(El final)
HAZEL
Una luz tragó a todos los presentes en el salón.
Solo tardó un segundo, pero fue suficiente para dejarme desorientada.
Agradecí mentalmente a Frank por haber estado sujetando mi mano, pues eso fue lo único que evitó que cayera. El príncipe también lucía perdido, y por cómo me dio un apretón en la mano, deduje que también estaba aliviado por ese estabilizador.
Miré a mi alrededor, asegurándome que el resto estuviese bien, luego dirigí mi vista a dónde mi hermano yacía en el piso. Solace estaba a su lado.
Luego... luego recordé todo lo que había pasado por mi culpa y me solté del cuidado de Frank. No lo merecía.
Tres años habían pasado desde la muerte de la princesa de Artemisa, dos desde el encierro de Minos, y uno desde el destrono de Nico.
Hubo un momento en el que creí que los demás gobernantes querrían la cabeza de mi hermano, sigo creyendo que de no ser por la intervención del príncipe Solace y los hijos de Ares VIII, habrían conseguido sacársela...
Me miré al espejo. La túnica de reina no se sentía bien en mí, pero desde que Frank subió al trono, una semana atrás, desde que Frank me había preguntado ser su pareja en trono... bueno... es difícil negarse a sus ojos de perrito pateado.
Nico había estado furioso al enterarse, no lo culpo, teniendo en cuenta que tengo dieciséis y todo eso, pero él sería hipócrita si habría intentado cancelar la coronación, especialmente considerando cómo fue rey a los catorce.
De vez en cuando voy al castillo de mi infancia. No fue una vida fácil... pero al menos, tras la muerte de mis padres y hermana, tuve quien me cuidase.
Nico no.
Nico tuvo a un traidor que lo habría matado solo para conseguir una corona y un título.
Miro los muros del ahora museo y me alegro por mi pueblo.
No el de mi Frank, (nunca lo llamaré Ares IX, eso sería ridículo considerando que técnicamente, ese título debería ser de su hermana), sino el que me vio crecer.
Entro al salón donde condené a los que me importaban, y me alegro que Hades haya sido nombrado como territorio neutro en el Nuevo mundo.
Donde antes habían trece, ahora solo quedan 5 reinos, por lo que fue un alivio no tener a ningún regente pelear por mi hogar.
Visito un día a mi cuñada en la tierra de Apolo.
Clarisse parece feliz.
Nico y Will irradian luz cuando los veo.
Apolo fue el único sitio del que Nico no fue exiliado por mi culpa.
Sonrío, pues su esposo hizo todo lo posible para que eso fuese asegurado.
Han pasado seis años desde el rey de los fantasmas, habiendo quedado meros mitos de lo que había sucedido para su caída, habiendo los demás gobernantes decidido no dar a conocer al público de lo ocurrido.
Diez años han pasado, y agradezco a mi hermano por todo lo que hizo por proteger a los suyos.
No puedo ignorar todo el sufrimiento que él causó, pero yo también tengo sangre en mis manos, y eso no ha hecho que él me viese diferente.
Leo ríe con Frank mientras Esperanza, (la hija del mecánico y Calipso), y Sammy (mi hijo y el de el cambia-formas), compiten por quién tiene la magia más asombrosa de todos.
Me uno a la risa.
Me alegro que Nico haya librado el poder de nuestra tierra, para que todo aquel que lo desee pueda usar el poder que por tanto tiempo fue oculto de los ojos ajenos.
Sí, había sido un problema al principio, pero ver a los infantes mantenerse en equilibrio con sus cortas piernas mientras invocaban fuegos artificiales lo valía.
(N/A: Sip. Final súper apresurado, y en serio lo lamento, pero necesitaba ya acabar esta historia)
ESTÁS LEYENDO
The Ghost King
FanfictionMi padre agonizaba, mi hermana Bianca y mi madre Maria acababan de morir por la guerra reciente contra el reino de Ares, y mi hermanita Hazel, no paraba de llorar. Estaba harto. Mi suerte no podía ser peor...