Weekend Lovers

CHAPTER 16

Canción: Angel - The Weeknd

El ruido del lugar se convirtió en un extenso pitido que aturdida el oído de Jimin. La frase daba giros en su mente sin parar como un auto de carreras en una pista compitiendo. Se sentía en un balsa en medio del inmenso océano Pacífico: perdido, mareado, atrapado, nervioso, con mucho miedo. Parpadeaba repetidamente tratando de reaccionar. Taehyung aún mantenía sus ojos sobre él, sonriendo ampliamente, acariciando su piel con su mano. Su corazón latía intensamente al tenerlo frente a él, sentía su sangre esparcirse por sus venas. El calor llegaba a sus mejillas que tomaron un color rosado.

Jimin estaba maquinando la respuesta una y otra vez. Pensaba y recordaba cada momento vivido con Taehyung. Cerró sus ojos intentando verlo a él con sus grandes sacos, sus bufandas tejidas, sus zapatos charol, sus tantas boinas que usaba todos los días para ir a la universidad, su bolso de cuero color caramelo, su cabello ondulado y castaño, su sonrisa cuadrada, sus rasgados ojos, su lunar debajo de su ojo. Se presionaba en hacerlo, quería hacerlo, deseaba hacerlo. Sin embargo, una vez más la imagen de Jungkook perturbaba su mente. Aparecía pese a que no le pensaba, no le deseaba, no le quería o eso trataba de ocultar su razón.

No podía aceptar una propuesta como la de Taehyung. No porque no le quisiera. Jimin adoraba al hombre que aún esperaba su respuesta sin quitar la sonrisa de su rostro. El único obstáculo era Jungkook quién todavía ocupaba una gran parte de su mente y corazón. Si Jimin aprendió una cosa durante esa relación de cinco años era que el amor a medias nunca es bueno, solo daña, lastima y perjudica. Taehyung no merecía ser amado a medias, debía recibir lo mismo que da. Jimin no sentía que podía brindarle todo aquello que él requería. No podía darle la estabilidad, felicidad entera o esa reciprocidad dado por el castaño. Se sentía roto.

– Taehyung... – tomó las frías manos del contrario – Mi corazón se inquieta al verte con tus preciosas flores y tu sonrisa perfecta en el marco de mi puerta. Mi estomago se siente llena de mariposas cada vez que me dices que me quieres, cada vez que me besas y abrazas – sus ojos comenzaron a aguarse – Siento mi mirada brillar con cada acción que haces. Amo escucharte hablar sobre la historia. Me gusta verte explicandome cada monumento en París. Me gusta compartir tazas y tazas de café junto con croissants recién horneados. Me gustan tantas cosas de ti que... – respiró – Me gustaría ser perfecto e ideal para ti...
– Lo eres, Jimin. – interrumpió acercándose hasta chocar narices.
– No lo soy, Tae – sollozó – No estoy ni cerca de ser lo que mereces. Me enseñaste tanto. Me haces sentir tan amado, pero... Aún necesito olvidar...

Una lágrima caía de su ojo derecho. Dolía no poder deshacerse del recuerdo de Jungkook. Taehyung unió sus labios con los del contrario. Disfrutaba del contacto, saboreaba algunas de las saladas gotas de agua que caían entre ellos. Se separó, respirando rápido, desapareciendo con los pulgares los rastros de lágrimas que aún habían.

– Te esperaré, Park Jimin – sonrió – Esperaré todo el tiempo que sea necesario... – el peligris sollozaba más acorralado entre los brazos de Tae – Siempre y cuando mi corazón lata por ti.
...

El invierno mantenía las calles parisinas llenas de nieve. Las casas y edificios estaban cubiertas de los blanquecinos copos. El ambiente era más frío que los meses anteriores. Eso tomó desprevenido a Jungkook quien no había llegado a la ciudad lo suficientemente abrigado.

– Señor Jeon, lamento no haberle comentado el estado meteorológico de la ciudad – su secretario hizo una reverencia avergonzado.
– No te preocupes, Jiwon – dijo negando con su mano – Es mi responsabilidad por no haberme fijado.

Frotaba sus manos entre sí, soplando para agarrar calor. Jiwon dudaba de entregarle su bufanda, mas Jungkook al percatarse de su accionar, volvió a negarse diciendo que estaba bien. Subieron a la camioneta y colocaron calefacción para contrarrestar con el infernal frío de afuera.