Baile (Capítulo 27)

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Jimena's pov:

Noté a Emilio bastante raro luego de lo que dije en el auto, será que le dolió? O sea, no es mi novio por más que quiera, estuvimos mucho tiempo separados como para no darle el inicio que merece desde cero. Me está esperando ya arreglado en la sala de estar, yo acabo de finalizar mi maquillaje y me miro al espejo, me gusta lo que veo, un poco más de lo normal. Una falda de cuero con un top rojo que no permite notar la lencería del mismo color que llevo debajo. Además unos tacones negros básicos y un saco negro igual.

Me acerco a mi niño que se concentra en su celular hasta que escucha mis tacones sonar en la madera y alza la mirada para observarme con una sonrisa que me hipnotiza siempre, se levanta del sofá y toma mi mano, sin decir nada salimos en camino al carro. Una vez encendido conduce con mi mano bajo la suya en la palanca de cambio y dejamos atrás la tranquilidad del hogar para convivir en un mismo mundo con miles de personas que al vernos no sabrán que nos decimos con las miradas, o lo mucho que nos queremos, algunas pensarán que somos pareja, otros pensarán que somos amigos, podremos parecer que estamos en nuestra primera cita o que me pedirá matrimonio aquí mismo, serán personas desconocidas invadiendo nuestro mundo que al estar solos, está protegido por unas cuantas paredes que mantienen esas miradas, caricias, besos y palabras seguras, a salvo del daño ajeno y opiniones nefastas. Nos mantienen en la seguridad del secreto, de la privacidad y en parte, protegidos del daño externo, cuando al final del día es el daño que menos duele... Observo las calles de Barcelona desde el auto, la gente camina en todos los sentidos, parejas van de la mano, algunos se ven muy felices, otros parecen estar en el peor momento de sus vidas. Luego observo a mi izquierda, un Emilio muy guapo mira al frente concentrado, su mano no suelta la mía y una sonrisa se me escapa, incluso sin decir nada estamos cómodos, su presencia me da la seguridad de saber que si me quedo dormida apareceré en pijama en mi cama sana y salva. Su puerta sonando me saca de mis pensamientos y me abre la puerta cual caballero, toma mi mano y me ayuda a salir. Entramos al lugar, cada quien en su propio espacio personal. Tomamos asiento, no hay mucha gente y rápidamente nos traen un aperitivo que mi pelinegro favorito ataca de golpe, como siempre, me prepara a mi un bocado antes. 

-Toma bonita- Lo miro con ternura, nos estén grabando o no, me vale verga- Qué?- Pregunta un tanto rojo

-Nada, es que eres muy dulce Emilio. Incluso después de tanto, pensé que habías vuelto a ser el niño frío que eres con quienes no conoces, pero a mi me tratas igual que antes y se me hace muy tierno- baja la mirada un tanto avergonzado, ambos sabemos que saca su lado más diabético conmigo

-Es porque no puedo evitar el hecho de que te quiero demasiado- Ambos comemos el primer bocado y antes de terminarlo nos traen la comida, pastas caseras, mis favoritas. 

-así que no me dirás de que color es tu vestido eh?- Dice de golpe, tardo en entender hasta que caigo

-No recuerdo haber dicho que no verías el color, es un rojo, ya verás Mili- Acepta sin más, me conoce y sabe que no diré nada. 

Emilio's pov:

Pedimos un postre, el favorito de Jimena... pie de limón con helado. Le saco una foto con el mismo, y al finalizar salimos una vez más de camino al departamento. Tomé una decisión e hice varias llamadas en lo que ella se arreglaba, más vale que Iván haya hecho todo al pie de la letra. 

Bajamos juntos del auto y subimos tranquilos, la veo poner la llave, la tuerce dos veces y es ahí donde la freno.

-Alto ahí, cierra los ojos, te tengo una sorpresa- Me mira sin entender pero aún así cierra los ojos, aprovecho a robarle un beso  y seguimos dándonos paso al hogar temporario de Jimena. 

Todo está como lo pedí, globos de helio, pétalos de rosa en todos lados y un toca discos pequeño a un lado. Además escribió con pintura removible un "Te quiero" en el ventanal. Jimena abre los ojos cuando quito mis manos de allí y abre la boca asombrada, la confusión se le escapa.

-Cuándo hiciste todo esto Emilio? - Pregunta mirando a su al rededor

-No fui yo, le pedí ayuda a Iván... Ahora, me permites este baile?- Extiendo mi mano en invitación y acepta gustosa. Pongo a funcionar el toca discos y suena esa canción tan especial para los dos, "Can you feel the love tonight" si, la del rey león. Capta automáticamente de donde viene y comenzamos a bailar, no le digo nada pero ambos sabemos que pensamos en aquella noche que bailamos esta canción siendo dos pubertos. Era aquel baile al que fuimos juntos y esta fue la primera balada que sonó en la noche, recuerdo juntar todo mi valor para invitarla a bailar y la sensación de poner mis manos en su cintura por primera vez. De golpe veo a la Jimena de 15 años otra vez, y me siento como el Emilio de 17, esa noche nos besamos por primera vez, ese sentimiento no se borrará jamás de mi vida. 

-Esa noche cambió todo- Dice feliz, mirándome a los ojos. La música frena, nuestros cuerpos frenan con ella y tomo aire.

-Así es, cambió todo para siempre. Porque jamás volveré a escuchar esa canción de la manera en que lo hacía antes, jamás podré disfrutar de hamburguesas en el parque sin pensar en ti y en ese beso. Jime yo, te quiero, te amo. Y no cambiará sabes? Coño Jimena que me encantas demasiado, cambiaste mi vida, en tan poco tiempo me tenías babeando por una pequeña mexicana que llegó a mi vida de sorpresa, en la escuela y siendo 2 años más pequeña que yo. Todo contigo es hermoso, y admito que hoy verte en ese vestido cambió todo en mi, siempre supe que quería casarme contigo, siempre supe que lo haré, porque no es haría ni hubiera hecho, es haré porque me casaré contigo, mañana, el próximo año o en la próxima vida, serás mi esposa y yo el tuyo. Ahora, tienes razón, no te puedes casar sin novio... así que, cambiemos eso que dices enana? - Me acerco a ella, la tomo de la cintura con una mano, de la mejilla con la otra y ella me mira con los ojos cristalizados - Me harías el honor de ser, una vez más y por todas , mi novia? - Un pequeño puchero se asoma en ella, y asiente eufóricamente. Salta a mis brazos a pesar de tenerme a centímetros de distancia y me besa extremadamente dulce con lágrimas cayendo por doquier.

-Claro que si mi amor- Escucharon eso? Fue Emilio Martínez muriendo del amor. La beso con urgencia y en cuestión de un abrir y cerrar de ojos, me encuentro admirando su cuerpo envuelto por esa lencería roja de la que hablaba, admiro a mi novia en lencería, estando a punto de quitársela sonrío como idiota solo observando la gran imagen que tengo ante mi. Y no porque esté semi desnuda delante de mi, es porque es mi novia otra vez, porque solo yo la veré así de ahora en más y saber eso me hace tan feliz que podría nadar de México a España. 


Después de tanto (Jimelio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora