Alegría a medias (Continuación)

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¡Diablos! El tránsito estaba totalmente saturado, ¿porque tenía tanta mala suerte? Ahora llegaría tardísimo, de repente se le ocurrió llamarla. ¡Diablos! No tenía nada de señal.

-¿Disculpe? ¡Señor! ¡Oigame! ¡Diablos! ¿Porque no le baja un poco a esa HORRIBLE MÚSICA?- Y justo mientras decía eso el chofer bajo el volumen.

-¡Vaya! ¡No tiene que ser tan grosera señorita! Lo siento mucho pero me encanta la música de mi tierra, ah, amo la música ranchera de mi pueblo...

-¡Buenísimo eso de que le guste! No quise ser grosera. Solo quería que me dijera ¿cuánto me cobra por dejarme acá? Creo que no servirá mucho esto de esperar, necesito llegar urgentemente.

-¿Esta segura? ¡Yo pienso que esto pronto se aflojará! Mire señorita, es que hubo un choque por allá, ese es el problema, ¿no oye las sirenas? Pronto viene la ambulancia y...

-Lo siento, debo irme ya, tome esto. -Le entregó 10 dólares y abriendo la puerta se marchó-

-SEÑORITA, ESPERE, SU VUELTO...

Katherine corría.

''¡Rayos! Es muy tarde, pronto serán las seis, ni siquiera puedo llamar a Candy...No entiendo que pasa con este estúpido sistema...no tengo nada de señal. Joder.''

De repente observó un montón de biciletas naranjas, todas muy brillantes. Observó a una joven mujer agachada limpiando la barra de una de ellas, cuando esta se giró, la reconoció...Era aquella chica, la amiga de Candy, la de la horrible gorra hippie....¿Cuál era su nombre? No lo recordaba.

-¡Hey! ¿Que tal? ¿Me recuerdas?

Betty la reconoció. Se puso colorada.

-Por supuesto señorita, usted estaba con Candy en la feria...

-Si, aquel día fui muy descortes, quiero pedirte una disculpa. -Exclamó Katherine, de forma muy sincera, acompañada de una sonrisa muy dulce-

Betty sonrió.

-No se preocupe, ¿cual es su nombre? 

-Mi nombre es Katherine, y el tuyo es...-de repente lo recordó- Betty, sí, Betty -Estableció feliz de recordarlo.

-¡Asi es!

-Bueno, debo dejarte, voy muy tarde, se supone que debía encontrarme con Candy hace casi media hora, no sé como haré para no llegar más tarde de lo que voy..

-Tome una bicicleta de estas, es parte de un programa que busca bajar el impacto de la contaminación producida por los gases de los automóviles y asi...bueno, supongo que lo habrá escuchado alguna vez, por fin llegaron a la ciudad.

-¡Wow! ¡Increíble! Sí había escuchado de esto en la televisión y había leído en los periódicos, bien, ¿como funciona?

-¿Hacía donde se dirige?

-Hacia el centro comercial.

-Bien, antes de llegar al centro comercial hay otro de estos puestos, ahí puede dejarla, llegará pronto.

-¡Gracias Betty! -

Katherine tomó uno de las bicicletas, de repente recordó que hacia mucho no conducía una. De repente pensó que moriría, luego pensó ''Nah, lo que bien se aprende nunca se olvida, bueno, espero haber aprendido bien porque aquí vamos!''

Pedaleó realmente rápido. Pronto llegó, entro corriendo, luego se dio cuenta que parecía un tanto loca y comenzó a caminar más lento. Entro al ascensor y presionó el botón del tercer piso. Sabía que cuando la puerta se abriera ahí estaría su chica, esperándola. ¡Diablos! ¿Que había pasado? Ese debía ser el peor día de todos, la puerta del ascensor simplemente no habría. ¡Joder! Observó su teléfono y vio al fin tenía señal. La llamó.

-¿Candy? ¿Mi amor?

-¿Que pasa, Katherine? ¿Donde estás? ¿Acaso no vendrás? Ya son las 6:05...

-Mi amor, estoy más cerca tuyo de lo que creerás.

Candy se levantó emocionada, miró hacia todos los lugares y volvió a sentarse pues no la vio en ninguna parte.

-No te veo en ninguna parte, no te escondas de mi.

-No me escondo, Candy, te parecerá loco pero la puerta del ascensor simplemente no abre. Oh, aquí hay un botón de emergencia, lo presionare.

-¿AHHH? ¿ESTÁS ATRAPADA EN EL ASCENSOR? DIOS, siento que me desmayaré, soy claustrofobica y con solo escuchar que estás ahí me da terror, ¡Katherine pobre de ti! ¡Necesitas salir de ahí ya mismo! ¡Pobre de ti! Dios mio, Dios mio, ¿acaso no tienes terror? ¡Espero que salgas pronto! Creo que...¡deberías llamar a emergencias! 

-Candy, Candy, cálmate, pronto saldré...Oh espera, escuchó una voz. Alguien me habla, supongo que ya me ayudarán. Debo colgar..

-NO ME CUELGUES! Joder, me colgó...

Mientras tanto, en el ascensor, una voz resonaba.

-Señorita, mantenga la calma, estamos trabajado para resolver el problema, la puerta se ha atascado por un problema técnico meno, mantenga la calma, no se preocupe, ¿nos escucha bien?

-¡Oh! Perfectamente, estoy tranquila, solo necesito que lo solucionen pronto...

Y así fue, la puerta se abrió.

Candy estaba frente a la puerta con los ojos llorosos.

-¡Mi princesita! No llores. Ya estoy bien. -Decía mientras extendía los brazos para recibir a Candy entre sus brazos-

-¡Pensé por un segundo que morirías!

Katherine rió.

-Eres una exagerada, estoy completamente bien, solo me atrase, lo siento mucho Candy, no quise hacerte esperar...

-Oh, eso no importa, lo importante es que estés bien, lo importante es que te encuentres en perfectas condiciones, estaba tan preocupada, Katherine, en serio espero que eso jamás me ocurra, pero si me llega a ocurrir espero que sea contigo porque actúas de forma muy valiente, en serio, no sé como hiciste, yo habría olvidado como respirar...

Katherine no podía evitar reír y sentir mucha ternura.

-¿Le tienes mucho miedo a los ascensores? ¿No los usas?

-No, solo uso las escaleras normales...

-¿Eh? ¿Tampoco usas las escaleras eléctricas?

-¡Las odio Katherine! Son horribles, ¿Acaso nunca has escuchado sobre los cientos de muertes y pérdidas de miembros producto de esos horribles aparatos? siempre que hayan escaleras normales prefiero usarlas.

-El problema es que a veces no hay, Candy.

-Lo sé...prefiero usar los ascensores.

-¿En serio?

-Sí. Pero en serio, odio esas cosas, son horribles...tendrás que bajar conmigo por las escaleras comunes, siempre que hayan...

-Creo que aquí, para llegar al cine, no hay escaleras comunes.

-¡Diablos! La vida es un poco injusta con algunos...

-No sé porque le tienes tanto miedo, habría que tener muy mala suerte...

-Pues una vez casi muero en una escalera eléctrica, la escalera se quería tragar mi pie.

-¿De verás? Vaya, no sabía que las escaleras querían tragarse los pies de la gente.

-Pues no sé si todas, pero esa escalera si quiso tragarse el mio.

Katherine reía.

-Tal vez era una escalera con fetiche de pies.

-Es posible, cosas raras se ven en este mundo, ¿no lo crees? -Decía Candy entre risas, de igual forma que la pelinegra-

Las chicas subieron las escaleras normales, afortunadamente sí existían, iban directo al cine, a ver la nueva película de moda.



Soñaba contigo antes de conocerte. (Amor entre chicas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora