Soñaba contigo antes de conocerte. (Amor entre chicas)

¿Realmente está sucediendo?

-Ponte la pijama Candy, ya es bastante tarde y deberíamos dormir, mañana hay que ir a la secundaria y no podemos llegar tarde.

-¡Pero si es tempranísmo! -Exclamó un gesto caprichoso y tierno.

-Son las 11:00 pm, las niñas buenas se duermen a las 10:00 pm y máximo a las 11:00 pm.

-Oh, entonces no quiero ser una niña buena.

-Pero lo eres, Candy. Eres la niña más buena del mundo.

-No es cierto, también tengo mi lado rudo, Katherine.

Katherine se partía de la risa.

-Tú, ¿tienes un lado rudo? JAJAJAJAJ

-Claro que si, ¿acaso no es obvio?

-Lo único obvio es que el sueño te esta afectando, vamos, niña ruda, ve y ponte tu pijama.

Candy bufó y abrió una de las gavetas que Katherine le indicó. Obviamente no se pondría realmente su pijama, si no una de Katherine.

-Katherine, tus pijamas me quedan gigantes, mira mis mangas y mis pantalones.

Una vez más, Katherine estalló en risas.

-Eres una enana Candy.

-Claro que no, mido 1,60

-Eso es ser enana Candy, pero bueno, creo que tengo unas pijamas te hace tres años, creo que esas te quedarían mejor. Era más pequeña, algo así como tú.

-¿Luego te hiciste una gigante?

-No soy una gigante, exagerada. Soy alta, podría ser modelo.

-¿Acaso yo no? ¿No soy lo suficientemente bonita?

-Candy, tú eres una de las chicas más bonitas del mundo entero.

Candy sonrió coquetamente, se dio la vuelta y tomó una de las pijamas.

-Oh, pero mira esta, es una pijama con unicornios.

Katherine se sonrojo.

-Si, hay pijamas menos infantiles. Esa pijama me la regalo mi hermana. Siempre me regalaba cosas que no iban conmigo.

-Pues conmigo si que va, ¡La quiero usar! ¡Es tan linda! Deberías regalarmela.

-Vaya, si tanto te gusta, puedes quedartela.

-¿Deberás? ¡Eres la mejor!

-El hecho de que te emociones tanto por una pijama con dibujos de unicornios me confirma tu rudeza, Candy. -Exclamó Katherine entre risas. -Que tierna eres.

-Bueno, date la vuelta, me cambiaré.

-Está bien.

Katherine estaba sentada en su cama, se volteó viendo hacía la cabecera de la cama. Candy se alejó un poco de ella y comenzó a quitarse las prendas del uniforme. Cuando se estaba desabrochando la camisa y su sostén podía verse, Katherine la observaba. La observaba a través de un espejo que estaba en la mesita de noche. Candy no se dio cuenta. Katherine la veía con nerviosísmo, culpa, atracción. Veía sus delicadas manos desabrochando la camisa, quitarsela por completo, luego la vio quitarse la falda, y quedar en ropa interior. Se dió cuenta que Candy se quitaría la ropa interior, la vió desabrochar el sosten y justo antes de retirar las copas de sus pechos, Katherine quitó la vista. No podía seguir espiandolo, aquello era incorrecto y ya había visto demasiado. Su corazón palpitaba furiosamente y comenzaba a sentir demasiado calor y sudaba por los nervios. Sentía que Candy iba a llegar ya vestida con la pijama, y preguntarle con cara de espanto ''¿porque me observabas por el espejo?'' sin embargo aquello no sucedería. Candy no tenía ni la menor idea.

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