"El comienzo del final"
La batalla continuaba, todos estaban observando a Amaimon y a Jofiel que están completamente quietos, ellos sabían que el primero que ataque le dará lugar al otro para contratacar. Aunque también se sabía que Amaimon simplemente estaba esperando, porque las cadenas que lo atan a la tierra son como un arma completamente perfecta, pues las maneja a voluntad propia, lo que le daba una ventaja tremenda sobre cualquier otro.
Jofiel se dio cuenta de esto, pero ya era demasiado tarde, las cadenas habían amarrado sus piernas. Intentó volar, pero no pudo, Amaimon simplemente lo tiene atrapado y no pensaba soltarlo.
-- Me quieres agarrar, ¿Eh? ¡Entonces no me sueltes! – dijo Jofiel muy enojado.
Jofiel empezó a absorber la luz del sol por completo, atrayendo la oscuridad y haciendo que su fuerza aumente de tal manera que era capaz de levantar a Amaimon de la tierra. Una vez lo logro, no soltó las cadenas, empezó a acercarse a Amaimon cortando la distancia sin soltar las cadenas.
Samael, muy cansado, se empezó a preocupar por su hermano, pues estaba recibiendo muchos golpes, no sabía cuánto tiempo más podía soportar.
Los golpes empezaron a ser mas lentos y débiles, Jofiel estaba muy cansado. Mantener esa transformación, lo afectaba muchísimo y ese cansancio se notaba en sus alas, pues sus plumas empezaban a caer lentamente. Jofiel aun así estaba feliz, porque Amaimon estaba completamente quieto después de esa ráfaga de golpes.
Amaimon estaba completamente cortado, aunque inexpresivo, su cuerpo era suficientemente resistente, pero estaba lleno de sangre; parecía incluso que ya estaba muerto, pero simplemente estaba esperando.
- ¿Ese es todo tu poder? Que decepcionante, ¡Ahora verás lo que es realmente sufrir! – dijo Amaimon muy confiado.
Jofiel estaba completamente asustado, pues la velocidad de Amaimon había aumentado tanto que incluso a Miguel se le perdió por un segundo. Los golpes de este eran increíblemente fuertes, aunque Jofiel estaba sosteniendo las cadenas para evitar su velocidad, no podía hacer nada, los golpes eran tan fuertes que hizo caer al gran arcángel al suelo, arrodillándose ante Amaimon.
- Ahora, ¡Dame esas alas! – dijo Amaimon muy emocionado y eufórico.
Todos quedaron fríos, pues vieron que detrás el gran Arcángel arrodillado estaba Amaimon agarrando las dos alas. Con un movimiento bastante rápido las arranco, todos los arcángeles se enojaron demasiado, y sintieron el dolor de su hermano, que no paraba de gritar.
Amaimon, sabía que estaba muy adolorido y cansado, pero su poder, la angustia de la tierra, absorbe el daño de esta y lo transformaba en poder; por eso mismo Amaimon ama que los humanos destruyan su hogar cada vez más, porque él cada vez se hace más fuerte, aunque también cada vez se destruye su cuerpo poco a poco, creando cicatrices nuevas en este.
Una vez que logró destrozar las alas de Jofiel, este cayo al suelo. Amaimon se acercó lentamente a Jofiel para dar el golpe final, pero un rayo cae del cielo, Rafael estaba enfrente de su hermano Jofiel listo para defenderlo.
-- La verdad del cielo habló y dijo que yo seré tu exterminador, Amaimon. No puedes ponerle un dedo más encima de mi hermano. – dijo Rafael muy enojado.
Rafael era uno de los arcángeles más fuertes, pues sabia como manejar todo tipo de magia. Él conocía la verdad del todo, su piel color canela estaba rodeada de rayos; sus alas verdes y sus ojos esmeralda imponían un poder tremendo.
Amaimon intentó atacarlo, pero antes de acercarse un rayo cayo encima de él. Este cayó arrodillado, pues no soportó tal impacto directamente del cielo, más aún por lo ya cansado y lastimado que había acabado luego de su pelea.
Rafael no lo atacó, solamente le quito las alas de su hermano cargándolas a él, también se llevó a Jofiel, que ya había regresado a su estado normal. Se lo llevó donde sus hermanos para que lo cuiden.
Miguel, estaba demasiado enojado, porque odiaba que esas bestias les ganaran a sus hermanos, a los arcángeles más poderosos, a los seres más perfectos.
-- Chamuel, espero tu asesines ese demonio – dijo Miguel viendo siguiente batalla que se desarrollaba.
Azazel estaba asustado, pues el poder de Rafael era increíble. Sabía que él nunca le podría ganar, pero por suerte se enfrentaría a Chamuel.
-- Angelita dime ¿Cómo quieres morir? – dijo Azazel muy confiado.
Chamuel en cambio no dijo nada, simplemente abrió sus hermosas alas rojas, entre todos los arcángeles, esas alas eran las pequeñas. Chamuel levanto su mano y empezó a mover sus dedos.
Azazel no entendía que estaba pasando, pero sus espíritus lo estaban empezando a atacar. Él estaba demasiado confundido, pues era la primera vez que lo desobedecían. Empezó a invocar más y más espíritus, pero cada uno de ellos lo atacaban.
- ¡Alto! ¡Purgatorio! – dijo Azazel gritando.
Todos los espíritus empezaron a desaparecer, la maldición de Azazel son los espíritus y su poder especial es "purgatorio", una manera de invocar y desaparecer espíritus a voluntad. Luego de que se retiraran los espíritus, Chamuel por primera vez en toda la batalla parecía querer decirle algo a Azazel.
-- ¿Así que ese es tu poder? Bueno, veamos... ¡Purgatorio! –gritó Chamuel
Todos los espíritus que Azazel había enviado al infierno, regresaron ayudando a Chamuel. Azazel estaba demasiado confundido, pues no entendía que acababa de pasar. La verdad era que Chamuel tiene la virtud más débil del cielo, pues solo puede robar la atención de una persona, pero Chamuel nunca la vio así, ella entrenó más que nadie y logró evolucionar su virtud, haciéndola una de las más poderosas del cielo. "Adoración", el poder de Chamuel estaba a tal nivel que incluso cualquier demonio, pecado o arcángel le entregaba sus dones mientras más atención le prestaba. En una batalla era una habilidad sumamente útil, porque no puedes concentrarte en otra cosa que no sea el contrincante.
-- Muere, Azazel, este es el comienzo del final. – dijo Chamuel con mucha confianza.
ESTÁS LEYENDO
DESCENDENCIA ARMONICA
AcakUna historia desde la creación de todo, cuando el mundo era desconocido y solamente existían los arcángeles, seres superiores. Luzbel es el más amado ya que carga "la marca" nadie sabia de esto ni siquiera Miguel, el hermano de este, ya que el padre...