Durante los siguientes días antes del gran evento, Jimin buscaba el traje ideal en todas las tiendas parisinas. Taehyung lo acompañaba en ese duro trayecto, ya que nada satisfacía la vista del rubio. Pararon en la tienda de YSL, se adentraron a continuar la búsqueda. El castaño revisaba un saco exhibido en la vitrina que atrajo su sentido de la moda. Al girar su cabeza, no lo encontraba por ningún lugar.– ¿Jimin? ¿Dónde estás? – caminaba sosteniendo el saco.
El lugar no era tan amplio, Jimin no era tan alto. "¿Cómo pudo desaparecer?" pensó Taehyung. Continuaba girando su cabeza y revisando los espacios con la mirada.
– Taehyung-ah...
El mencionado fijó su vista en el rubio, quien llevaba un traje perfecto para su sensual figura. Entallado en la fina cintura, mostrando delicadamente una parte diminuta de su pecho. Las clavículas resaltaban sobre la blanca piel, su cuello deslumbraba viéndose perfecta para dejar besos insaciables. Taehyung dejó soltar un silbido, encantado con lo que estaba frente suyo.
– Este es, lo llevo. – dijo sonriendo
– Luces, très bien. Más que bien, vous avez l'air très sexy, M. Park.* – le era imposible a Taehyung no acercarse al rubio y querer devorarlo a besos.
– Gracias, gracias. Me cambio y nos vamos, ¿okay? – se separó inmediatamente mostrando una media sonrisa nerviosa.Taehyung reía luego de la tierna reacción de Jimin. Definitivamente estaba enamorándose de él.
...
El día del evento llegó. La noche se apoderó del cielo parisino. Una lluvia imprevista se avecinó creando un ambiente distinto para Jimin. Las calles lucían iluminadas en su totalidad. Los carros transitaban generando un tanto de tráfico. Las personas caminaban junto a sus paraguas. La Torre Eiffel brillaba durante cinco minutos cada hora. Jimin, desde la limosina que lo recogío, admiraba como si fuese su primera vez en aquella bella ciudad que se había robado su corazón.
Un Jimin en traje y con el cabello gris se sentía un tanto ansioso al ir por su cuenta. Era el primer gran evento al que iba como CEO de la sucursal. Mas se sentía orgulloso de si mismo al ser invitado a una colosal fiesta como la que mencionaba la prensa. Se mantenía en secreto quien era aquel dueño de la organización quien destinaba una gran cantidad monetaria para la industria de la moda. Lo habían endiosado por doquier, aún así sin conocer su rostro.
El chofer paró frente a al Intercontinental París - Le Grand, un lujoso hotel cinco estrellas ubicado cerca de la Ópera Garnier en el IX distrito de París. Jimin estaba boquiabierto al ver la bella arquitectura del edificio. Al bajar, un gran cúmulo de paparazzis comenzaron a tomar fotos de él. Caminaba cabizbajo para que los miles de flashes no cegaran su vista. Escuchaba los comentarios que admiraban su rostro y figura. Sonrió de lado y arregló su grisáceo cabello para continuar su paso hasta la entrada.
Al ingresar a las instalaciones, el asombro continuaba. Cada parte lucía elegante y magnífica. Las personas caminaban hacía el gran salón donde se llevaría acabo la fiesta. Se fijó en la gran cúpula decorada majestuosamente con pinturas. El espacio estaba iluminado con luces cálidas. La música de jazz retumbaba, la gente conversaba mientras bebía de sus copas. El bar estaba lleno de hombres conversando.
– Voulez-vous une coupe de champagne, monsieur?* – uno de los camareros apareció junto con una bandeja llena de copas.
– Oui, merci. – agradeció tomando una de ellas.Saboreo el dulce sabor del champagne mientras continuaba caminando por el salón. Sorpresivamente, veía a algunos empresarios ya conocidos de la mano con sus parejas. Eso extrañó un tanto al peligris. Si se podía venir en pareja, ¿por qué su invitación era para exclusivamente una persona?
– Señor Park, que gusto de verlo por aquí.– un empresario francés con quién había trabajado en Seúl se acercó a saludarlo.
– Señor Moreau, que sorpresa.– estrechó su mano alegremente – Señora Moreau, luce fantástica.
– Muchas gracias, Jimin.– se acercó hacia las mejillas del peligris y depositó dos besos en ambos lados saludándolo.
– ¿Cómo esta su familia? ¿Cómo se encuentra su padre?– habló el hombre mientras tomaba de su vaso de whisky.
– Ellos están de maravilla, mi padre es como un roble, ya lo conoce. – los tres rieron – ¿Invertirán en esta nueva organización?
– Definitivamente, tiene un gran capital, supe que se aliaron con François-Henri Pinault, invertir en el negocio de la moda nos puede beneficiar mucho. ¿Tú conoces al señor Pinault, verdad?
– Sí, lo conocí cuando cenaba en Seúl – recordó vagamente – Supongo que yo también invertiré.
– Es una buena decisión, Park. – golpeó su hombro – Disfruta del evento.Los señores Moreau se fueron sin decir más, confundiendo a Jimin con sus extraños comportamientos. El peligris tomó de un solo sorbo lo que restaba de su copa. Salió con paso apresurado hacia un espacio abierto para fumar. Sacó uno de los cigarros que había en la caja, solo quedando tres. Buscaba por los bolsillos de su costoso traje el encendedor que su padre le había regalado. Aún con el cigarro en la boca suspiró fuertemente. Unos brazos se posaron adelante suyo. Las fuertes manos sujetaban un encendedor de plata. Con éxito, logró prenderlo pese a las ráfagas de viento. Jimin sonrió y volteó para agradecer a la persona.
– Merci beaucoup, Monsieur... *
– Bonne nuit, Jimin.*– pronunció Jungkook sonriendo de lado.El cigarro aún prendido cayó al suelo, al igual que la boca del peligris.
* Vous avez l'air très sexy, M. Park: te ves muy sexy, Sr. Park.
*Voulez-vous une coupe de champagne, monsieur?: ¿Quiere una copa de champán, señor?
*Merci beaucoup, Monsieur: Muchas gracias, señor.
*Bonne nuit, Jimin: Buenas noches, Jimin
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Weekend Lovers
FanfictionLa rutina de fin de semana abrumó a Park Jimin, quien decide salir de aquella relación prohibida. ¿Jungkook podrá detenerlo y remediar sus errores? ¿O ya es tarde?