Me había despertado temprano, el calor del cuerpo de Luke me invitaba a quedarme en la cama, pero una vez había abierto mis ojos y reconocido el lugar en que me encontraba había sido imposible que volviera a dormir. Dejando al rubio en la cama, no quería interrumpir su descanso, y yo por mi parte necesitaba comenzar el día despejándome. Tomando mi bolso me dirijo al baño para lavarme los dientes y cambiarme a una calza, top y campera deportiva, preparándome para comenzar el día corriendo lo suficiente como para escupir mis pulmones.
Salgo de la habitación encontrándome a Kyser también despierto y esperando por mi, teníamos nuestra rutina y nunca la cambiaba, y estaba inmensamente agradecida por esta bola peluda. Afortunadamente la salida del piso privado no requería ninguna llave, por lo que rápidamente pude bajar por las escaleras, el silencio dominando la enorme casa club, y me imagine que no era habitual para las personas que vivían aquí despertarse tan temprano. Afuera el tiempo helaba y podía ver el vaho de mi respiración, pero sabía que no iba a tardar en entrar en calor.
Con la correa de mi perro firmemente agarrada comencé a correr, primero dirigiéndome hacia el lado de la propiedad donde estaba el enorme galpón donde había sido la primer fiesta a la que había asistido, y luego siguiendo el límite del terreno a unos metros, optando por seguir el perímetro de la propiedad para hacer una ruta más larga y de paso familiarizarme con el espacio. Lo cierto es que el lugar era enorme, cortesía de encontrarse a las afueras de la ciudad, probablemente unas cuantas hectáreas de tierra, había incluso un ojo de agua y un pequeñísimo bosque, en el cual paramos para que Kyser pudiera refrescarse y yo me tome unos minutos para estirar mis músculos. El cuerpo ya me quemaba y me quite la campera atándola en mi cintura, apreciando el paisaje por unos momentos, el lugar era hermoso y me hacía sentir liviana, dándome fuerzas para continuar.
Agradecía el esfuerzo y el agotamiento en mi cuerpo, sentir el sol calentándome lentamente, hace parecer que las cosas son menos malas, aunque en el fondo me siento enterrada hasta el cuello de mierda. Pienso en el local, en el club, en mi casa, pienso en como protegerme, y pienso en que espero que quien sea el hijo de puta que se obsesionó conmigo va a terminar en la cárcel. Recuerdo las palabras del oficial, sobre la falta de pruebas, y decido que debo llamar al sistema de alarmas que hay en el club y pedir más cámaras en la puerta, y agregar algunas al sex-shop e instalar un par también en mi casa; no me hace mucha gracia vivir vigilada, pero si lo que hace falta son pruebas, entonces pruebas les voy a dar. Considero la oferta de los chicos del club, y honestamente un aumento en la seguridad no vendría nada mal, no solo por mi sino para todas las chicas, debo protegerlas también, no puede suceder algo como lo de Lisa. Tengo el comienzo de un plan de acción y eso me da seguridad, y por primera vez desde que vi aquella nota, siento que estoy volviendo a tener las riendas de mi vida.
El sol ya esta alto en el cielo y yo siento las piernas como gelatina, cuando decido que ha sido suficiente y vuelvo a encaminarme al club, pero al entrar todavía lo encuentro silencioso. Miro la hora y apenas son poco más de las 7:30 de la mañana, y aunque estoy empapada en sudor decido quedarme en la cocina y preparar algo para el desayuno. Saco algo de carne y arroz de la heladera para dejarle un plato a Kyser, quien no se despega de mi lado desde que entramos al club, y conectando música a mis auriculares para comenzar a cocinar. Era una actividad que amaba y que también me ayudaba a relajarme, y luego de mirar el contenido de las alacenas y los enormes refrigeradores, decidí volver a hacer muffins de vainilla y chocolate, y podía preparar tostadas, huevos revueltos y algo de tocino mientras estos se cocinaban.
Mezclo diferentes ingredientes en varios bolws, preparo el horno y los moldes, y bailo y canto en la cocina como si estuviera en mi casa, el olor de las preparaciones en el horno hace que el estómago me ruja y pongo también una cafetera a funcionar. Rápidamente varias bandejas de muffins están prontas gracias al enorme horno, y las pongo a enfriar mientras termino de preparar los huevos, feliz con mi trabajo. A mi espalda escucho a Kyser ladrar, quien había tomado un lugar en un rincón, y cuando me doy vuelta me encuentro al rubio observándome. Trae puesto un pantalón deportivo gris que me hace querer babear y su torso desnudo, enseñando algunos tatuajes y cicatrices. Siento que me recorre con la mirada, puedo ver como hay molestia y diversión en sus ojos mientras se acerca, con Kyser pidiendo atención y siguiéndolo de cerca.
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Fuego cruzado (MC - Iron Riders)
ChickLitElla tenía su vida en orden, su propio sex shop y un club nocturno con su mejor amiga, un apartamento, un perro y toda la determinación del mundo en ser su propia mujer. Fuerte, libre y feliz. Pero en una sola noche, una sola pelea iba a ser capaz d...