La Hermana De James Potter [Remus Lupin]

Vacaciones I

Narra Marilyn- Madrugada del Lunes 19 de Junio de 1972.

Un niño, un niño de mi edad, no lograba verle la cara, una señora parada frente a el, traía un largo vestido negro, pero al igual que con el niño, no lograba distinguir su cara, atrás del niño había otro más pequeño escondido detrás de él.

—A el no lo hagas nada, ¡Por favor! —pronto pude reconocer quién era, por la voz, era Sirius, cubriendo a un pequeño niño, de cabellos cortos, supongo que el es Régulus.

Los dos niños miraron asustados a su madre, Sirius más que rabia que miedo, Régulus lloraba en silencio.

—Vete de aquí, Régulus —dijo la señora que deduje que era Walburga Black, la madre de mi amigo.

Walburga se rio, una risa oscura y cínica que haría estremecerse a cualquiera que la escuchará.

Cuando se aseguró que Régulus se fuera, continúo hablando:

—Eres una deshonra para está familia, ¡Un Gryffindor!, Es un insulto a nuestro linaje, te juntas con traidores, ¡Con sangre sucias!, ¡¿Cómo te atreves?!- grito.

Sirius bajo la mirada tratando de ocultar las lágrimas que amenazaban con salir.

—¡Una deshonra! ¡Crucio!

El horror pintó la cara de Sirius y no dudo que la mía, antes de que el empezar a llorar y gritar desesperadamente, yo también lo sentía, un dolor insoportable en todo el cuerpo, que no ceso hasta minutos después.

Su madre se fue, y dejo a Sirius ahí, el se tiró al suelo, temblando de pies a cabeza.

Un segundo después una chica entro, supe instantáneamente quien era; Andrómeda Black, no se cómo lo supe, solo es como si estuviera en la mente de Sirius, leyendo cada uno de sus pensamientos que en este momento estaban opacados por el dolor.

La chica se apresuro a llegar a lado de Sirius y lo abrazo, al tenerla a su lado Sirius la abrazo de vuelta y enterró su cabeza en el cuello de la muchacha, sollozando silenciosamente.

Un rato después la puerta volvió a abrirse, era Régulus, Sirius se apresuro a limpiar su rostro y separarse de su prima.

Su hermanito lo miro preocupado, pero Sirius sonrió.

—¿Qué sucede Regiee? —pregunto parándose y dirigiéndose al anteriormente nombrado.

—Escuche gritos, ella lo volvió a hacer ¿verdad, Sirius? —pregunto su hermano temeroso a la respuesta.

—No es nada —dijo Sirius, estaba claro que Régulus no le creía, Sirius lo tomó de los hombros conteniendo una mueca de dolor, que yo también sentí. —Todo está bien —añadió.

Régulus obviamente no le creyó, pero no le replicó, solo se abrazo al mayor aferrándose a el, que ciertamente el menor le llegaba abajo de la barbilla a Sirius.

Y ahí fue cuando lo escuché a el, como si estuviera hablando en su cabeza, con el solo.

«Te prometo, pequeño, que nunca jamás dejaré que mi madre note que me hace daño, y jamás dejaré que me veas llorar una vez más, debo ser fuerte, por mi y por ti»

Y ahí fue cuando desperté.

Desperté sudando, agitada, lágrimas secas en mi rostro y con un dolor inmenso en mi cuerpo.

Gire mi cabeza y mi cuerpo hacia mi derecha, ahí estaba James, dormido, inspeccione un poco más: James tenía su brazo alrededor de mi, en un abrazo fuerte que no tenía intenciones de romper.