Le prove

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LAS PRUEBAS

Esa noche, mientras me dormía, pensé en las pruebas que había formado, y entre una sonrisa malévola, cerré los ojos, y acomodé mi cabeza en mi suave almohada negra. <<De seguro salen huyendo, en el mejor de los casos, se tirarán por una ventana>>pensé, mientras me sumergía en un profundo sueño.

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A la mañana siguiente, me presenté en el comedor con mi chaqueta de aviador favorita, una licra negra apretada, y unas zapatillas negras, desgastadas.

Todos, incluso Minos, quien estaba parado alado de mi silla de la mesa, se quedaron estupefactos al verme con ropa tan informal.

(Todos llevaban puestos sus mejores galas). Pff, como si fuese un evento importante. Sólo es un desayuno!Pensé, mientras me sentaba en mi puesto, en la cabecera de la larga mesa negra, al otro extremo, mirándome con una sonrisa, estaba Hazel, quien se había puesto un vestido morado con detalles dorados. (No entiendo por qué todos se habían puesto tan elegantes).

Entonces, Minos se acercó, y me susurró furioso en el oído.

—Su majestad, qué cree que hace presentándose así ante las princesas, y probables esposas suyas!!—Al notar, que no lo hacía caso, añadió;- usted está destrozando el honor de su reino!!!

Me limité a rodar los ojos, para luego observar a los presentes en mi mesa.

A mi lado derecho, estaban colocadas todas las princesas, mientras que en el izquierdo, estaban los acompañantes.

Entonces, hice un movimiento con la mano, y en un par de minutos, todos tenían huevos revueltos con tocino, wafles y zumo de naranja en los platos frente a ellos.

Yo por otro lado, tenía una hamburguesa con patatas fritas, y coca-cola.

No creo que esto sea buena idea, pequeño príncipe...

Hice un gesto con mi mano, como si espantase una mosca. Nadie pareció darse cuenta.

Hazel miraba desconfiada el sandwich que reposaba en su plato.

<<Chica lista>>, pensé, mientras hacía como si me metiese una papita frita en la boca.

Como si con ese gesto les hubiese dado permiso para comer, algunos cuantos empezaron a partir emocionados sus wafles, mientras que otros se los quedaban viendo pensativos.

—ALTO—un chico rubio, saltó en su puesto, y le quitó de un manotazo el cubierto, que la novia enfrente suyo estaba llevándose a la boca.

Algunos guardias, se tensaron, pero como no les hice ninguna seña, se quedaron parados.

—Algún problema?—Lo miré pacíficamente.

—Esto no es comida, son...- Entonces, ante la mirada de todos, la comida y el jugo se convirtió en repugnantes gusanos.

Contuve la risa mientras veía que muchos se ponían verdes, y sufrían de arcadas.

Mi hermana me vió con falsa reprobación. (En el fondo le divertían mis actos infantiles).

—Cómo...?- Entonces me fijé en uno de los acompañantes, que tenía los ojos verdes mar, me miraba fijamente, mitad horrorizado y mitad impresionado.

Me demoré  un poco en apartar mis ojos de los suyos, pero tenía que decir algo.

— Algo que tienen que saber de este reino, es que nosotros creemos en la magia...—Cogí un gusano con mi tenedor, y me quedé mirándolo por un tiempo.— ...Y mi familia sabe cómo controlarla —miré a las novias,— si quieren gobernar a mi lado, tendrán que aprender a controlarla. POR USTEDES SOLAS.— Y con una sonrisa cruel agregué, —Sus acompañantes pueden ayudarlas.

Tras decir esto, salí del comedor con paso resuelto.

The Ghost KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora