Capítulo 28: Excuses Machine. (Final)

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Como cada navidad desde hace tres años, mi familia la pasa con la de Jeremías, eso incluye al señor Austen.

No puedo despegarme de mi laptop por el trabajo, o bueno finjo que eso hago.

-¡juro por mis converse, que esto es realmente tétrico!-dice Jere detrás de mí, no importa lo rápido que yo minimice la ventana, igual vio exactamente lo que yo veía.

-me asustaste, zorra.-me quejo.

-el bodoque está despierto.- hago de que me voy a levantar y pone sus manos en mis hombros.-tranquilo está con mi mamá, ahórrate ese pañal.

-gracias.-digo por lo bajo.- ella ha cambiado tanto.- abro otra vez la ventana, se podría decir que no la he visto en dos años. Porque se fue antes de que empezara la tradición de pasar aquí Navidad. Liz está con Mateo en alguna fiesta del trabajo, pero eso no importa, yo no tenía planes, así que el bodoque me cae más que bien. Miro la pantalla otra vez, y me parece mentira que lleve le cabello arriba de sus hombros y liso, que nadie sepa de su vida privada más que una vez salió con este artista pop, a pesar de que Excuses Machine,  tiene un estilo muy parecido al de Imagine Dragons.

-aun la extrañas y solo fueron un par de meses, ¿te imaginas si hubiera sido tu novia toda la secundaria?, fueras moco suelto.

-calla, necesito comida.- voy directo a la cocina donde un niño de cabello tan negro que azabache se me hace poco para describirlo le enseña dos dedos al señor Austen, señalando su edad.

-¡oh!, ya eres todo un niño grande.- él asiente enérgicamente.-¿cómo está tu mami?

-biem.- hace un puchero al terminar en la M.

-¿Dónde está?

Se encoje de hombros y hace un gesto como si no le importara en realidad, pero ambos sabemos que mañana en la mañana gritará por ella.

-a ver bodoque...- el extiendo sus manos a mí y lo cargo, amo a este niño incluso más que mi existencia.- ¿dormiste bien?

-ajá.-dice y coloca sus manos en mi cara.

-¿listo para la navidad?- hace otra vez eso de asentir enérgicamente. Me río un poco y lo llevo al comedor, a penas con las 8:30 de la noche y normalmente aquí en Panamá, acostumbramos a esperar a las 12:00 y luego parrandear toda la madrugada.

-no sé si durarás hasta las doce, pero papi te promete romper todos tus regalos por ti.- le guiño.

Él frunce el ceño.

-quelo juga.-protesta, incluso ignora lo que he dicho.

-okay. Vamos a buscar tus carritos a la habitación de tu tío Jeremías.

-y... ¿tío felemias?

-también va a jugar, si no quiere, lo obligamos.

-obligat.- dice y se ríe de manera macabra.

El bodoque ya huele bien, ya está listo para recibir sus regalos. En cuatro meses más tendrá tres años. Todo un chico grande.

-Papi...

-¿qué pasa, comisario?- sus mejillas se están poniendo rojas.

-pica.-se jala el cuello de su camisa.

-oh...-le desabotono el primer botón para que le moleste menos.-¿mejor?

-ajá.- esa es su palabra favorita, a veces es algo extraño como una palabra de tres letras con un significado nada significativo me saca de quicio, como cuando me ignora y dice esa palabra simplemente para que no lo interrumpa en su juego.

Mi Chica SolitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora