Soñaba contigo antes de conocerte. (Amor entre chicas)

Mejillas sonrojadas

A la mañana siguiente cuando los primeros rayos de luz se colaron por la ventana, Katherine se despertó aún con una sensación soñolienta y cansada, entreabrió los ojos lentamente y al mirar a su lado observó las sabanas desordenadas y el espacio vacio donde debería estar Candy.

¿Que diablos...acaso otra vez Megan se habrá adueñado de mi chic...?

De repente se puso roja de verguenza. Candy seguía en la habitación con ella, estaba de espaldas mirando por una de las ventanas. Katherine pudo escuchar las risitas de la rubia. Al observarla darse vuelta, la mirada de Candy, aguda y coqueta, también demostraba reírse.

-Ignora lo que he dicho, que verguenza. -Dijo tímidamente la pelinegra.

-¿Ignorar el hecho de que eres demasiado celosa? -Exclamó Candy con un tono burlón.

-Me haces pasar verguenza, vamos Candy, no me hagas esto, deja de mirarme así.

-¿Como te estoy mirando?

-Pues, así, con esa cara...Parece que tu rostro me dice ''eres terriblemente rídicula''

-¡Claro que no! Mi rostro te dice ''Eres terriblemente tierna con tus celos''

-Ah, que alivio, pero ¡NO! espera, no me he puesto celosa ni una sola vez.

-¿Ah no? Que extraño, eso es lo que indica tu voz, tu lenguaje corporal y tu mirada de asesina.

-Uhm, ya basta, no te sigas burlando, tal vez he estado tantito celosa, pero no es para que me digas estas cosas.

Candy sonrió dulcemente y se acerco al rostro de Katherine, estiro su mano y tomo una de las mejillas de la pelinegra, con una mirada atrevida y pícara le sonrió, se acercó a sus labios y después, se desvió y le dio un simple beso en la mejilla.

Katherine estaba desconcertada.

-¡Eso no es justo Candy! Es bastante cruel, me ilusionas.

-¿Te ilusiono? Bueno, las ilusiones deben hacerse realidad.

-Si, así lo creo. -Y tomando de la cintura a Candy, le plantó un beso brusco en los labios, sin embargo aquel beso inesperado y exigente, denotaba muchísimo amor y ternura.

Candy quedó con los ojos cerrados y los labios en posición de besar. Cuando abrió los ojos observó a Katherine riendose maliciosamente.

-¡Eh! Ahora me las he cobrado, te he dado el beso y te he dejado con ganas de más.

El rostro de Candy tomó una expresión infantil y caprichosa, fingió estar enojada y se cruzó de brazos.

Katherine se acercó a su frente y depositó un tierno beso.

-Se nos hará tarda, Candy, es hora de alistarnos.

-Lo sé, lo sé, quisiera quedarme contigo aquí todo el rato, ya sabes, sin profesores y clases aburridas, pero no importa, ¿sabes? aún cuando este en el lugar más aburrido si es contigo me resultara muy agradable.

Katherine sonrió agradecida, se sentía realmente afortunada de tener a Candy consigo y que aquella extraordinaria chica sintiera tan profundo apego y sincero afecta hacia ella.