Capitulo 22

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"El amor de la ira"


Chamuel, no podría dejar de mirar a Amaimon pues era hermoso en esa transformación. Ella sentía por primera vez que era perderse en el rostro de alguien.

-- Esta no es una transformación, es la verdadera forma de Amaimon. – le dijo Samael a Chamuel, pues notó que ella no podía dejar de verlo.

Chamuel muy avergonzada volteó la cara mientras Jofiel, en cambio, volaba con gran velocidad dando un golpe en la tierra ahora árida, el golpe era tan fuerte que el suelo se partió en dos. Asmodeo estaba completamente atento para ver donde estaba Amaimon, todos se quedaron sorprendidos. Amaimon había detenido el golpe, aunque su camisa se había destrozado, él se levantó y empezó a volar, con alas que empezaron a crecer de la nada.

-- Las alas de Amaimon son como las mías – dijo Asmodeo con muchísima curiosidad.

-- Amaimon, el príncipe encadenado por su maldición. Cuando nuestro padre Luzbel le otorgó la maldición, unas cadenas salieron del suelo y lo atraparon, él sufrió mucho tiempo por esas cadenas que lo aprisionaban, pero ahora son su mejor arma. Él acaba de activar su poder ¡La angustia de la tierra! -- dijo Samael muy emocionado.

Asmodeo entonces se dio cuenta, el gran saco que tenia en su anterior forma ahora parecía una gabardina que quedaba perfecta. Las alas habían atravesado la tela logrando salir por la espalda, flotando un poco por el suelo. Su camisa se había abierto dejando descubierto su cuerpo, era perfecto, aunque lleno de cicatrices. En la pose en la que estaba se lograban ver las cadenas, atándolo a la tierra. Asmodeo, la lujuria, sentía deseos por poseer ese cuerpo.

Chamuel no podía pensar en otra cosa que no sea él, pero tenía que ayudar a su hermano, entonces activó su virtud: la adoración. Esta virtud es la más débil de los arcángeles, pues simplemente roba la atención de las personas para ella, pero Chamuel no era como sus hermanos, ella era mucho más inteligente, ella logró explotar al máximo esa habilidad, tanto que se volvió la tercera habilidad más fuerte de todos los arcángeles.

-- ¡Te vi! – decía Azazel detrás de Chamuel

Él vio que Chamuel estaba activando su virtud, entonces puso un espíritu cubriendo a su hermano Amaimon.

-- Hermosa, ¿En serio crees que puedes ganarnos? Desaparece de aquí. – dijo mientras también hacia desaparecer al espíritu que Chamuel había conquistado.

- No, ven y pelea – dijo con mucha confianza Chamuel, haciendo que ese espíritu desobedezca a Azazel.

Él se sorprendió mucho, pues ningún espíritu se revelaba contra el "príncipe de los espíritus". La pelea empezó, Chamuel, el arcángel de la adoración, contra Azazel, el príncipe de los espíritus.

Mucho mas lejos de ese lugar cada uno de los espíritus mandados por Azazel llegaron a las puertas:

1. La Puerta de Plutón, donde estaba encadenado Belfegor, el pecado de la pereza.

2. Lago del Averno, donde estaba encadenado Leviatán, el pecado de la envidia.

3. Purgatorio de San Patricio, donde estaba encadenado Baal, el pecado de la gula.

4. Fengdu, donde estaba encadenado Mammon, el pecado de la avaricia.

5. Castillo de Houska, donde estaba encadenado Satanás, el pecado de la ira.

Miguel desde el cielo empezó a sentir la salida de poderes, mismo que desde hace mucho tiempo no sentía. La última vez que sintió a esos seres, antes de poder ir por ellos, estos desaparecieron, pero esta vez no perdería la oportunidad de poder robar el poder.

-- Gabriel dime, ¿Con tu voz puedes llevarnos donde están Chamuel y Jofiel? – decía Miguel mientras acomodaba su traje.

-- ¿Llevo a todos? – dijo Gabriel, mientras miraba como su hermano empezaba a ponerse un reloj de la época. – ¿Por qué eres tan superficial? Cuando empezaba este siglo dijiste que la ropa era patética, ahora la amas. – pensaba en su cabeza.

- Sí, mientras más rápido mejor – dijo Miguel ya completamente arreglado.

Empezó el canto de Gabriel, llevando a todos los arcángeles donde se encontraban Chamuel y Jofiel. Rafael estaba casi completamente desnudo, ya que no le habían avisado que iban a pelear, así que se acercó corriendo donde Gabriel.

-- ¿Por qué no me dijiste que vendríamos? – decía Rafael con una voz que denotaba su enojo.

Gabriel que simplemente se ríe, se sacó el saco y se lo dio para que se tape.

-- Deja de llorar, ya peleaste mas de una vez casi sin ropa. – le dijo Gabriel.

Miguel miraba la escena y simplemente se reía.

-- ¡Chamuel! ¡Jofiel! No me digan que no pueden contra estos insignificantes seres. – dijo Miguel soltando unas carcajadas.

Asmodeo estaba perplejo, pues por primera vez veía al hermano de Luzbel, a otro arcángel. No perdió la oportunidad y fue corriendo a atacarlo para medir su fuerza, pero antes de llegar Miguel ya sentía el ataque, así que levantó su espada cortando una de las cabezas de Asmodeo. Este se alejó antes de perder mas que solo una cabeza.

-- Veo que eres fuerte. – decía Asmodeo, mientras tocaba uno de sus cuellos.

Miguel simplemente ignoro ese comentario, acercándose a Amaimon.

-- Jofiel, es increíble que en esa transformación no lo puedas vencer. Bueno chico con cadenas, ¡Muere! – dijo Miguel estando en frente de Amaimon.

Lanzándose con tal velocidad que Amaimon no pudo ni ver qué pasaba dándole un golpe directo en el cuello con su espada, pero antes de que impacte Samael detuvo el golpe.

-- Eres lento. – dijo Samael.

Miguel mira con mucha atención a Samael, pues no sabía como alguien podía ver su ataque.

Mucho más lejos, Satanás con el espíritu de Azazel empezó a ir donde se encontraba la batalla, al igual que todos los demás pecados.

-- Si ayudas a mi amo, te mostrare donde esta Lilith. – le dijo Satanás al espíritu.

Él al escuchar estas palabras empezó a volar con mucha más velocidad. Cuando estaban por llegar vio a los arcángeles, todos ellos estaban quietos viendo como Miguel pelearía contra Samael. Satanás se quedo esperando en el cielo, para ver esa batalla.

La pelea de ellos dos era increíble, Samael al controlar el tiempo, podía ver la velocidad de Miguel. Aunque Samael sabia que empezaba a cansarse, su cuerpo era terriblemente afectado por cada vez que detenía el tiempo. Miguel sabia esto y siguió atacando, una y otra vez sin parar.

Cuando Samael ya no pudo evitar el golpe todos vieron como Miguel estaba sonriendo, pues le gustaba las peleas. Antes de darle el último golpe algo detuvo a todos.

-- Chico, terminemos de ver las dos peleas que están sucediendo. Luego tu y yo pelearemos con toda la fuerza. – apareció Satanás diciendo.

Miguel lo miró y asintió con la cabeza, pues estaba confundido, él era completamente igual a Luzbel, pero no tenia ni la personalidad, ni el aura de este. Satanás solo pensaba en acabar con esto para ir a ver a su amada, el amor de la ira se estaba proclamando en la tierra.

DESCENDENCIA ARMONICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora