Si, estoy emocionada.

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''Primer día de clases de mi último año de secundaria, veremos que ocurre este año, espero conocer a alguien en el que pueda encontrar algo''

-¡Katherine! Exclamaron varios chicos casi al mismo tiempo.

-¿Que hay? Ya comenzaba a extrañarlos- Decía Katherine mientras saludaba a sus amigos.

-¿Emocionada por el último año? -Pregunto coquetamente Sebastian, uno de los chicos más guapos y populares del colegio.

Katherine hizo una mueca de fastidio.

-Sí de aquí a la salida encuentro a alguien nuevo que pueda llamarme la atención, te responderé- Dijo Katherine acompañada de un guiño dirigido para Sebastian.

Sonó la campana. Todos fueron a sus aulas correspondientes, listos o no, a su primer día de clase del último año.

Katherine empezaba con Historia, en el segundo piso, con una profesora que según lo que le habían dicho los rumores, era demasiado estricta, por lo que aconsejaban intentar simpatizarle aunque sea un poco, no querrías estar en su lista negra. Katherine llego puntual y exclamó un buenos días acompañado de una sonrisa y presentación de si misma, más valía hacerle caso al consejo, solo por precaución.

Se sentó en el medio, no muy adelante ni muy atrás, así le gustaba. No era de su agrado adelante porque se sentía vigilada por los profesores, y hacerse atrás era igual a demasiadas distracciones y risas inevitables, era mejor estar en el medio, estar con la mente en clase pero también poder cuchichear con sus compañeros.

Inició la clase y apenas si se había dado cuenta que no había observado los rostros de sus compañeros.

''Ahí está Matías, Sebastian, Lizzy, Valentina, Sofía, Fabricio y... ¿Un nuevo rostro?'' Se preguntó a sí misma con un tono de confusión entremezclado con intriga.

Sentada a su lado se encontraba una chica nueva. Una chica rubia de cabello liso con puntas ligeramente onduladas, rostro fino y perfil perfecto, ojos azules que encantarían a cualquiera, y una mirada con la ternura e inocencia de un corderito bebe. Sus delicadas manos estaban cruzadas posando sobre un cuaderno con tapa rosa y su mirada fija y concentrada en el mapa donde señalaba la profesora, aquella mirada tan tierna la despojó de sus defensas, por un momento se sintió perdida entre aquellos ojos azules, los cuales tan solo podía observar de lado, pero aquello le permitía observar unas pestañas largas, gruesas y muy arqueadas, aquella chica parecía sacada de un cuento de hadas, y ciertamente jamás se había sentido tan sorprendida por la belleza de otra fémina. De repente salió de su burbuja de encantamiento.

''¿De dónde salió una chica tan adorable para venir a este rebaño de vacas brutas, salvajes e inútiles?''

Dio y suspiro y pensó ''Pobre niña''

Quitó la vista. Se olvidó de la chica.

Las horas pasaban y la clase estaba cada vez más aburrida, hasta que al fin, una vez más llegó al oído de los desesperados chicos el sonido de la campana.

''¡Hora de desayunar!

-Uff, que alivio.

-Ya era hora.

-Sentí esta clase como una eternidad''

Esos eran los comentarios que se escuchaban.

Entonces Katherine la vio, una vez más.

La chica nueva se levantó de su pupitre y camino tímidamente hacia la puerta, apretujada entre todos los chicos desesperados por salir, después de batallar un poco, se encontró en medio del pasillo y no sabía hacía donde ir.

Katherine la observó, la rubia se veía totalmente desorientada así que decidió guiarla, al fin y al cabo esta chica había logrado llamar su atención, y además, ¡no podía dejar a tan tierno angelito en medio de aquella jungla salvaje!

-Hey, ¿Quieres ir a la cafetería?- Le pregunto mientras se acercaba ofreciéndole una sonrisa tranquila, luego tuvo que hacerle un par de señas para que entendiera que si era a ella.

-¡Oh, me encantaría! Estoy terriblemente perdida, soy nueva por aquí y esto me hace entrar en pánico, ¡no pensé que esta secundaria sería tan gigante! -Exclamó tiernamente y con tono de preocupación mientras extendía sus brazos y miraba hacia arriba con la boca ligeramente abierta.

Katherine se echó una risilla.

-Por supuesto que sé que eres nueva, tú no sabes quién soy yo pero todos los otros si lo saben, y yo sé quiénes son todos los otros, ¡este es mi reino! -Contesto Katherine de forma presumida y burlona, mientras extendía sus brazos hacía arriba justo como la chica nueva lo había hecho, con la que diferencia de que Katherine lo hacía orgullosa y no asustada.

La chica nueva solo suspiro y sonrió nerviosa.

-Todo estará bien- Dijo Katherine, esta vez con un tono más humilde. -Por cierto, mi nombre es Katherine, como supondrás, estoy aquí desde el primer año, conozco muy bien todo y a todos, y haré que seas parte de esto, te encantará estar aquí.

-Gracias, eres muy amable, mi nombre es Candy, ¡mucho gusto Katherine! - Exclamó dulcemente la rubia encantadora, mientras sus ojos azules brillaban.

Katherine sonrió mostrando unos hermosos y parejos dientes blancos.

-Muy bien, me muero de hambre, ¡dejemos de perder el tiempo y vayamos a comer por favor! Dijo Katherine en modo de súplica graciosa.

Entraron a la cafetería, gracias a la popularidad de Katherine no necesitaron hacer fila, simplemente sus amigos la adelantaron, y Candy por estar de ella, también pudo hacer provecho del privilegio y tener la comida en su bandeja sin esperar casi nada, Katherine tenía mucho interés en conocer a la rubia, así que hizo una excepción a la costumbre de sentarse junto a sus amigos, y prefirió sentarse tan solo con Candy, conversaron durante todo el receso.

Soñaba contigo antes de conocerte. (Amor entre chicas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora