La Hermana De James Potter [Remus Lupin]

San Mungo

Viernes 27 de octubre de 1972.

Marilyn Potter.

—¡Despierta! —grito Mitchell— ¡despierta!

—¡No! ¿Por qué?—pregunte adormilada.

—Porque es temprano y tienes cosas que hacer como... desayunar e ir con Mar.

—Oh.. no sabía que querías morir —conteste sin abrir los ojos.

—No puedes matarme.

—Muy tarde, ya decidí como —dije, ella suspiro y se fue al baño.

Dos segundos después me levante e hice todo lo que una persona normal, haría en la mañana como cepillarse los dientes, vestirse, lavarse la cara, caerse...

—¡Oh por Merlín! —grito Mitch desde el baño— ¡¿estas bien?!

—¡Si!, ¡lo estoy!, no te preocupes.

No me puse mi uniforme, no iba estar en Hogwarts entonces me puse ropa que considere normal, encima me puse la capa de Gryffindor para que nadie me cuestionara nada.

—¿Estás lista? —me pregunto Mitchell mientras caminábamos al gran comedor.

—Supongo.

Llegamos y me senté a lado de Marlene quien comía muy rápido.

—Mckinnon, tranquila o vas a vomitar —se burlo Sirius que estaba llegando.

Marlene lo vio mal pero no le contesto.

No tenía mucha hambre así que tome una tostada y le puse mermelada, eso sería lo único que comería.

Luego llegaron James, Peter y Remus, que se sentaron junto a mí, lo que me presiono un poco.

—Remus, ¿podemos hablar? —le susurre, el asintió—. Aquí no.

Le hice señas con la cabeza para salir.

—Mar, ahora vengo —le avise.

Caminamos hasta la entrada del gran comedor.

—¿Podemos hablar? —era Zack.

—Ahora no puedo, será en otro momento, lo siento —conteste sin detenerme a mirarlo, el regreso a su mesa.

—¿Qué sucede? —pregunto Remus.

—Faltare a clases —la cara de Remus se horrorizo— necesito que me ayudes con los apuntes.

—¿Se puede saber porque faltaras? —negué con la cabeza.

—¿Confías en mí? —asintió— entonces te lo diré cuando regrese.

Remus asintió no muy seguro y regresamos a la mesa.

—¿Lista? —le pregunte a Marlene, ella asintió y se paro tan rápido que casi se cae.

—¿A donde van? —pregunto James.

Apenas abrí la boca la cerré por la repentina interrupción de Mitchell.

—¡Tienen tarea! —grito espantándonos a todos.

Remus me miro raro como esperando una confirmación —¡Si!, si —repetí asintiendo exageradamente con la cabeza— nos vemos.

Jale a Marlene para evitar más preguntas.

***

—¿Cómo vamos a ir? —le pregunto Marlene a el director claramente desesperada.