La Hermana De James Potter [Remus Lupin]

¿Cita?

Sábado 4 de octubre de 1972

Marilyn Potter.

Corre Marilyn, corre, corre, no quieres más detención, ¿o si?, estas a punto de salir de tu detención del diez de octubre, corre.

Estaba corriendo por los pasillos llenos de gente, Sirius y yo le hicimos una broma de cumpleaños a Minnie, al parecer a ella no le gustan las bromas con pasteles explosivos.

—¡Apresúrate Black! —grite.

—¡Voy lo más rápido que puedo!

Corrimos más rápido pero Minnie seguía apareciendo.

Pude visualizar a James al final del pasillo que ahora Sirius y yo cruzábamos.

—¡James corre! —grito Sirius.

James se nos unió.

—¿Por qué corremos? —pregunto sin detenerse.

—Hicimos una broma —conteste.

—Y si caen uno caen los demás —completo Sirius.

Peter pasaba por ahí con un pan más grande que su mano.

—¡Pettigrew deja eso y corre! —le grito Sirius.

Peter dudo pero al final corrió con su pan en mano.

Solo faltaba Remus.

Por accidente choque con alguien

—Ay lo siento —dije, era Zack pero no me detuve y seguí corriendo.

—¿Qué pasa? —grito, pero lo ignore, no tenía tiempo para explicaciones.

—¡Espera! —James gritos detrás de mi, tratando de alcanzarme.

—Potter's ¡Vengan acá! —la profesora McGonagall tras de nosotros a paso apresurado.

—¡Nos encontró! —era Pete que corría tras de James.

—¡Corre Remus! —Sirius grito cuando visualizo a Remus.

—¿Ahora que hicieron? —pregunto Remus sin moverse.

—¡Cállate y corre! —lo tome de la mano para jalarlo, después de unos minutos lo solté.

Sin darme cuenta volví a chocar con Zack pero ahora dejándonos a los dos en el suelo, los demás siguieron corriendo.

—¿Otra vez tu? —pregunto Zack divertido.

—No es mi culpa que estés en todos lados —dije acelerada mientras me levantaba el intentaba correr de nuevo.

Zack me tomo del brazo deteniéndome.

—¿A dónde vas? —pregunto.

—Tal vez hice una broma... Pero no tengo tiempo.

—Que raro —contesto sarcástico.

—Ya quítate y déjame correr —exigí.

—Primero dime que hiciste.

Uy.

—No Zack, déjame ir, ¡Minnie me atrapara!

—Bien —sonrió— ¡PROFESORA!

—¡No!, ¡Shh! ¡Cállate!, le di un pastel explosivo por su cumpleaños, no le gusto.

El sonrió divertido.

—¿Ya me dejas? —pregunte impaciente.

—Bien, —me soltó— corre por tu vida.