capitulo 20

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"La carta del demonio"


- La vida de todos los humanos es corta, es insignificante, ellos viven para conseguir algo, consiguen a alguien que los acompañen, se multiplican y al final mueren. Simplemente no tienen nada más, es una existencia lamentable – esas palabras pasaban por la cabeza de Satanás.

Quien miraba de lejos a los humanos, los únicos dos que no hacían nada eran él y Luzbel, no querían, ellos descansaban y observaban, mientras todos los demás príncipes destrozaban el mundo.

El amor es algo tan completo, siempre supo esto Satanás así que se acercó a los únicos humanos que conocía. La primera era la reina del infierno: Lilith; ella es increíble, Satanás adoraba como podía hacer todo lo que hacía siendo una simple humana. Satanás se acercó a ella de una manera callada para intentar asustarla, pero cuando estaba a punto de saltar sobre ella, el cabello y ropa cayeron al suelo, haciendo que él se asuste y de un grito.

-- Te vi desde que entraste al cuarto Satanás, ¿Qué necesitas? – decía Lilith mientras su cabello empezaba a crecer y tomaba la ropa del suelo para colocársela.

-- Quería preguntarte algo – decía Satanás con una voz algo temblorosa y con el rostro volteado para no ver a Lilith por lo extraño que le resultó verla desnuda.

- Niño si vas a demorar tanto, entonces no preguntes nada – dijo Lilith mientras terminaba de ponerse la ropa.

- ¿Qué es el amor? – preguntaba muy avergonzado Satanás

– ¿Qué quieres hacer? – preguntaba Lilith con una dulce voz mientras se acercaba a los labios de Satanás.

Satanás la alejo, el sudor no paraba, sus manos temblaban y en su mente solo estaba, bésala, pero él no podía hacerlo.

– No... no puedo. – dijo Satanás.

– Sabes mas de lo que piensas, Satanás. – le dijo Lilith mientras veía como Satanás se retiraba del lugar.

Satanás simplemente se puso mas nervioso y se alejó de la habitación. Empezó a subir a la tierra para ver a Caín, cuando llegó lo observo recogiendo rosas. Entonces Satanás se acercó para hacerle unas preguntas.

-- Hola Caín, quería que me digas ¿Qué es el amor? – preguntó Satanás.

-- Que directo eres Satanás, te mostraré algo antes. Mira estas rosas, son para ella para el único amor de mi vida entera, se las llevaré. Supe que Luzbel quería conocerla, estoy emocionado por eso, bueno respondiendo a tu pregunta, el amor es, no lo sé. – respondió Caín.

-- ¿Cómo que no lo sabes?, acabas de mencionar al amor de tu vida. –dijo Satanás que sentía un enojo y una confusión aún más grande.

-- El amor no tiene explicación, solo tú puedes saber lo que es cuando llegue su momento. Toma dale esta flor, cuando sepas que será la indicada. – dijo Caín mientras cerraba su puño, parecía que tenía miedo de algo.

Satanás regreso al infierno y vio a Lilith, se acercó a ella, pero antes de decir cualquier cosa ella lo besó y Satanás quedó estático.

-- El infierno por primera vez se siente cálido, es una calidez extraña, pero ¿Qué es el amor? Que pregunta tan tonta, ahora ya sé lo que es. – pensó Satanás, mientras le daba la rosa, Lilith la recibió, pero no había tiempo para nada más.

-- Él vendrá por ti, tienes que protegerte, tienes que hu... -- decía Llith hasta que fue interrumpida de golpe.

Luzbel fue quien la desapareció al ver lo ocurrido entre ellos dos. Satanás se alejó corriendo, llegando hasta su habitación

-- ¿Por qué soy un pecado? Ya entendí que es el amor, te amo a ti Lilith y peleare con Luzbel por ti. – era lo único que tenía Satanás en su mente mientras se escondía.

Luzbel apareció en la habitación, Satanás sabía que en cualquier momento llegaría, pero simplemente no le importo. Lo observó y se puso dispuesto a pelear, no quería perder por ella, sabía que no podía perder ante Luzbel, pero en el fondo sabía que jamás podría ganarle. Luzbel solo cerró su puño, logrando desmayarlo con este simple acto como una muestra de su gran poder.

-- Es gracioso, ¿Sabes? Un pecado enamorado, solo recuerda que nunca podrás ser feliz porque está en tu naturaleza. – le dijo Luzbel mientras veía como Satanás caía.

-- El infierno es demasiado frio, como una tumba helada. Me encarcelaran y me alejaran de ti, justo cuando empezaba a saber que era el amor, espero encuentres mi carta, que gracioso la carta de un demonio. – era lo único en lo que pensaba Satanás mientras caía desmayado.

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