Esto apesta.......

13.2K 1K 21
                                    

sabes que no puedo, eres mi esposa y mi deber es quedarme contigo

- ¿tú no querías una fiesta? Presumir una esposa, por qué no bajas y lo haces, mientras yo intento dormir?

- ya te dije que me quedare te guste o no

- ya lo sé, siempre se hace lo que el principito diga, por lo menos sal de mi cama no te quiero cerca de mi  

Said respiro profundo y  luego de tomo una gran bocanada de aire, las ganas de tomar a Amanda por los hombros y zarandearla hasta que le pidiera perdón estaban latentes, pero se contuvo, ya había sido suficiente por una noche tenía una terrible jaqueca que lo estaba matando, así que  se levanto de la cama y se dirigió a el sofá que estaba enfrente y allí se sentó mirando como Amanda contraía el rostro – ¿en qué piensas? Se pregunto mientras ella se mordía el labio, de pronto hizo algo que lo enfureció mas todavía asombrado de que aquello fuese posible, ella saco su mano y se quito el anillo de compromiso abrió un cajón de la mesilla de noche y allí lo dejo para luego cerrar el cajón con brusquedad, said maldijo para sus adentros porque no quería tener una confrontación mas con la  lengua viperina de su reciente esposa, así que decidió morderse la lengua – por ahora pequeña, solo por ahora-  dijo de manera silenciosa . Después de un rato contemplando a Amanda vio como su respiración se volvió lenta y acompasada lo que le indico que estaba dormida, se levanto del sofá  y se zafo  la corbata  se acerco a la cama y la contemplo antes de marcharse lucia tan relajada tan hermosa tan asustada…pánico eso era lo que había visto en sus ojos antes de firmar un pánico que hizo que se le revolvieran las entrañas, una persona asustadas es capaz de cualquier cosa hasta de huir, ¡huir!, no eso jamás lo iba a permitir, nunca….

Amanda despertó jadeando a mitad de la noche en unos de esos sueños perturbadores que la hacían sudar y gritar, tenía la garganta reseca y estaba algo desorientada, de repente todos los pensamientos  se agolparon en su mente ¡Estaba casada! ¡Ho Dios mío! Exclamo, estaba asustada, se levanto de la cama como un rayo abrió el armario tomo su bolso y metió toda la ropa que pudo su teléfono sus documentos y dinero en efectivo que tenía guardado secretamente, se puso un pantalón de deporte que le quedaba muy ancho tomo las llaves del coche  y bajo las escaleras como alma que lleva el diablo debía salir de allí era ahora o nunca… entro al garaje encendió las luces y se detuvo en seco al abrir la compuerta, reprimió un grito al ver a dos hombres vestidos de negros  frente al auto obstaculizando su paso…

- Qui-enes  son ustedes?

Respondió más en un susurro para ella que para los dos comensales que tenía enfrente

- ¡Va usted algún lado alteza?

- Yo… quienes son ustedes?

- Somos sus guardaespaldas, alteza mi nombre es John y mi compañero Ralph estamos aquí para servirle ¿necesita algo? ¿Se dirige usted algún lugar a estas horas?

- YO…solo iba a la farmacia…

Amanda escondió el bolso, detrás de sus pies y decidió no mostrar su enojo solo para que la mentira funcionara mucho mejor   

- He, yo solo iba a la farmacia me duele mucho la cabeza, solo iba por algo para el dolor… ¿mi Esposo le ha dicho que se quedasen a cuidarme?

- Si alteza, la casa está protegida

- Muy bien, voy por los medicamentos voy a estar bien así que no me sigan

 Jhos apretó el intercomunicador en su muñeca  y se alejo un par de pasos para que no pudieran oírle, mientras que Amanda rodeaba el coche bajo la mirada de Ralph, antes de que pudiera poner una mano en la manilla de la puerta John se acerco y con su mano paro él su movimiento mientras le tendía un teléfono celular

El rostro de la venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora