POV HUGO
En este mismo momento debo admitir que estaba confundido por la forma de actuar de Alexandra. Estaba contento por habérmela cruzado en el bar, pero todo lo que dijo no tiene sentido ¿verdad? No, claro que no, eso no puede ser cierto, porque estoy seguro de que en caso de que sea cierto, todos estos años en mi trabajo no servirían para nada.
No sé a dónde me estaba llevando, pero la estaba siguiendo igualmente, quería ver qué era eso que me quería enseñar, pero por su cara, casi puedo asegurar que estaba convencida de que más tarde me iría. Iba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta que nos paramos en la puerta de una casa, supongo que la suya.
"¿Estás listo para saber la verdad?" dijo girándose "No estoy tan seguro de eso." En este momento estaba más confundido para entender lo que estaba pasando realmente. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, pero algo así como de tristeza, lo que me hizo fruncir el ceño. "Pues ahora vas a ver de lo que hablo."
Entramos en la casa, nos dirigimos escaleras arriba y nos metimos en unas de las habitaciones, un despacho para ser más exacto. Esperó a que entrara y cerró la puerta con seguro, lo que hizo que me pusiera un poco alerta.
"No te preocupes, no pienso hacerte nada, es para prevenir a mi hermana y a Diego a entrar." Dijo dirigiéndose al escritorio "¿Por qué iban a querer entrar?" pregunté siguiéndola y sentándome en una de las sillas "En este despacho solo se entra o para hacer un negocio o para discutir cosas sobre la mercancía."
"¿Mercancía de qué?" Empezó a sacar papeles de todos los lugares y a pasármelos. Acabó por sentarse en el sillón de enfrente y yo lo único que hacía era mirar para ella sin entender nada.
"Si quieres entender lo que está pasando y a lo que me refería en el bar, mira esos papeles. Estoy segura que te aclararán todas esas dudas que tienes." Empecé a mirar papeles y entre estrategias para pasar la mercancía, otros eran el dinero que ganaban con la mercancía, lo que gastaban en armas. Al parecer no estaba mintiendo cuando dijo que dirigía una mafia, y no me gustaba demasiado que digamos.
"Cómo te dije, no puedes hablar antes de saber la verdad." Dijo haciendo que levantase la mirada de los papeles para centrarla en ella "¿Por qué me enseñas esto?" pregunté más confundido que nunca "Porque te mereces saber la verdad, y porque debes adorar tu trabajo."
"En este mismo momento lo estoy odiando." Dije echándome hacia atrás en la silla "No digas eso. Como te dije, no soy la mejor persona que puedes tener a tu lado."
Todo esto era demasiado para mí, la persona por la que sentía algo, estaba metida en las mafias. Es que el destino tiene que estar en mi contra o algo. Empecé a andar de un lado a otro intentando encontrar respuesta a esto, pero simplemente, no la veía.
"Te estarás preguntando como me metí en este negocio, pero si te sirve de algo, no llevo prácticamente nada en este negocio." Dijo "¿Cuánto?" me paré, esperando por la respuesta "Un par de semanas, y lo estoy usando para conseguir un objetivo."
"Estoy seguro que lo puedes conseguir de otra manera, no de esta Alexandra. No me gustaría tener que escoger entre mi trabajo o a ti." Una sonrisa apareció en su rostro y negó "No tienes que escoger. Si te lo dije con tiempo es para que te centres en tu trabajo."
Esta vez fue mi turno de negar. Puede ser que no nos conozcamos de más de un par de horas, pero sentía una conexión con esta chica, una que ni siquiera sentí con Amelia "Pero no lo puedo hacer." dije "No nos conocemos de nada Hugo, solo hablamos un par de veces."
"Eso me da exactamente igual. Lo que siento por ti no se irá de ahí." Me senté de nuevo en la silla y apoyé mis brazos en mis rodillas "No puedes estar seguro si ni siquiera lo intentas." Dijo con el ceño fruncido "Es que tampoco quiero intentarlo. Estoy seguro de que te puedo ayudar a conseguir esos objetivos si necesitas mi ayuda."
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Heredera de la Mafia [Terminada]
AksiyonDespués de doce puñeteros años encerradas en ese sótano siendo violadas y golpeadas cada segundo de nuestras vidas, logramos escapar de ese lugar asqueroso en el que llevábamos desde los seis años y sus padres las vendieran por un poco de dinero par...