Las niñas bonitas como tú.

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Katherine se levantó de su cama, se miró en el espejo y se dio cuenta de lo muy desastroso que lucía su cabello, vio unas grandes ojeras e hizo una mueca de disgusto.

''Vaya, luzco terrible hoy.'' Se dijo a si misma con un suspiro de resignación.

Se quitó la pijama, y se quedó desnuda frente al espejo, observando su cuerpo de arriba a abajo con una cara seria difícil de entender. Después entro al baño y observó caer el agua fría, de repente le salpicó en el cuerpo haciéndole brincar un poco, no tenía ganas de bañarse. No tenía ganas de hacer nada, todo lo que quería era meterse entre las cobijas de su cama y dormir hasta las 2:00 PM.

Pero no todo era tan sencillo como solo quererlo. Tenía que ir a la secundaria. Tenía que ver a Candy, enfrentar sus sentimientos hacia ella.

Finalmente, obligo a su haragán cuerpo a meterse entre el agua terriblemente helada, pero al menos le ayudo a despabilarse. Se puso un pantalón de mezclilla de color gris oscuro muy ajustado que moldeaba sus increíbles piernas y trasero, unos muy glamuroso botines, una camiseta de algodón blanca con un estampado de Marilyn Monroe y encima una chaqueta de cuero negro. Un look lleno de elegancia, seguridad y sensualidad. Algo muy Katherine.

Vio su cabello, pero a pesar de haberlo lavado con su shampoo especial para cabello negro, no le parecía que luciera lo suficientemente bien, así que fue a su armario y sacó un gorrito de lana color rojo vino, y ahora si, su look estaba perfecto, pero aún había que hacer algo con esas ojeras, así que tomo su estuche de maquillaje, cosa que realmente casi nunca usaba, Katherine tenía un cutis hermoso. Pero bueno, hoy necesitaba esconder esas ojeras.

Asunto arreglado. Se miró al espejo, lucía increíble.

Finalmente desayuno un poco de cereal con rebanadas de banano y salió de su casa, mientras iba caminando se llevó tremenda sorpresa. De una de las puertas de las casas de su vecindario iba saliendo Candy.

Katherine no lo podía creer, Candy y ella eran técnicamente vecinas.

Por un segundo la pelinegra quiso irse caminando lo más rápidamente posible y fingir que no lo había visto. Sentía mucha vergüenza, como si su declaración a Sebastian sobre el amor que sentía hacía la rubia, hubiera sido ante ella y no ante su amigo.

Pero se armó de fuerzas y se quedó frente a la puerta de la casa de la chica, observando a Candy de espaldas, luchando torpemente para abrir la puerta, Katherine adivino fácilmente que la rubia había dejado su mochila, pues no la llevaba consigo.

-¿Aún no aprendes las mañas para abrir la puerta de tu casa?

La rubia sorprendida miro hacia atrás y sonrió muy alegre.

-¡Oh, eres tú Katherine! ¡Buenos días! Y así es, aún no entiendo como abrir esta puerta, debería ser tan simple como meter la llave y girarla, pero no, ¡abrir esta puerta es todo un lío!

-Bueno, déjame ayudarte. -Dijo Katherine acercándose y tomando la llave de las manos de Candy.

Solo le tomo 5 segundos y listo, la puerta estaba abierta. Candy se quedó boquiabierta y después bufó.

-¡Vaya, está ni siquiera es tu casa y tendrás que darme instrucciones de como abrir la puerta!

Las dos rieron, Candy entró rápidamente a sacar su mochila y las dos se fueron caminando juntas...

Katherine pensó ''Se está creando un silencio incómodo, tengo que hacer decir algo, estar así me pone más nerviosa.

-¿Quieres jugar algo?- Preguntó animadamente Katherine.

-¿Jugar? Uhm, claro, ¿en qué consiste el juego?- preguntó confusa pero entusiasmadamente Candy.

-Es muy sencillo, te haré 5 preguntas y tienes que contestar una respuesta incorrecta.

-Entiendo, me parece bien. -Contestó Candy con ese tono dulce y femenino que la caracterizaba.

-Y para hacerlo más interesante, si ganas, te invito a comer pizza hoy en la tarde y yo pagó todo Pero si pierdes, mañana me llevas a la secundaria una bolsa con galletas de esas que las niñas bonitas como tú hornean.

Candy soltó con una risa que sonaba como una melodía irresistible, después exclamó:

-Me encanta la idea, empecemos.

-¿Dónde estamos? -Dijo Katherine dando inicio al juego.

-En Neptuno.

-¿Hacia dónde vamos?

-Hacia las estrellas.

¿Cuál es mi nombre?

-Hannah Montana!- Exclamó entre risas.

Katherine también rió.

-Muy bien...uhm....déjame pensar otra pregunta...uhm...

Pasaron algunos segundos mientras Katherine pensaba en una nueva trivia y finalmente dijo:

-¿Espera, que número de pregunta sigue? Ya me confundí....

-La 5 tontita- exclamó Candy

-¡JA! Has caído, ¡has contestado correctamente!

Candy le dió ''golpes'' en la espalda y hombros a la pelinegra.

Katherine no paraba de reír y decía:

-¡Claro que no lo fue! He jugado limpiamente, pero para que veas que no soy tan mala, haré de cuenta que has ganado y te invitaré a la pizza a la salida. ¿Vale?

Candy esbozó una gran sonrisa que embellecía su hermoso rostro, junto con el brillo de sus ojos en aquel momento.

-Me encantaría. -Contestó finalmente Candy.

Finalmente estaban frente a la gran entrada de la secundaria, ambas muy ansiosas por ir a comer pizza juntas.

Soñaba contigo antes de conocerte. (Amor entre chicas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora