La Hermana De James Potter [Remus Lupin]

FIESTA CON LOS GRYFFINDOR

Martes 31 de octubre de 1972.

Marilyn Potter.

—Tenemos un problema —comenzó Sirius caminando de un lado a otro.

—¿Querrás decir "tienes"?

—Si es mi problema, es el tuyo, ¿recuerdas?

—Si, si. Ya dime que hiciste.

Sirius me miro apretando los labios.

—Diablos Sirius, ¿Qué hiciste?

Sirius suspiro, —Di mi primer beso.

—¿Y?, —pregunte sin entender el problema— ¿Fue bueno?, ¿Con quién?

Sirius puso cara de enojado.

—Hay tantas cosas que no sabes —murmuro—. He estado saliendo con Marlene, y la bese.

—¡¿Qué tu que?! —pregunte parpadeando para despertar de un posible sueño—. ¡¿Besaste a mi mejor amiga, Sirius Black?!

—¡Cálmate! y no grites.

—¿Cómo quieres que me calme?, ¿Desde cuándo? —me apresure a preguntar.

—La primera semana de este curso —dijo en un susurro casi inaudible.

Cálmate Lyn, no es nada malo. ¿Cierto?

—¿Y el problema es...? —pregunte un poco más tranquila.

—Ella me pregunto que somos —levante una ceja expectante— y yo le dije: dejemos que las cosas fluyan, sin etiquetas, ¡Y se enojo!

Aguante las ganas de golpearlo, —Sirius Black, ¿eres un idiota siempre?

—Si, es un trabajo de 24 horas, linda—se encogió de hombros—. Y ella esta muy —enfatizo sus palabras— enfadada, me insulto de mil maneras posibles, hasta que logre perderla y llegar hasta ti.

—Te deje unas horas, y ¿besas a mi mejor amiga y luego le rompes sus ilusiones? —ironice.

Iba a salir corriendo a buscar a Marlene, pero Sirius también era mi mejor amigo y tenía que estar ahí para el, supongo.

—No veo el problema —dije restándole importancia.

—Que ella no va a querer nada conmigo.

—¿Y?, tú no quisiste nada con ella, no te entiendo.

—No era mi intención lastimarla —explico— solo no estoy listo para algo con ella, supongo.

—¿Y si vas y te disculpas?

—¿Y dejar que me vuelva a insultar?, no gracias —negó con la cabeza— no se que hacer.

—Eres muy confuso. Solo déjala en paz —le pedí— es enserio Sirius, no te acerques a ella para nada.

—Pero—

—No, nada de peros, me pediste ayuda y esta es mi solución ¿si?, me harías ese favor.

—Lyn, no era mi intención—

—Solo dilo, no te acerques ¿bien?

—No te prometo nada —lo mire mal— ¡bien! ya no me veas así.

—Voy a la sala común.

—No, quédate conmigo,

—Mejor acompáñame —molestémoslo un poco— ¿Sabes, Sirius?, por lo que acabas de hacer diría que te pareces a tu madre.