Muerta en vida
Las palmas de mis manos se apoyan sobre el pecho de Zabdiel y lo aparto lentamente de mí. El me mira enternecido, me mira como lo hacía mi Chris, con amor.
—Zabdiel...—menciono su nombre con pesadez, como si me doliera saber que ha desarrollado sentimientos por mí.
—Por ti, vale la pena arriesgarse. —pega su frente a la mía y trato de alejarlo de nuevo.
—Yo... yo no puedo corresponderte. —confieso, apartándome de él. —Ya hay alguien que ocupa mi corazón y aunque ya no esté físicamente, siempre va a estar aquí, aquí y aquí. —le digo, señalando mi cabeza, mi pecho y mi vientre.
—Y lo entiendo. —se apresura a decir. —Yo también tengo a alguien que aunque ya no esté, sigue dominando mi corazón. —se saca del cuello aquella cadena con el anillo que hace un rato vi y me lo extiende. —Antes de toda esta mierda yo, —traga duro, se ve que le es muy difícil hablar de eso. —yo me iba a casar.
—¿Qué pasó?
—Ella tenía cáncer y—los ojos de Zabdiel se llenan de agua y da un respiro con dificultad. —no nos alcanzó el tiempo para llegar al altar.
—Lo siento mucho...—le digo en un susurro. Mi mano viaja a sus mejillas y con mis pulgares retiro las lágrimas.
—Yo lo siento más. —Zabdiel niega y resopla. —Ella va a vivir por siempre en mi mente y en mi corazón, pero te conocí y te volviste mi presente. Te volviste la mujer con la que quiero sobrevivir a toda esta mierda.
—¿Estarías dispuesto a hacerte cargo del hijo de alguien más? —le pregunto con dolor, acariciando mi vientre que aún ni siquiera se ha pronunciado. Que le preguntara esto no significaba que le estaba dando una oportunidad y mucho menos que quería que Zabdiel hiciera la función de padre que le correspondía a Christopher.
—Por supuesto. —su respuesta es firme y me hace sonreír.
—Te lo agradezco mucho Zabdiel, pero las cosas no son así de fáciles. Yo perdí a Christopher hace un par de semanas, es muy reciente y no me veo con nadie por el momento. —le digo con sinceridad. Zabdiel asiente y deposita un suave beso en mi frente.
—Voy a estar para ustedes, siempre. Voy a cuidar de ti y voy a ayudarte a que te vayas con tu amigo. —decide.
Su radio se enciende y la voz de Richard llena la habitación.
—Ya puedes traer a mi mujer, la estaré esperando con ansias.
Día 163 [>>>]
Cinco malditos días donde me sentía muerta en vida. Cinco días donde había tenido que compartir la cama con Richard y aunque Zabdiel me había prometido que el general no me volvería a tocar, las cosas no fueron asi de sencillas.
Él me besaba cada que se le daba la gana y aunque opusiera resistencia, a Richard no le importaba mucho y solo le parecía más divertido el asunto.
Se pavoneaba por las calles conmigo de la mano, le satisfacía hacerle saber a todo el mundo que yo era su mujer y que juntos gobernábamos su extraña comunidad, aunque yo de gobernante no tenia nada, ni siquiera me dejaba abrir la boca más que para recibir su inquieta lengua.
Richard no era feo, en lo absoluto. Al contrario, es un chico agraciado, con un cuerpo de infarto y actitud dominante. Y si las circunstancias no fueran así, quizás me hubiera enganchado con él un domingo por la tarde que lo hubiera visto en la plaza mientras me comía un helado con mis amigas. Desgraciadamente las cosas no pasaron así, simplemente llego exigiendo por mí y besándome como si nos amaramos. Y eso era incomodo, además de que no olvidaba lo que le había hecho a Erick y quien sabe cuantas más ideas retorcidas lleva en esa cabecita. Por lo que me era imposible relajarme o sentirme segura a su lado.

ESTÁS LEYENDO
SURVIVORS |C.V.| TERMINADA
FanfictionAlexandra Green es una estudiante de veintiún años, con notas medianamente buenas. Lleva una vida normal al lado de su madre y su hermana, tiene un novio y el sueño de ser profesora. Un día, la ciudad donde vive; Bentonville, se ve envuelta en el ca...