Capitulo 10

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Sergio Pérez
Montecarlo, Mónaco

Aun nos quedaban algunos días en Mónaco, Max por su parte ha hecho todo lo posible para ver a la hermana de Madeleine.

—Oye ¿y si comemos pizza?

—Ayer comimos pizza —Ya se nos habían acabado las ideas para comer y cenar.

—Y si mejor le llamas a Mady para que nos ayude.

—Ella tiene muchas cosas que hacer, no siempre nos puede estar haciendo de comer.

—¿Y cuando la piensas besar?

—Mejor vete al jardín antes de que te pague.

Las cosas en estos momentos con respecto al amor eran un tanto confusas. A veces tenía la impresión de que entre Mady y yo había algo más, pero otra vez parecía desaparecer del todo. Por mi parte seguía sintiendo esa conexión con ella, algo que no había sentido con alguien más.

Cuando mi hermana estaba en la etapa de la adolescencia siempre me hacía ver películas sobre amor con ella, en un principio me pareció patético, tiempo después me acostumbre a verlas tanto que hasta me gustaron.
Recuerdo mucho una en donde los protagonistas casi no tienen contacto, pero los dos sabían que morían por el uno y el otro. Siento que eso me pasa con ella.

El simple hecho de verla me emociona, acciones que en un principio estaban catalogadas como cosas cotidianas para mí con ella. me di cuenta de que se convirtieron en más, ella es la parte de la historia que quiero vivir una y otra vez.
Tal vez este mal todo lo que estoy haciendo, pero es mejor arriesgarse y nunca rendirse a quedarme con la duda.

Madeleine es esa duda que quiero responder tan detalladamente que me pregunte si de verdad es real.

.

Mis planes de colarme en la cita de Max se vieron afectados, la llamada de Madeleine invitándome a salir me cambio la tarde.

Cuando la vi en el mismo lugar de siempre, o bueno donde nos solemos ver desde aquella noche. Los dos comenzamos a caminar un poco más rápido para saludarnos, aquel vestido rosa claro y unas sandalias muy lindas llamaron mi atención. Cualquier cosa que se pusiera la hacía lucir bien.

—Buenas tardes ¿usted sabe a donde lleva aquel tren de la esquina?

—Si sabes cruzarlo bien —Hice una pausa —Puede que te lleve a Hogwarts, pero creo que tu carta nunca llego.

—Bueno me retiro. — Y comenzó a caminar tan rápido que tuve que apresurarme a alcanzarla porque sin duda mis intentos serian un poco en vano.

—Madeleine...

Y entre risas logre estar a su lado para después reírnos más de lo que había pasado.

—No te preocupes yo tampoco recibí mi carta.

.

Los dos optamos por algo más sencillo, terminamos comiendo en un restaurante que tenía mesas en el mar.

—¿Y qué vamos a hacer después?

—La verdad no tengo ni idea. —Me dijo —Pensaba quedarme en casa sola, pero recordé que seguimos aquí y creo que fue un buen momento para vernos.

—Yo pensaba colarme a la cita de Max.

—¿Quieres ir a mi casa a hacer postres?

—Creo que hoy comí demasiado —Me reí —Pero un postre hecho por ti nunca está de más.

𝐌ó𝐧𝐚𝐜𝐨 | 𝐒𝐞𝐫𝐠𝐢𝐨 𝐏é𝐫𝐞𝐳 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora