Capítulo 17

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Madeleine Crovetto
Ciudad de México

El desayuno transcurrió algo tranquilo, no hubo más preguntas sobre mí. Solo disfrutando el momento que parece ser en familia.

Al final si encontramos mi bota, estaba atrás de una silla. Solo queda un día aquí en México, no solo es eso si no que se me dificultará ver a Sergio hasta el gran premio de Abu Dabi.

Las siguientes carreras serán con una semana de diferencia, algo muy corto de tiempo.

Max estos días ha estado tan preocupado que ni siquiera ha hecho chistes, me parece que de verdad no sabe qué hacer con las próximas carreras.

Regresaría a Mónaco en la noche. así que aún queda hacer algunas cosas por hacer.

—¿Mady te gustas los tacos?

—Si.

Y así estaba siendo toda la tarde, me ofrezco a ayudar más de 4 veces, pero parece que es imposible. La mama de checo apenas si me dirige la palabra, siempre quiere alimentarme. Me acerque a la cocina a ver si podía ir por un vaso con agua e intentar otra vez ayudar. No me gusta estar aquí viendo como todos ayudan a algo, por otro Checo se fue hace unas horas ya que tenía una entrevista.

— Aunque me siga insistiendo en no ayudarla, me siento mal.

—No hace falta querida, de verdad. —Comento —Mejor cuéntame algo.

—No sé qué quiera saber de mí.

La platica se tornó cómoda, su mamá es muy buena conmigo hasta podría decir que le caí bien. Cuando terminamos de hacer la comida nos fuimos a reunión con los demás para la comida.

—Mady ¿Quieres jugar conmigo?

Era la hija mayor de Toño, me acerqué a ella y le dije que sí. Ella me llevo al patio y ahí comenzó a explicarme a qué jugaríamos.

—Debes de tomar una taza de té, yo te daré un pastelito y después jugaremos.

.

Cuando checo llegó todos nos quedamos en el patio comiendo, que por cierto creo que estás vacaciones se han hecho un poco pesados por tantas cosas que he comido.

—¿Que tal te fue?

—Bien muy aburrido a mi gusto.

—Eso me imaginé.

—Creo que deberíamos irnos más temprano aún no he hecho las maletas.

—¿No te quieres quedar otro día?

—Sabes que me encantaría solo que he el trabajo ya no me lo va a permitir.

—Está bien. —Se acercó a darme un beso —Me gusta que estés aquí conmigo.

—A mí me gusta estar contigo.

.

—Fue un gusto tenerte Madeleine

—El gusto fue mío, y de verdad no tengo palabras para agradecerles todo lo que hicieron por mis estos días.

—No es nada —comentó Toño. —Al contrario, es muy bueno tenerte.

Las despedidas son algo que nunca me han gustado. Estos días aquí ellos me trataron como otra persona más en su familia.
Los abracé y les di las gracias.

—No tengo palabras para agradecerte Mady, gracias a ti checo ha cambiado para bien.

Le di un último abrazo y me despedí de los hijos de Toño.

𝐌ó𝐧𝐚𝐜𝐨 | 𝐒𝐞𝐫𝐠𝐢𝐨 𝐏é𝐫𝐞𝐳 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora