La gota que derramo el vaso

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Amanda estaba perpleja, no sabía que decir, aunque si tenía algo que pensar ¿Por qué se quería casar con ella estando comprometido con esa mujer?

- ¿te he preguntado que si has entendido?

Amanda estaba enojada por la actitud de arrogancia de la voluptuosa rubia

- no, mira, yo también llevo uno…

Le dijo mostrándole el anillo de compromiso en su mano, no tenia por que aguantarse la exasperación  de la rubia

- ¿pero sabes cuál es la diferencia? Que yo si me voy a casar con said pasado mañana y en cambio tú no tienes nada más que un anillo y tu palabra que me vale un comino así que te sugiero….

  Una bofetada en el rostro de Amanda la obligo a no terminar la frase, se toco la mejilla mientras la rubia, se dispuso a soltar sapos y culebras por la boca

- eres una arpía presumida, estúpida que no merece a un hombre como said, así que aléjate de él maldita bruja enana….

Podía soportar cualquier cosa en el mundo pero que la llamaran enana teniendo una altura aceptable era inaudito la tensión de los días más la rabia por la bofetada obligo a Amanda a defenderse con uñas y dientes literalmente, tomo a la rubia por el cuello hasta tumbarla en el capo del auto y estando allí comenzó  a golpearla con todas las fuerzas que tenia, no paro, ni incluso cuando la rubia empezó a sangrar

- ¡para! Por el amor de Dios basta ya             

Tomando a Amanda por la cintura la alejo de la rubia lo mas que pudo, Ian no podía creer la reacción que tuvo su jefa aunque, comprendía los motivos

- me has roto la nariz ¡Ho! Mi nariz

Gritaba la rubia adolorida, la ira de Amanda seguía en aumento, como el dolor que sentía en su brazo lastimado y al comprobar en el espejo lateral del auto de Ian el aruño que le había hecho la rubia al abofetearla

- maldito me va a escuchar….

- ¡Amanda! ¿Dónde vas?, detente por favor… que hago con ella…

Ian gritaba con desesperación mientras sostenía a la rubia, que se hecho a llorar en su hombro por el dolor, solo pudo ver unos minutos después de la partida de Amanda el polvo levantado en el camino de salida de la mansión provocado por la gran velocidad con la que ella conducía su motocicleta.

Amanda ciega de ira se dirigió hacia el garaje  tomo a su motocicleta y salió en busca de said, mientras conducía por la calles de Londres como alma que lleva el mismo diablo se formulaba todo tipo de insultos y preguntas en su cabeza - ¿Por qué demonios te quieres casar conmigo si tienes novia, una maldita novia? ¿Por qué me has puesto entre la espada y la pared teniendo alguien con quien casarte sin problemas a cabron? Maldito infeliz como te odio te odio said al Manzur como nunca he odiado a nadie en mi vida y pagaras por eso- piso el acelerador  tragándose la luz de pare, nada le importaba su ira era mayor que cualquier cosa en esos momentos. Cuando por fin llego al edificio donde se hospedaba said, entro en el estacionamiento privado  y aparco la moto  dejando el casco en el suelo se subió al elevador marco la clave del piso que la llevaría hasta said y espero, la espera la estaba volviendo locas aunque fueran tan solo un par de minutos, se miro de reojo en el espejo que tenia detrás, su aspecto era horrible la venda que tenía en la muñeca estaba llena de sangre al igual a su camiseta de color crema, parecía la chica que acosan en las películas de terror, aunque Amanda no fuera precisamente en esos momentos la asustada, sino mas bien la asesina, apretó ambas manos notando la hinchazón en su muñeca, pero su adrenalina era mayor que el dolor, las puertas del elevador se abrieron dándole la bienvenida al lujoso hatico, quería empezar a gritar su nombre pero antes de que pudiera pensar si quiera en hacerlo Eizen apareció.

El rostro de la venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora