*Capítulo 7*

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OJO POR OJO:

Narra Lune:

Cinco y yo llegamos a 1982, un paseo sumamente normal, y andamos hasta donde teníamos que ir. Yo estaba tranquila pero al parecer el chico a mi lado no lo estaba tanto.

-Parece una residencia de viejos- dije.

-Concéntrate- me dijo un poco molesto.

-Era para liberar tensiones- dije y entramos.

El lugar era muy pero que muy feo. La gente de allí era muy rara por lo cual no pude evitar poner una mueca.

-Menuda panda de frikis- dije.

-Intenta no liarla mucho, ¿vale?- me pidió Cinco.

Yo rodé los ojos y los dos inspeccionamos más el lugar.

-¿Sabes? Tengo el presentimiento de que Dios tomará represarías contra nosotros por esto- murmuré mientras Cinco se fue a hablar con una señora. Yo le seguí poco después.

-Disculpe- le dijo él y ella se asustó.

-¡Anda! Menudo susto me has dado.

Yo enarqué una ceja, mirándola de arriba a abajo.

Menuda dramática.

-Si estáis buscando las galletas no la sacamos hasta las tres- nos dijo.

-Me muero de ganas- dije sarcástica. Cinco me dio un codazo disimulado en el brazo.

-¿Usted sabe dónde se reúne la asociación de soja del medio oeste?- le preguntó Cinco.

-Sí, por supuesto, en el salón del banquete Moscalunch.¿Estáis buscando a vuestra madre? ¿Ha venido a la convención?

-Sí, se debe de estar tirando al director de la junta o asesinándole- le solté inexpresiva.

La mujer abrió los ojos como platos, muy sorprendida por mi actitud.

-Discúlpala, tiene problemas mentales- le dijo Cinco mientras me cogía de los brazos y me apartaba de la señora, poniéndome detrás de él- ¿Puede darme cambio?

-Oh, claro. Miraré...en el monedero. Solo llevo monedas de diez y un centavo...¡oh! Mira, estáis...de suerte jovencitos- nos dio el cambio.

-Dicen que la mejor de las suertes es morir en el momento adecuado- le dije.

Cinco le dio una sonrisa al ver que la mujer se quedaba de piedra ante mis palabras. Él me cogió de los hombros y nos fuimos de allí.

-¿Podrías ser menos oscura?- me pidió Cinco en susurro- Tenemos que pasar desapercibidos.

-Te encanta esa parte de mí, admítelo.

Nos paramos en una máquina expendedora y al principio no funcionó. Cinco se estresó mientras yo le miraba con el ceño fruncido y empezó a mover como un loco la máquina. Luego, al yo hartarme, lo moví y le di una patada a la máquina, consiguiendo que el cristal se rompiera. Él se rascó la nuca y me miró nervioso ya que había captado la atención de la mayoría.

-Ha sido muy sutil.

-Creo que se dice: Gracias, Lune. Eres la mejor.

Él lo dejó pasar y seguimos andando. Nos paramos enfrente de la puerta, Cinco me llamó y señaló dos hachas que había en la pared colgadas. Cogió las dos y me extendió una.

-Que empiece la función...- dije y comenzamos a andar.

Entramos y los que estaban en la sala nos miraron asustados.

Cinco y tú // The Umbrella Academy // "MORE THAN ENEMIES"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora