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Dejó caer el bolso lleno de sus pocas pertenencias sobre el baúl del hombre que mantenía la mirada sobre ella, analizando sus movimientos, interesado en ellos. Volteó dando a entender que estaba lista al fin, tenían un viaje de tal vez media hora según el mayor comentó una vez su propuesta fue aceptada.
El sentimiento de extrañez se expandió con rapidez sobre ella, subirse a un auto funcional no era algo que le pasará diariamente, ser obligada a usar el cinturón del mismo tampoco. Tenía un millón de dudas con respecto al lugar al que se dirigían, ¿Acaso era tan seguro como Aaron prometía?
Lo dudaba mucho.
Galathea no tenía esperanzas por demás, las había perdido tiempo atrás.
El hombre por su parte debía admitir sentirse preocupado por la rubia, volver a integrarse en una pequeña sociedad luego de pasar tanto tiempo viviendo de forma hostil debía ser difícil, aún más para una adolescente.
El motor se detuvo, parando al coche en consecuencia. Se permitió soltar un suspiro antes de desabrochar la protección sobre su cuerpo, observando a través de la ventana los altos muros de metal.
— ¿Nerviosa?
— ¿Debería estarlo? — dirigió sus verdosos ojos a el, frunciendo ligeramente el ceño.
— Nah, ellos son los que deberían estar nerviosos. — mencionó refiriéndose a los ciudadanos de Alexandria, una pequeña sonrisa cómplice entre ambos fue suficiente para que bajaran del vehículo dando por terminada esa conversación.
Las grandes rejas de entrada fueron abiertas con lentitud, revelando a un hombre el cual no dudo mucho en abalanzarse contra Aaron quien gustoso acepto el abrazo. Sintiéndose mal tercio, thea se adentró unos pasos dando una vista panorámica del lugar.
