas emociones en su mirada, ya que verlo dudar no es algo que quiera entre su relación.

—Por favor no pienses eso. Estoy aquí.

Sin embargo Yoongi parece estar efectivamente pensado demasiado, aún resentido por lo que sucedió, y sacando conjeturas estúpidas que no deberían afectar lo que tanto les ha costado mantener.

—Por ahora..—lo ve negar, atormentado.—Estás aquí por ahora, y casi te has ido por estar a mi lado.

—Eso no es así. También participé contra Joo, no soy un inocente que no le dio razones para dañarlo.

El señor Min gruñe, pensando totalmente lo contrario.

—Lo hiciste por defenderme, y eso no puedo permitirlo.

—¿Eso que demonios significa?.

Y maldita sea, no debió pedir esa respuesta, no cuando lo ve tan atormentado que le molesta. Porque YoonGi es terco como el infierno, y está sacando conjeturas que no debe al buscar un culpable a lo sucedido, siendo su relación lamentablemente la que arrastra al intentar arreglar algo que ya está roto.

—Que no debes estar conmigo, no cuando casi mueres por ser leal a mi lado.

Al más chico se le llenan los ojos de lágrimas, sintiendo como su pecho late enloquecido mientras se parte en pedazos, no creyendo que después de tanto YoonGi simplemente lo deseche, como si lo que vivido no fuera lo suficientemente valioso como para conservarlo.

Valentía es algo que hace falta entre ambos, y él no piensa renunciarlo.

—¿Estás de coña?—con su brazo sano le empuja, castigando esas palabras no astutas que ha dicho.—No me fastidies. No culpes nuestra relación por una mierda que no estaba en nuestro poder.

Por más que desea que Yoongi entienda, este parece convencido de lo que ha dicho, y teme que no haya poder humano que le haga pensar lo contrario. No ahora al menos que se encuentra tan resentido.

—Piénsalo..—lo escucha murmurar bajito.—Has defendido al puto heredero echándote sus enemigos encima, y te han dañado.

Niega, sintiendo las lágrimas bajando por sus mejillas, no creyendo que realmente le esté diciendo esto.

—No lo hagas..—suplica sollozando.—No arruines lo nuestro por un obstáculo frente a nosotros.

Pero YoonGi se encuentra aún perturbado.—No hay un nosotros si te pierdo, ángel. Entiéndelo.

Como puede el chiquillo lo abraza, comprendiendo su punto, pero no evitando sentir terror de solo imaginarlo lejos, decidido desde ahora a no dejarlo marchar si es que eso es lo que pretende.

—No pienses en ello por favor, y no me abandones ahora que te necesito—le dice, sintiéndose aliviado de que sus brazos le rodeen.—No olvides que hablamos de reparar nuestro equipo, y no puedes dejarme al primer obstáculo que enfrentemos.

No escucha respuesta así que respira profundo intentando animarlo.

—Se que es difícil pero recuerda que estamos juntos, y hemos prometido ser un equipo. En la salud y enfermedad.

Siente que el corazón se rompe en pedazos, harta que finalmente por fin escucha completar, obteniendo una reacción positiva pese a la crisis que YoonGi atraviesa.

—En la riqueza y en la pobreza..

Suspira aliviado.

—Y no diremos hasta que la muerte nos separe porque esa perra ya lo intentó y no lo logró, ¿ok mi vida?.

YoonGi se ríe, dejando también escapar una lágrima, tan silenciosa y fugaz que apenas resbala por su mejilla, cuando ha entendido el momento, más no negará que aún le pesan muchos remordimientos.

—Tengo miedo..—admite, cerrando los ojos con fuerza.—Eres el único de mi lado y perderte me destruiría.

El chiquillo de ojos claros como las perlas sonríe, totalmente enternecido ante sus palabras, y no dispuesto a permitir que se haga daño. Porque efectivamente casi se pierden el uno al otro, pero ni un puto accidente es suficiente para lograr separarlos, por ende no puede él renunciar a la fuerza que aún los tiene en pie en estos momentos.

—No me vas a perder—le asegura, envolviéndolo en sus brazos.—Porque nada me hará estar lejos de tu lado, y tarde o temprano estas barreras caerán junto a los enemigos que intentaron destruirnos, y tú y yo nos reiremos de todo esto mientras aún nos seguimos apoyando como desde el día en que nos conocimos.

Yoongi suspira, aferrándolo como si la vida dependiera de ello, esperando en serio que tenga razón y nada los aleje como han intentado hacerlo ahora.

—Voy a confiar en ti..—finalmente dice, rindiéndose ante las sensaciones que su pecho siente.—Pero no me dejes, ángel. No me falles como todos ya lo han hecho.

Hoseok suspira, por ahora tranquilo de que ha desistido ante su fatal pensamiento, y más calmado le promete.

—Nunca, amor. Nunca más estarás solo. 

Porque si ya todos le han fallado, él no piensa seguir ese camino, y no sabe que hará si Yoongi sigue teniendo dudas.

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Intransigente. © [YOONSEOK.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora