◖Capítulo 12◗

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Someone call the doctor 'cause I lost my mind
'Cause I'm doing things that I normally won't do
The old me's gone, I feel brand new
And if you don't like it, fuck you

Not Myself Tonight - Christina Aguilera

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Han transcurrido dos semanas desde aquella noche en que mi misión fue completada. Me deshice de aquello que pudiera incriminar a mi vecino y traicioné mi moral al darle la espalda a Maya.

Todo ha estado muy calmado desde entonces.

Los alumnos de mi escuela y el resto de la ciudad actuamos como de costumbre, porque un evento no definirá o cambiará nuestras rutinas. 

Los adultos han seguido adelante puesto que una jovencita no es tan importante para ellos, y los únicos que han quedado con un vacío permanente en su pecho, son los padres de la chica.

He aprendido que nadie somos indispensables en esta vida. A pesar de recibir comentarios de amigos diciendo que no podrían haberlo logrado sin ti, o de tu pareja confesando que el mundo sería un sufrimiento sin tu presencia a su lado, al final todos caminamos hacia adelante y dejamos el pasado, pues, en el pasado.

El sentimiento de luto dura unos cuantos días, meses o inclusive años como máximo, en donde la tristeza, ira y confusión llenan nuestra mente como reacción natural a los sucesos, pero después nos acostumbrarnos a la ausencia de la persona y llega un punto en que olvidamos por completo al ser humano que alguna vez estuvo con nosotros.

Especialmente si es un vecino a quien solo saludabas antes de ir al trabajo o un compañero de clase con quien solo intercambiaste un par de saludos en el año, el tiempo de extrañarlo no dura más que un periodo breve de tiempo.

En parte es bueno no quedarnos anclados a lo que alguna vez fue, pero por otro lado se siente inhumano el hecho de borrar de tu cabeza a alguien que quisiste y compartió grandes momentos especiales contigo.

Pero a pesar de todo, agradezco que la culpa haya abandonado mi pecho porque admito que los primeros días la pasé mal.

Al dormir por las noches, cada vez que cerraba los ojos para parpadear o cuando mi mente divagaba, los recuerdos de Maya inundaban mi mar de pensamientos con sufrimiento y dolor.

Mi padre y amigos cercanos percibieron una actitud extraña de mi parte, pero al ver que con los días todo volvía a la normalidad, que la Liv de siempre seguía dentro de mí, hicieron a un lado sus preocupaciones y ahora todo luce como si nada malo hubiese ocurrido.

Mantengo la vista sobre mi maestro de Historia Universal mientras nos informa sobre nuestro próximo proyecto, el cual consistirá en formar equipos de tres integrantes para crear una maqueta, un platillo y una exposición sobre un país que él nos asignará, con la finalidad de ampliar nuestro conocimiento cultural de otros territorios.

Es lindo ver el entusiasmo en sus ojos y la emoción en su voz, pero lamentablemente la actitud de los alumnos no es recíproca, ya que todos están distraídos en otras cosas y cayéndose de sueño porque llevamos todo el día en la escuela.

—Tú, Elsie y yo, ¿qué te parece? — Tammy, quien comparte la butaca dual conmigo, me dice en voz baja.

La observo con una sonrisa, —Duh.

La sinergia entre nosotras tres es increíble al momento de participar en proyectos escolares. Cada una cuenta con talentos distintos, que al unirlos, forman resultados más que formidables. Es por ello que no me gusta trabajar con otros compañeros, porque la dinámica es distinta y no se puede confiar en sus flojos traseros.

LIV OR DIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora