La estrategia

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Pasaron varios días, en concreto dos  semanas, en las que Amanda, no salía de su habitación, solo  para lo estrictamente reglamentario y eso incluía, baños en la lujosa piscina, comidas, ver las puestas de sol y demás, de resto hacia todo lo  posible por no toparse con said y este por el contrario había teniendo la suficiente paciencia para no hacer, ni decir nada impropio que empeorara la situación, comprendía de cierto modo su actitud, aunque su paciencia también tenía limites, limites que se acercaban cada vez más,  a su fin

 Acercándose a la puerta del dormitorio que estaba ocupando Amanda la abrio muy despacio, tenía que hacer algo para que estuviesen cerca, o para que por lo menos intentaran llevársela bien, miro a Amanda, estaba sentada cerca  de la ventana con un enorme cuaderno de dibujo cerró los ojos por unos instantes alejando los recuerdos, y centro la vista en ella, tenía una de sus camisas, se había negado a usar el guardarropas entero que había traído para ella, con diseños exclusivos de grandes magnates de la moda de todo el mundo, valentino, vera Wang, ángel Sánchez y otros diseñadores cuyos nombres había olvidado, incluido todo un ajuar de ropa intima la perla, victoria secret  eran muchas de las cosas preciosas que le encantaría verlas puestas en  ella, pero era tan tozuda que se había negado a usar alguna prenda para no salir  con él a ningún evento, y a ningún lado, Amanda era una mujer muy frustrante y muy decidida, así que su estrategia de seducción debía de ser mas....mucho más sutil y certera que las que había utilizado con otras mujeres.

Estaba tan concentrada que apenas noto su presencia, así que el solo se quedo allí contemplándola un momento más antes de romper el hechizo. Tenía los pies cruzados a lo largo del respaldo del sofá la camisa se le había subido hasta los muslos dejando al descubierto sus largas y sensuales piernas, con una mano aferraba el gran cuaderno  con la otra el lápiz de dibujo, su mirada iba desde el gran ventanal hasta el cuaderno, estaba concentrada tenia aquel gesto que adoraba en el rostro su labio inferior sujeto por sus dientes o ese otro de sacar la lengua y colocarla de lado mientras dibujaba algo que era intenso o algo que la estaba cautivando, la conocía Ho si que la conocía  

- Hm  Hummm...

Ella levanto la vista y enarco una ceja

-Hola

- Hola

Contesto con normalidad

- He... esta noche ay un gran evento en el casino de un amigo, ¿te gustaría acompañarme?, creo que te gustara

Amanda lo miro  y luego devolvió la mirada a su dibujo

- ¿Han traído mi maleta?

- No , en realidad he estado muy ocupado para hacer que la traigan

- Hum pues no, gracias pasó

- Ho, bueno pensaba que.... Te gustaría pero creo que me he equivocado....  le daré este par de entradas a los chicos, espero que les agrade Justin timberlake  aunque...

- ¡Que! Justin, el Justin timberlake, ¿estás de chiste?

Levantándose de un salto dejo el cuaderno de dibujo en la cama y se acerco hasta said con los ojos abiertos como platos 

- Yo creía que te encantaba su música por ello le he aceptado los boletos a mi amigo pero al parecer...

- Wuo WUO oye amo Justin, como niño ama el helado, claro que iré, es mi cantante favorito bueno uno de los más importantes, además Wou espera, ¿Cómo sabes que me gusta timberlake?

Se cruzo de brazos y enarcando ambas cejas le pidió una explicación

- Yo...He...  bueno husmee en tu Ipod 

- Descarado, no vuelvas a tocar mi música he...

Dijo en tono de burla dándole un ligero golpe en el hombro

- Y entonces ¿qué dices? Timberlake o no timberlake he allí el dilema

Amanda se lanzo a la cama como una niña soltando un gran suspiro

- ¡TIMBERLAKE!

                                       

 Por desgracia para said el no pudo asistir esa noche al dichoso concierto, Amanda asistió sola y lo disfruto al máximo, said se quedo trabajando hasta tarde, a veces olvidaba que  no estaba de vacaciones, tenía mucho trabajo, el trabajo le ayudaba a despejar la mente y dejar las cosas claras, tenía un plan el cual debía de cumplir a cabalidad, tenía que  centrarse en lo que quería.

Pero las cosas con su esposa no marchaban bien, ella lo evitaba todo lo que podía, incluso más que en  parís.

Hacía ya una semana que habían llegado a Italia y alojado en una de sus villas en la ciudad de Verona, ella no se había dignado a salir de la habitación hasta entonces, estaba molesta por el atrevimiento de said en comprarle un guardarropas excesivamente costoso, pues no tenía ningún derecho según ella, a pesar de  de su resistencia después de un par de días más tuvo que utilizar algunas prendas por necesidad, las cuales le quedaban muy bien.

Un día estando said trabajando, se asomo por el ventanal de la enorme villa, era un lugar muy hermoso, verdes montañas sol radiante aire  puro, su mirada vago por unos segundo por el hermoso paisaje, hasta que algo mas cautivador retuvo su mirada.....

Amanda había decidido que no tenía por qué estar encerrada si su "esposo" le estaba regalando unas vacaciones pagas y vaya que se las merecía, le gustaba mucho Verona aunque no tenía muy buenos recuerdos de Italia, prefería retener en su mente los hermosos paisajes y el sol, adoraba el sol en esta época era caliente pero no lo suficiente para causas daños a su pálida piel, decidió darse un baño en la piscina descubierta , con uno de los bañadores que le había comprado el >grandulón> que de seguro le había costado una fortuna era de un  tono verde menta de dos piezas y se ajustaba a su cuerpo como un guante,  y realzaban su pecho, se sentó en una de las tumbonas y se puso bloqueador solar, hacia algo de calor, vio a un chico que podaba los arbustos no muy lejos de donde ella se encontraba, no tenia camiseta y lucia un buen cuerpo - ¡Ho dios no he tenido sexo desde....carajos hum- pensó mientras su mirada se posaba en el cuerpo del joven

- alteza

- Hum

- ¿Desea una paleta de polo? Es que está haciendo algo de calor

- Si, polo, claro

- fresas o uva?

- Uva, gracias

Tomo la deliciosa paleta, y la llevo a sus labios, lamiendo el jugo que empezaba a chorrear, lamio la punta y luego se metió en la boca más de la mitad, con un movimiento lento, el joven que podaba abrió los ojos como platos y se quedo contemplando la escena, anqué en ese momento  la atención de Amanda estaba puesta en otros ojos que la miraban desde una de los ventanales de la villa, una sola mirada rápida  de ella le indico que said la contemplaba, fue entonces que los lametones a la paleta fueron más  sugerentes, de arriba abajo, de manera muy sutil, pasaba su lengua a lo largo del delicioso polo absorbiendo el jugo que comenzaba a brotar....

Said miraba  la escena que Amanda le estaba ofreciendo sin ningún disimulo mientras se preguntaba  -¿Cuánto tiempo llevo sin tener sexo unos meses... joder...- soltó una exclamación cuando Amanda metió casi toda la paleta en su boca y luego  la saco muy despacio, haciendo que el bulto en sus pantalones se incrementara.....

Y así siguieron pasando los días, Amanda a penas y mantenía el contacto con said, mientras que este solo dejaba que el ambiente no se caldeara más  de lo normal entre ellos, había entendido que forzando a su reciente esposa no lograría acercarse a ella  como quería, solo le estaba dando tiempo al tiempo, para que llegaran a entablar una relación mucho más adecuada para su nuevo estado, said tomo la decisión de invitar a la villa a  dos de sus mejores amigos y a la esposa de uno de ellos, uno  era Alexander su fiel abogado y el otro el reconocido  neurocirujano Francesco di Martí su querida esposa Susan y su pequeño niño Thomas, todos cenaron muy amenamente, Amanda estaba encantada con Thomas Susan y los demás, había estado aburrida de pasar los días a solas en la piscina y en los alrededores de la enorme villa como alma en pena, tener alguien con quien hablar era refrescante.....................

El rostro de la venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora