SURVIVORS |C.V.| TERMINADA

C 13

No te quiero perder

Mis ojos no se despegan de los de Christopher, puedo notar la angustia y el pánico en esos orbes color miel, puedo sentir sus manos temblorosas sostener las mías y puedo sentir el corazón latiéndome como si quisiera salirse de mi pecho.

Erick aparece corriendo con Ollie en brazos y con aquella herida manchando de rojo el pelaje blanco del cachorro, ademas lleva un par de mochilas encima del hombro, su frente está llena de sudor y mechones de cabello azabache se adhieren a su piel mientras sus ojos verdes también reflejan angustia.

—¡Erick! —menciono, en cuanto llega a nuestro lado. Erick trata de respirar pero pareciera que se le fue el aire, su pecho sube y baja una y otra vez a un ritmo constante y veloz.

—Estamos rodeados, todo esta vuelto mierda. —jadea, a la par que se recarga sobre un tambo de basura y deja la mochila de Christopher sobre el piso.

—Tienes que irte Alexa, tienes que irte. —me repite Christopher, acunando mi rostro entre sus cálidas manos y pegando su frente con la mía. —Si de aquí alguien puede salir vivo, vas a ser tu. No te quiero perder.

Miro a mi alrededor y el fuego de aquella granja se ha esparcido de una manera descomunal y rápida, llegando a incendiar los pastizales de la granja donde nos encontramos. El lugar esta en llamas, con una nube de humo negro por donde lo mires y con una horda de caminantes esparcida por todo el terreno.

Mis ojos se llenan de lagrimas y siento una punzada en el pecho. Dejar a Christopher no es la mejor opción, algo me dice que no.

Niego frenéticamente y lo abrazo con fuerza mientras sollozo sobre su pecho, Chris me sostiene entre sus brazos, acariciando mi espalda en círculos y besando mi frente repetidas veces.

—Alex, confía en nosotros. —me dice Erick, mirándome con tristeza.

—No los quiero dejar. Somos una familia. —les digo, uniéndonos los tres en un fuerte abrazo.

—Mírame, amor. —me ordena Christopher. Mis ojos viajan hasta los suyos y siento como todo se derrumba dentro de mí. Mi cuerpo tiembla y el llanto me nubla la vista. —Nos vamos a encontrar mas adelante, necesito que te vayas lo mas lejos que puedas de aquí. Necesito que te pongas a salvo.

—¿Y si ya no te encuentro? —le pregunto, con voz temblorosa, temiendo lo peor.

Christopher niega y deposita un casto beso en mis labios.

—No pienses en eso, recuerda que ambos vamos a Washington. Si algo llega a salir mal, nos vemos ahí. Te amo con todo mi corazón y te prometo, te juro que vamos a estar juntos de nuevo, los tres. —Christopher solloza y me besa otra vez, ahora con mucha mas ternura y delicadeza. El beso es salado, pues nuestras lagrimas empapan nuestros labios.

—Vamos Alex, ya vienen. —nos dice el ojiverde, alarmado. —¡Corre!

Le doy una ultima mirada a Christopher mientras tomo mi mochila del suelo, nuestras manos se sueltan y antes de echarme a correr le grito.

—¡Te amo Christopher!

La adrenalina se apodera de mi mente y mi cuerpo. Empiezo a correr despavorida entre la hierba y la vegetación, obligándome a no mirar atrás y volver con mi novio y mi amigo. Mi corazón bombea tan fuerte que siento que me duele el pecho. Saco con torpeza de la mochila, una de las armas que Christopher traía consigo y empiezo a disparar a los caminantes que se acercan.

Mis piernas flaquean en cierto momento, cuando ya he corrido lejos de aquella granja. Siento la cabeza darme vueltas y todo a mi alrededor se vuelve borroso y distorsionado.