Agradecí que el día en la tienda había sido más lento de lo normal, y nos había permitido a mi y a Sam un tiempo de tranquilidad para poder hablar. Después de enterarse del resultado Sam no había tenido ninguna duda de que quería seguir adelante con su embarazo, aunque le preocupaba la reacción que pudiera llegar a tener Bash, tenía claro de que con o sin él iba a hacerlo. Había decidido darle el chupete que había comprado por impulso, y esa misma noche ella pensaba dárselo a motero, junto con la prueba que decía las semanas, y ver que sucedía.
Entendía su nerviosismo, aunque con el amor que había visto en los ojos del moreno cuando me había venido a hablar de pedirle matrimonio a mi amiga, dudaba que fuera a dejarla sola por el resto de su vida, mucho menos tratándose de un hijo. Aún así me sentía nerviosa por ella, Sam tenía un corazón inmenso, y la vida se había empeñado en magullarlo pero ella era incapaz de controlarse, amaba con locura y odiaba de la misma forma, el cambio de su vida en estos meses era una clara muestra de ello.
Luego de unos pocos clientes cerramos el local, las dos teníamos muchas cosas en mente como para demorarnos de más allí, teníamos que ir a nuestros departamentos a buscar algunas cosas más y luego volveríamos al club; yo había podido ponerme en contacto con una empresa de seguridad pero no podrían hacer la instalación de las cámaras hasta el final de la semana, por lo que por ahora iba a aceptar la oferta de Luke y quedarme con ellos.
Afuera nos esperan los dos prospectos, y hago una nota mental de que si van a estar aguardando fuera del local estos días llevarles al menos algo de tomar y comida; mierda de suerte la suya.
- Buenas tardes chicos - saludo a los dos, que me responden con un gesto de la cabeza - supongo que el jefazo les dijo que nos sigan, así que ahora vamos a ir al edificio ¿Nos siguen con las motos?
- Por supuesto, cuando ustedes salgan - responde el mismo que me siguió hoy a la farmacia.
Acompañadas por Kyser nos volvemos a subir al escarabajo, agradecía que él fuera tan obediente y no me diera ningún problema, ya que no me imaginaba no tenerlo conmigo. Mi amiga hizo rápidamente el corto camino hacia nuestra residencia, y aunque solo el día de ayer habíamos estado allí, me parecía que habían pasado siglos. Los chicos estacionan las motos a ambos lados del escarabajo y se bajan apenas unos segundos después que nosotras, para seguirnos dentro del edificio. Acordando volver a bajar media hora después nos dirigimos cada una a su casa para poder poner las cosas en orden, y subo a mi pequeño paraíso personal, llenando de mimos a mi hermoso perrazo bajo la atenta mirada del motero, a quien se le escapa una pequeña sonrisa con mis tonterías.
Las puertas del ascensor se abren y siento como el alma se me va a los pies. La puerta usualmente blanca de mi departamento ahora tiene un dibujo de una rosa, lo que espero que sea pintura roja chorrea por la madera de forma macabra, y en el tapete de entrada se encuentra una sola flor descansando burlona, junto a un sobre blanco, que estoy segura de que tiene alguna nota en su interior. Las ganas de vomitar me atacan pero me obligo a dejarlas de lado, a mis pies Kyser gruñe furioso como si el también supiera que alguien había ultrajado nuestro espacio, y el motero a mi lado se congela por un segundo antes de salir cual toro embravecido del ascensor. Consigo pararlo antes de que pueda tocar nada y saco mi celular, buscando el número del detective Ramírez, tragando las lágrimas de rabia que amenazan salir de mis ojos si me atrevo a pararme a pensar. Atiende al segundo timbre, y no hace falta que diga demasiado, cuando 5 minutos después lo tengo con todo un equipo de la policía técnica en el edificio.
Justo como el día anterior él se dedica a tomar mi declaración, aunque esta vez no hay demasiado que decir, y terminamos mirando a los de científica trabajar en la puerta; uno de ellos toma cuidadosamente el sobre y lo abre bajo nuestra atenta mirada, mostrándome su contenido por su tuviera algún significado especial para mi.
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Fuego cruzado (MC - Iron Riders)
ChickLitElla tenía su vida en orden, su propio sex shop y un club nocturno con su mejor amiga, un apartamento, un perro y toda la determinación del mundo en ser su propia mujer. Fuerte, libre y feliz. Pero en una sola noche, una sola pelea iba a ser capaz d...