Capitulo 15

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"Destinado a la cima"


El rayo y la furia juntos para pelear contra los arcángeles. Miguel no quiso perder tiempo, se acercó a Sofía y esta lo intentó atacar sin mucho éxito.

-- Duerme – le dijo Miguel.

Sofía cayó en un sueño profundo, los dioses estaban confundidos de lo rápido que él podía hacer esto, pero aun así no se acobardaron. Ambos dioses activaron su divinidad. El monte olimpo estaba temblando.

-- Ve a buscar ayuda – le dijo Ares a Maya.

Maya se transformó en un águila para ir rápidamente, pero aparece Gabriel en frente de ella arrancando su cabeza. Ares aun más enojado sale al ataque, pero Miguel detuvo su golpe con facilidad.

-- Zadquiel, Jofiel encárguense de ellos – dijo Miguel.

Muy lejos de ahí Loki trataba de convencer a Odín para ir a la pelea, pero este se rehúsa porque no quería desaparecer. Él ya sabía que era solo la invención de los humanos, una tulpa.

-- Thor morirá si no te presentas en la pelea, sé que en si nosotros no existimos, pero es tu hijo y lo que sientes por él es lo más verdadero en tu inútil vida viejo. Aunque no vengas yo iré para intentar defender a mis hermanos –- dijo Loki intentando hacer recapacitar a Odín.

Odín intentó verlo como intentando dar una respuesta a pesar de estar muy asustado, pero se dio cuenta que este ya se había retirado de la habitación. Odín se acercó al retrato de su esposa Frigg

-- Mi quería Frigg, este día vengare tu muerte por esos tontos arcángeles y protegeré a mi hijo ¡Porque yo soy un dios, yo creo en mi hijo, yo creo en mí, yo creo en que podemos vencerlos! – gritó Odín mientras veía la foto de su esposa.

La batalla se estaba complicando para los dioses, pues estaban perdiendo. En ese momento Miguel se aburre y aparece al lado de Thor a punto de darle el espadazo final. De la nada apareció Loki salvando la vida de su hermano, pero sufriendo una cicatriz increíblemente grande en su pecho. Miguel soltó una pequeña carcajada y mientras veía a Thor tirándose al suelo para intentar curar a Loki decide acabar con su vida. En ese momento apareció un guerrero, este era Huggin, uno de los cuervos de Odín.

Munin sacó a los dioses de esta situación y entonces los arcángeles observan a un anciano caminar con un bastón hacia ellos. Los dos guerreros se convirtieron en sus cuervos volando encima de él.

-- Odín, el dios nórdico más sabio de todos, quiere enfrentarse a nosotros. Pensé que sabias tu lugar – dijo Miguel en tono burlón.

-- ¡Gungnir, despierta y ayúdame a acabar contra estos seres! –- repuso Odín.

Los arcángeles vieron esa arma y automáticamente supieron que era el arma con esencia de la hija de Grigor. Los cuervos querían pelear, pero Odín los detuvo.

-- Llévense a mi hijo y los demás. Que los curen, ellos son la siguiente esperanza – dijo Odín a los cuervos -- Quiero que mi hijo viva y ustedes dos le enseñen todo lo que saben, la reflexión y las memorias, de este viejo dios está en ustedes – replicó Odín al ver que los cuervos se negaban a irse.

En ese momento Odín activo su divinidad, pero los arcángeles no se asustaron. El cuerpo del viejo Odín empezó a cambiar enderezándose, un casco de oro apareció y una armadura resplandeciente. Los dioses, son tulpas ellos tienen el poder que un humano puede imaginar, pero no pasan de eso, excepto si logran existir. Para que un Dios exista tiene que aprender a creer en algo, aunque suene fácil era algo que casi nunca pasaba por el egocentrismo de estos seres. Pero Odín fue el primer Dios de todos en creer, el creía en su hijo, el creía en sus hermanos, el creía en algo más, entonces él empezó a existir, liberando algo más fuerte que su divinidad: su existencia.

Los arcángeles intentaron atacarlo, pero él los replegó, peleó con toda su fuerza y el cielo empezó a quebrarse. Los arcángeles, por primera vez, vieron ese poder y vieron como un Dios les hacía frente a ellos. La pelea era hermosa, pero el cuerpo viejo del dios Odín no podría contra los 7 arcángeles. Antes de dar su último suspiro envió un mensaje que cada dios que aún existía pudo oir.

-- Hermanos, perdónenme, pero me tengo que ir a descansar con mi esposa al Valhalla. Confío el resto en sus manos, pelen contra los arcángeles, no somos esclavos, ¡Somos Dioses! Y como Dioses estamos destinados a la cima. Confío en cada uno de ustedes, olímpicos, nórdicos, mayas, egipcios, hindúes, incas y cada Dios que me esté escuchando. Confío en ustedes, peleen y ganen – dijo Odín.

-- ¡Cállate viejo ridículo! Ni siquiera con este gran poder podrías matarme – dijo Miguel mientras le clavaba una espada en su corazón.

Lo que Miguel no sabía era que todos los dioses escucharon esas últimas palabras. Todos los dioses decidieron revelarse y levantarse, la gran guerra divina había regresado.

Los cuervos empezaron a llorar, Thor los observó y entendió que ahora era su deber vencer a los arcángeles. En el infierno, los príncipes se habían percatado de todo lo que estaba sucediendo, pero aun así decidieron no hacer nada, solo Astaroth y Beelzebub aunque por caminos distintos observaron todo. Beelzebub no perdió de vista a Gabriel aprendiendo más y más de él, pensando en una manera de quitarle su voz. Astaroth, en cambio, observó a Sofía queriendo aprender más de ella. Aunque no lo sabían, los dos príncipes más fuertes del infierno, se habían metido a la guerra divina. Mucho más lejos de ellos estaba La Muerte observándolos.

-- ¿Piensan interferir en esta guerra? – preguntó La Muerte.

-- Un poco, creo que hay que darle una ventaja al bando de los dioses – respondió un ser hecho completamente de luz

La Muerte soltó una pequeña sonrisa mientras optaba por tomar su forma angelical, para acercarse a la tierra.

DESCENDENCIA ARMONICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora