Caos
Alexandra, Christopher y Erick de inmediato comienzan a correr de vuelta a la carretera. Alex sostiene al cachorro entre sus brazos aferrándose a él mientras sus piernas avanzan lo más que pueden, sintiendo como los latidos de su corazón aumentan gradualmente. Ni siquiera intenta mirar atrás o mirar a sus compañeros, simplemente corre por su vida.
Los tres sienten que ya no pueden más, sus piernas flaquean y el aire pareciera que ya no llega por completo a sus pulmones, sintiendo un ardor en el pecho.
Alex alza un poco el cuerpo de Ollie que ha comenzado a resbalársele del torso. —¿Y si lo dejo? Me ha mordido el muy cabrón. —Piensa la castaña, sintiéndose mareada de tanto correr sumado al pánico y la ansiedad de ser perseguidos por una horda de zombies. —Chris me mataría si dejo a Ollie, Él ama a este cachorro, no lo puedes soltar. —se repite una y otra vez, abrazándolo con mayor fuerza.
—¡Por... el... bosque! —grita Erick, en medio de un jadeo, apuntando hacia el frente.
Los tres toman rumbo hacia el terreno boscoso, ganándose unos cuantos tropezones a causa de la tierra, piedras y ramas que hay en su camino.
Alexandra está sumamente agitada, ni siquiera tiene noción de cuanto han corrido, pero lo cierto es que han dejado atrás a esos monstruos hambrientos.
—¡Una granja! —exclama la muchacha con una pizca de alivio cuando al final del bosque pueden ver un paisaje prometedor, donde al parecer es una zona de granjas, alejada de la carretera que los dirigiría a la ciudad de Petersburg.
—Creo que... ya los perdimos. —menciona Christopher, deteniendo su carrera, encorvando la espalda y poniendo sus manos sobre sus rodillas, tratando de recuperar el aliento.
Erick y Alex frenan sus pasos al igual que él y solo puede escucharse la respiración agitada de los tres y como su pecho sube y baja con rapidez.
—Ya puedes bajar a Ollie. —le dice Chris a Alex, dándole una sonrisa apenada.
Alex suelta al perro que inmediatamente cuando pone las cuatro patas sobre el piso, empieza a dar arcadas hasta que termina expulsando una masa viscosa extraña.
—¡Puaj! ¡Qué asco! —exclama el ojiverde, volteando en cualquier otra dirección que no sea el perro de Christopher vomitando.
Christopher hace un puchero y le acaricia el lomo a su mascota. —Pobre de mi bebé, se agitó.
Alex lo mira incrédula, enseñándole el mordisco de su mano y como el hilo de sangre escurre por ella.
—¡¿Pobre bebé?! ¡Ese demonio me mordió! —le reclama al dueño y le da una mirada fulminante al cachorro. —Si no se hubiera puesto a ladrar como desquiciado no estaríamos así.
—¡Es un perro! ¿Acaso crees que quiso ladrar a propósito para ponernos en riesgo? —le responde Christopher, frunciendo el ceño.
—¡Deja de defend...—las palabras de Alex se ven interrumpidas por un resoplido de Erick.
—¿Se pueden callar? No vamos a ponernos a discutir por eso, tenemos que ir hacia una de esas granjas y resguardarnos tan siquiera por hoy o hasta que se calmen un poco las cosas en la ciudad. —Erick parece ser el mas sensato, mientras se masajea la cien y luego, busca una botella de agua en su mochila para darle un gran trago.
—Bien...—dice Christopher resignado y suspira. —Vayamos a la granja.
Los tres jóvenes recogen sus mochilas del piso y caminan, ya mas calmados entre los pastizales bajo los intensos rayos del sol, hacia una de las granjas.

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SURVIVORS |C.V.| TERMINADA
FanfictionAlexandra Green es una estudiante de veintiún años, con notas medianamente buenas. Lleva una vida normal al lado de su madre y su hermana, tiene un novio y el sueño de ser profesora. Un día, la ciudad donde vive; Bentonville, se ve envuelta en el ca...