El tocadiscos

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Lunes 20 de Noviembre de 1972. 

Marilyn Potter.

—¿A dónde vas? —pregunto Mitchell adormilada.

—A caminar —respondí restándole importancia mientras tomaba una sudadera por el frio que hacía.

Han pasado 16 días del partido de Quidditch, todo a ido normal.

Sirius no para de molestarme con Zack, mientras que James, Peter y Remus intentan descifrar el porque.

Connor y Chloe se han "arreglado", su relación últimamente ha sido demasiado confusa y Connor no quiere hablar de ello, por lo que yo he notado están como en una montaña rusa, un día los veo riendo y bromeando, y al otro están entrando al Gran Comedor gritándose de cosas.

En este momento me dirijo a la enfermería, donde se supone que Remus está, ya que ayer fue luna llena, pero por accidente desperté a Mitchell.

—No tardes —me dijo, sonriendo bobamente a la nada.

—Ya duerme —respondí saliendo de la habitación.

Al llegar a la enfermería solo pude ver a Remus durmiendo tranquilamente en una camilla.

¿Todos odian algo en su vida, cierto?

Puede ser algo personal, algo de otros o hasta la más mínima cosa, como la comida, por ejemplo.

Yo odiaba muchas cosas; la gente hipócrita, las cucarachas, cualquiera que se apellidara Malfoy, etc.

Pero hay algo que últimamente he estado odiando mucho.

La luna llena.

Antes de saber lo de Remus la luna había sido una de mis mejores compañías a lo largo de toda mi vida, la luna siempre estaba ahí.

Sin embargo, nunca me puse a pensar que otras personas podían sentir escalofríos al solo verla, un miedo intenso a volverte un monstruo en contra de tu propia voluntad, desde que me puse a pensar todo eso la odie, odie el hecho de que le hace daño a Remus, odie el hecho de que hace sentir mal a mi amigo, odie el hecho de tan solo imaginarme a Remus sufrir, la odio.

Así que me he puesto a pensar que pase lo que pase tengo que estar ahí para el.

Acerque una silla a lado de la camilla para así estar más cerca de el.

Tome la mano de Rems y le di un suave apretón, para que el supiera que no importara lo que pasara yo siempre estaré ahí para el.

Sentí que el licántropo se movía y cuando dirigió su cabeza a la mía note que Remus se removía y ponía cara de horror.

Ahí fue cuando me di cuenta que el estaba teniendo una pesadilla.

Me levante y sacudí al castaño.

—¡Rems, oye despierta! —le repetí, mientras lo sacudía más fuerte intentando despertarlo.

—¡No!, ¡basta, basta! —era la única respuesta que me daba, mientras intentaba soltarse de mi agarre—. ¡No!, ¡Marilyn perdóname! —seguía repitiendo Remus.

—¡Ya despierta! —grite lo más fuerte que pude y esta vez logre que se levantara de un salto, que provoco que casi se cayera, si no fuera porque yo lo sostuve.

Lo acerque a mi y lo abrace.

Créeme, que de pesadillas yo se mucho.

Remus escondió su rostro en mi pecho, sentí como el empezaba a temblar, y no era de frio.

La Hermana De James Potter [Remus Lupin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora