Alegría a medias

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Habían pasado tres meses desde la fiesta de Matías, fiesta donde se enteraron del noviazgo de los chicos. Esta relación permanecía en secreto, solo las chicas sabían. Una tarde, mientras comían todos juntos en la pizzeria, pasaron en las noticias un reportaje sobre lo que pensaban los niños sobre la homosexualidad. En eso llego Agostino, el padre de Alan y exclamó de forma prejuiciosa:

-¡Que generación tan dañada! No entiendo que clase de padres tienen, ahora todos ven la homosexualidad como algo normal, si yo tuviera un hijo ''gay'' moriría para mi. Lo digo en serio. Moriría para mi y para la familia. 

Todos lo vieron seriamente, con cara de susto. Agostino río fuertemente y volvió a irrumpir:

-¡No me digan que ustedes también piensan que todo ese rollo sobre la homosexualidad es normal! Pero bueno, da igual, realmente me da igual lo que los otros decidan hacer con sus culos. Siempre y cuando no sea de la familia.

Agostino se marchó riendo tranquilo.

Alan escuchó todo, de repente Alan comenzó a mostrarse más serio y frío con su padre, había algo en él que se había transformado en una seguridad y definición total. Ya no era tan tímido como antes. Decía las cosas de forma más directa y Agostino comenzaba a angustiarse. Alán siempre había sido muy buen hijo pero últimamente permanecía distante, incluso faltaba al trabajo y sus notas habían bajado. Ciertamente a los oídos de Agostino jamás había llegado ningún rumor sobre la nueva relación amorosa de su hijo, pero sí le habían llegado rumores de que andaba con ciertos muchachos rebeldes e imprudentes, el pizzero trató de confrotar a su hijo pero esto no dio muy buenos resultados. 

Alan solía pasar demasiado tiempo con Matías, Aaron y Adam. Éstos últimos eran dos hermanos gemelos que Alan conoció en la universidad, eran altos, atléticos, guapos. Iban al gimnasio, eran adinerados, coquetos, presumidos. Por alguna razón extraña, terminaron congeniando con Alan. Al principió molestaban mucho a este, pues su actitud sumisa y tímida no daba muy buenas impresiones, pero al pasar el tiempo, la forma grosera e indiferente con que Alan respondía a las críticas, causo una extraña sensación de simpatía de parte de los gemelos, quienes de repente pensaron que Alan era bastante cool.

Aaron y Adam solían meterse en problemas, pronto conocieron a Matías y sus personalidades calzaron a la perfección. Estos gemelos eran de otra ciudad, finalmente, después de pasar un trimestre estudiando en la Universidad Gutterk Sen, decidieron que querían volver a vivir y estudiar en su ciudad, donde tenían una gran mansión. Invitaron a Alan a ir con ellos, al menos un trimestre. Alan aceptó y sin pedirle permiso a su padre, simplemente le informó que tomaría un trimestre en la Universidad Huvols, Agostino, triste y resentido, no tuvo de otra que decirle que estaba bien. A Matías en un principio no le agrado mucho la idea pues pecaba de celoso y posesivo, pero luego pensó que sería mejor, pues podría meterse a la casa sin ningún problema y así pasar tiempo con Matías. Jamás podía ir a la casa de Matías pues Agostino no lo toleraba.

Las cosas entre Katherine y Candy iban realmente bien. Parecía como si cada día tuviera más color, parecía que cada día el amanecer era más brillante y la noche mostrara más y más estrellas. Pasaban mucho tiempo juntas, no se separaban. La ventaja era que los padres de Candy casi nunca estaban, así que Katherine y ella podían pasar mucho tiempo juntas. Habían planeado ir juntas al centro comercial, ver una pelicula y también comprar ropa. 

Eran aproximadamente las 5:00 pm y Candy ya había llegado hacía 10 minutos. Esperaba a Katherine tranquilamente, sentada en una sala en medio del segundo piso, donde habían acordado encontrarse. Realmente había llegado muy temprano, estaba tan emocionada que no vio bien la hora. Debían encontrarse hasta las 5:30 pm.

Soñaba contigo antes de conocerte. (Amor entre chicas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora