CHAPTER 17

64 3 3
                                    

Unos cuantos débiles rayos solares resplandecían para darle un poco de calor al frío abrumador en Francia. Un día más las calles, casas, autos, puestos, monumentos amanecían repletos de nieve. Casi enterrados por esta misma. Los camiones quitaban la blanquecina materia para permitir el paso de transeúntes y autos. La población parisina amanecía un día más abriendo sus negocios, recibiendo con los brazos abiertos a los hambrientos y apurados comensales. Se veía a las personas con elegantes vestimentas dirigirse a sus trabajos. Algunos paseando a sus mascotas, otros yendo a desayunar. Los deportistas corrían por los parques y cerca del río Sena. Muchos turistas salían a explorar desde muy temprano, casi madrugando para encontrar lugares sin gente y poder tomarse buenas fotos.

Jungkook, vestido con un gran saco, camisa, pantalones y zapatos charol color negro, se encaminaba con un vaso de café caliente hacia la sala de reuniones junto con su gran maletín a paso ligero. Un nuevo día de trabajo atareado iba y terminaba. Parte de la rutina que le apasionaba al trabajador azabache. Al entrar al recinto, sus colegas, como le gustaba llamarlos, le saludaban en francés, dándole la bienvenida respectiva como CEO. Jungkook les devolvía el saludo con la mano y una gran sonrisa.

Al ingresar a la sala de reuniones, varios de los accionistas se encontraban ya situados en sus asientos respectivos, leyendo los sobres posicionados sobre la mesa, otros conversando animadamente y algunos más revisando sus celulares. Al percatarse de la figura imponente de Jeon en la puerta, todos se levantaron a saludarlo cordialmente. Jungkook contaba con la mirada cada asistente en el espacio. Sus facciones se endurecieron al percatarse de la falta de uno: Park Jimin. 

Tragó saliva e hizo una reverencia. Se acercó a sus dos secretarios que se ubicaban al costado del asiento principal. Claudine y Jiwon abrieron los ojos con un tanto de temor, se sentían intimidados ante la fuerte mirada que traía su jefe. El aura tranquila con la que había mostrado al estar en el marco de la puerta desapareció y ahora solo asustaba.

– Clau, Jiwon – los llamó con su dedo para que se acercaran a él – ¿Dónde esta Park? – preguntó empujando su lengua contra la mejilla.
– Hmm... – Jiwon mostrando nerviosismo revisaba su libreta para ver si había dejado algún recado – El señor Park...
– No va a asistir a la reunión, monsieur Jeon – respondía Claudine sin dubitar – Según él tiene un par pendientes urgentes que atender y no puede posponer. No me dijo más que eso. 
– Entiendo... – respondió de vuelta soltando un fuerte suspiro.

La ausencia del peligris en aquella junta directiva de accionistas molestaba un tanto al lado empresarial de Jungkook. Mas, tuvo que tranquilizarse y recordar que Jimin también manejaba una compañía desempeñando uno de los roles más primordiales en esta. Tenía que interiorizar lo aplicado que él era con relación a PS Corporation y cuánto adoraba laburar en su rubro. Tan similar a él con sus inversiones y empresas. Sin más, aflojó la dura mirada que estaba dando y dio por iniciado aquel meeting.

...

Una junta directiva terminaba luego de cuatro horas de análisis de las cifras expuestas y propuestas de venta. Jimin terminó exhausto, sentado sobre su cómodo sillón desatando la corbata súper amarrada que casi lo asfixiaba. Soltó un suspiro mientras daba interminables vueltas en su mismo eje. La noche caía, los postes de luz iluminaban las calles, los autos transitaban, las personas caminaban rumbo a casa, grupos de estudiantes salían de sus casas de estudios yendo a comer. El trabajo para Jimin no culminaba ahí, se había perdido una de las juntas de la organización y sabía que eso molestaba tanto a Jungkook.

Llevó sus manos a la cara, frotándose contra estas y se acercó a su laptop para revisar los incontables emails que le llegaban como metralletas. La secretaria del menor le había enviado la información discutida en la sala en un pdf y la dirección del departamento de Jungkook para que se acercara si tenía alguna duda sobre lo hablado en su ausencia. Jimin se sorprendió al ver que habían más de cien páginas adjuntadas en el correo. Cerró su laptop con una mueca de flojera.

Weekend LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora