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Un intenso sabor a brillo labial de fresa choco con suavidad contra sus labios, algo extraño teniendo en cuenta que Rhee era alérgica a ese tipo de fruta. Se quedó perpleja en su lugar por unos segundos, aturdida ante el relajante toque de su chica, más solo le tomo un instante para darse cuenta de que no estaba soñando y con rapidez cerro sus ojos dejándose llevar por el momento, en un confiado movimiento decidió profundizar el beso tomando la cintura de la chica en lo que esta mantenía una mano en su nuca y otra en la camisa a cuadros de thea, a su defensa, Carl era jodidamente despistado.
Sus narices rozaban con cierta torpeza, no era el primer beso de ninguna; Enid se vio obligada a besar a Ron Anderson en ciertas ocasiones mientras que Goodwin había "besado" a uno de sus compañeros en primaria, nada muy especial realmente, o bueno, nada como lo que ellas tenían. No pudo evitar dejar escapar una leve sonrisa en medio de la cercanía entre sus cuerpos la cual era casi infernal, derritiéndose ante la calidez que la castaña desprendía de a montones.
De ser extrañas a tener el corazón de la otra en las manos. Hundiéndose entre un beso intenso e inocente, sintiendo algo más haya de todo, más haya de un simple amorío juvenil, estaban logrando amarse de una forma con la cual el resto solo podía soñar. Todas aquellas miradas diarias, todos y cada uno de los suspiros, esos leves roces entre ellas; todo aumentaba las ganas que ocultaban de por fin sentir los labios de la otra.
De pronto no todo se trataba de sobrevivir.
- ¡Por el amor a Dios! ¡Consigan una habitación! Hey tú, Rubia, la estás succionando, ¿Tratas de besarla o comerla? - vocifero quien consideraron era Atenea a juzgar por ese insoportable e infantil tono de habla desde la ventanilla del auto.
