Ho por la buenas oh......

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 Anuncio, Y esa era Amanda, decía algo, te dejaba desconcertado y huía antes de que racionaras Diciendo esto desapareció dentro del cuarto de baño y cerro la puerta con pestillo, said no salía de su asombro, como las mujeres occidentales podrían ser tan expresivas en cuanto al sexo, y Amanda no era la acepción aunque sabía que en el fondo lo decía para molestarlo, una parte de él,  le gustaba ese juego de palabras que tenia con ella mientras que otra quería que ella fuera más dócil con él, mientras sopesaba el asunto después de un par de buenos minutos, Amanda salía de la ducha, con el cabello húmedo que se frotaba con suavidad con una toalla para secarlo por completo, miro a said con cara de fastidio, el no aparto la vista de ella

- Pensaba que no tenías más nada que decirme

- hay muchas cosas más que tengo que decir, pero huiste al baño

- huir...Va… ahora darse una ducha es huir, además al Manzur no te tengo miedo

-¡Ha… si!

Dijo said colocándose de pie  y dando dos pasos hacia ella, eso hizo que Amanda retrocediera tres, said soltó una gran carcajada que resonó en la habitación 

- Ha sí, que no me temes

- Prefiero la distancia entre los dos

- Deberás acostumbrarte mi pequeña, recuerda que frente a mi madre eres la mujer a la que amo, y se vería muy extraño que no te tocara

- Si, ya lo sé, pero mientras estemos los dos solos prefiero que estés lejos de mí 

- Imposible

-Nada es imposible al Manzur

- ¡Said!, llámame said, ya te lo he dicho

- No se me da la gana, de llamarle como quiere alteza

Said soltó un gran suspiro, era imposible discutir con Amanda, quien se estaba cepillando el cabello como si nada estuviese pasando

- Nena no sé nada de ti, tienes que decirme que es lo que te gusta y que no, saber lo primordial de tu vida

- Es fácil, tú no me gustas y no me quiero casar contigo

- ¡Amanda! Vamos es necesario para mantener las apariencias, ¿Ho prefieres que haga esto al modo que lo hacen en mi país? 

- A ver, ¿a qué modo te refieres?

- Secuestrarte y casarnos en mi país

Amanda quedo muda abrió muchos los ojos y entreabrió la boca y miro a said con horror atreves del reflejo en el espejo

- Tu… no... Pué…des hacer algo así, irías a la cárcel soy una ciudadana británica  la ley me respalda

Said rio con súbito descaro ante el comentario de Amanda esta se levanto de la silla donde se encontraba sentada,  dio dos pasos hacia él, y volvió a preguntar

- No puedes hacer algo así ¿verdad?

- Ho pequeña, soy un príncipe, puedo hacer lo que se me dé la gana y la policía londinense no movería ni un solo dedo ante tu desaparición, y mucho menos al saber que ya nos habremos  casado y la noticia se sepa en todos los diarios del mundo

Amanda estaba clavada al suelo, recordó que había leído un par de libros de jeques de  Sara Marton y hablaba del secuestros de mujeres y de todo lo que said le estaba diciendo, estaba tan ensimismada recordando aquellos libros que no se dio cuenta que said ya estaba a unos centímetros de ella, acuno su rostro que estaba tan blanco como un papel  e hizo que lo mirara

- No quiero llegar hasta esos extremos contigo pequeña, quiero casarme aquí que tu familia este a tu lado y que sea bajo estas leyes

Amanda sacudió la cabeza y dio un paso atrás, se giro sobre sus talones volvió a sentarse frente a la cómoda  tomo el cepillo y siguió peinando su cabello

El rostro de la venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora