La Hermana De James Potter [Remus Lupin]

No fue un fracaso

Domingo 4 de febrero de 1973.

Lyn Potter.

—Bájame.

—No.

—Remus, bájame.

—Lyn, no.

Ser cargado como saco de papas no era un transporte convencional, estábamos llegando a los jardines y Remus no me bajaba.

Según el me iba a llevar a "levantarme el ánimo" que porque según tomar aire fresco era necesario para el cuerpo.

En todo el viaje si me levanto el ánimo, me reí con el y me olvide de lo que acababa de pasar con Connor, incluso del partido.

—Si no me bajas... —iba a amenazarlo pero estaba pensando bien mis palabras—, me moveré tanto que nos caeremos, y eso no te va a gustar.

Remus siguió caminando—, ¿Qué dices?, no te escucho.

—Te lo advertí.

—Oye, no... —interrumpí a Remus con un movimiento brusco, haciendo que como dije; nos caímos los dos.

Intente levantarme, pero Remus me detuvo jalándome del brazo.

Remus tenía un cachete pegado al suelo.

—¿Estás besando el suelo? —pregunte burlona intentando zafarme de su agarre.

Remus se dio cuenta de esto último y sonriendo dijo—, Si caemos, caemos juntos, Marilyn.

—Uy, no me digas "Marilyn" —dije fingiendo estar enojada—, me siento regañada.

—Tal vez te estoy regañando —Remus se paro y luego me ayudo a mí.

—¿Me estás regañando? —pregunte divertida.

—¿Hiciste algo malo? —pregunto con el mismo tono.

—Define... malo.

Nos echamos a reír juntos.

***

Remus me acompaño al campo.

Me quede parada en la puerta, suspirando pesadamente.

—Ya se que te han traído con esto todo el día —empezó—, pero tú puedes, Lyn. Y si no sale como esperabas estaré... estaremos —se corrigió al instante— para ti.

Remus me abrazo de imprevisto.

—Ve a ganar —lo vi mal—... o perder, incluso eso, eso también esta bien —se apresuro a decir riendo.

—Supongo...

Remus se fue y yo entre al campo.

—¡Bueno! —grito Wood visiblemente enojado— ¿A que hora pensabas llegar?, ya sabes que nosotros esperamos a la princesa.

Rodé los ojos—, solo fueron dos minutos, cierra la boca.

—¿Alguna razón para llegar tarde? —pregunto no queriendo terminar esta discusión.

—Estaba preparándome —conteste a la defensiva—, esto se hará a mi manera, o no lo hare.

—Creí que eras mejor —murmuro—, cuando algo se pone difícil no te retiras, ¡sigues!, no te vas a la primera que se hace complicado, ¿lo entiendes?

—¡Cierra la maldita boca!, por favor... solo cállate.

James se dirigió a Daniel y le susurro un "yo que tu le haría caso".