10.- Año Nuevo, Vida Nueva

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EMMA

La víspera de año nuevo llegó, los abuelos habían planeado una cena especial, invitarían algunos de sus vecinos y amigos, el ambiente festivo se respiraba en el aire.

Necesitaba hacer unas compras de último momento, Santi y yo fuimos los elegidos para acompañarlos,desde que se entraron de nuestra relación secreta, se volvieron nuestros cómplices y nos ayudan a pasar tiempo juntos.

- ¿Sabes manejar muchacho? - pregunto el abuelo.

Santi asintió inseguro, el abuelo le lanzó las llaves y se acomodo en el asiento trasero, la abuela subió sonriente acomodándose juntó a él, Santi arrancó después de colocarnos los cinturones, debo admitir que maneja bien.

La abuela iba indicando los lugares a los que debía ir, observé como el abuelo la tomaba de la mano y se la besaba cariñosamente, ella le acarició con ternura la mejilla, finalmente se besaron, Santi los observó por el espejo retrovisor y emocionado sonrió.

- Podríamos ser nosotros en un futuro - comentó y me tomó la mano.

Observé nuestras manos unidas, ¿Futuro?, Era una palabra con mucho significado y sentía que aún no estaba preparada para enfrentarlo.

- Te quiero - comentó y observé su perfil.

- Te quiero - respondí mecánicamente.

La palabra futuro, no dejaba de repetirse constantemente en mí cabeza, nuestra última parada fue el supermercado, el abuelo tomó un carrito y comenzó a recorrer los pasillos en compañía de Santi.

- ¿Estás bien? - pregunto la abuela y pasó un brazo por mis hombros.

- Santi habla de futuro y no soy capaz de enfrentarme a mí madre en el presente - expliqué preocupada.

- Sólo te diré que disfrutes del momento y si tú destino es a su lado, la vida se encargará de ordenar el camino.

La abuela me besó a frente y nos unimos a ellos para terminar las compras, estábamos formados para pagar y un atractivo joven se acercó a nosotros.

- Amelia, Javier, no esperaba encontrarlos aquí - comentó el desconocido.

Los abuelos le sonrieron y saludaron amistosamente.

- ¡Joaquín que agradable coincidencia!, te presento a mí nieta Emma y su amigo Santiago - intervino la abuela.

El tal Joaquín nos extendió la mano, para saludarnos.

- Emma, un lindo nombre para una linda chica - mencionó coqueto.

Santi tomó mí mano libre y tiró levemente sin hacerme daño, para separarnos, el abuelo decidió intervenir.

- Esperamos contar con tú presencia y la de tú familia está noche.

- Gracias por la invitación, ahí estaremos Javier - respondió educadamente.

Se despidió, sin dejar de coquetear me guiñó un ojo, escuché un no me agrada de Santiago, yo no terminaba de procesar lo ocurrido, regresámos a la casa, ayudamos con las bolsas de las compras y luego nos mandaron arreglarnos, Lucía, Claudia y la abuela se ocuparían de la cena.

Entre a mí habitación, busque en el clóset la ropa que utilizaría, elegí el vestido de murciélagos, unas medias negras y las botas Timberland, me dí un relajante baño, una vez lista y satisfecha con mí elección, abandoné la habitación.

- Luces muy guapa está noche - elogió Santiago.

Me sonroje al escucharlo, le agradecí y continuamos nuestro camino, en la sala ya se escuchaban varias voces, le dije a Santi que se adelantará, iría a la cocina ha preguntarle a la abuela si me necesitaba, ella me aseguró que todo estaba bajo control y el comedor ya estaba listo.

Nos reunimos con el resto de los invitados, los abuelos hicieron las respectivas presentaciones y saludé amablemente a casa uno.

- He encontrado a la chica más guapa de la noche - mencionó Joaquín al verme.

Me sonroje y desvíe la mirada, observé a Emily tomada del brazo de Santiago, ambos sonreían felices, mí hermana vestía un espectacular vestido corto y entallado, que marcaba a la perfección sus curvas, además de llevar tacones y un maquillaje perfecto, era hermosa.

No pude evitar observar mí atuendo con tristeza, jamás sería tan perfecta como ella.

- No necesitas hacer comparaciones, eres bellísima - comentó Joaquín y me regresó al presente.

Le agradecí por el comentario y conversamos durante la velada, era agradable, a la media noche brindamos por el nuevo año y pedimos deseos, decidida, me alejé del alboroto y la gente, subí hasta mí habitación para escribir un corto mensaje.

✉️ Ven a buscarme, estoy en mí habitación y te tengo una sorpresa. 😉

Con manos temblorosas lo envié, a los pocos minutos Santiago entraba por la puerta, me lancé a sus brazos, puso el seguro y comencé a besarlo, correspondió de inmediato, nuevamente me invadió ese calor desconocido.

Nerviosa y temblorosa comencé a desabotonar su camisa, recorrí su cuerpo con ambas manos, se erizó con mí tacto, dejó de besarme y se alejó para poder observarme, mis manos se encontraban en la hebilla del cinturón e intentaba desabrochar.

- ¿Estás segura de ésto? - preguntó excitado.

Asentí de inmediato y me besó apasionadamente, también estaba excitada, con trabajo le desabroche el pantalón, metí amabas manos en sus caderas para intentar bajarlo, me detuvo y en un rápido movimiento me dejó sin vestido.

- Eres jodidamente hermosa y soy un maldito afortunado de tenerte - comentó mientras me recorría con la mirada.

Cohibida intenté inútilmente cubrirme con las manos, lo evitó y observé como le brillaban las pupilas por el deseo, desesperados terminamos por desvestirnos, cuidadosamente me acomodo en la cama y repartió suaves besos, desde el cuello hasta el ombligo.

Continúo bajando e instintivamente cerré las piernas, lo sentí reír sobre mí piel caliente, lentamente y con cuidado volvió abrirlas, con su lengua recorrió mí intimidad, un par de escalofríos recorrieron mí columna vertebral, sentí como exploraba mis pliegues con su dedo y lo introdujo sin avisar.

Solté un gritó de sorpresa nuevamente lo escuché reí, lentamente comenzó a moverlo y una vez que me acostumbré a la invasión, incremento el ritmo, hacia círculos en mí clítoris con su lengua, no resistí y estalle en un sonoro orgasmo, al abrir los ojos, me encontré con un Santiago sonriente.

Observé sin descaro su cuerpo y centré mí vista en su prominente erección, mientras su lengua jugaba con la mía, comenzó a frotarse en mí entrada, levanté un poco las caderas en busca de mayor contacto, dejó de jugar y finalmente me penetró.

Sentí una horrible punzada de dolor y se escaparon un par de lágrimas, las limpió cariñosamente con un par de besos, luego comenzó a moverse, cuándo el dolor se convirtió en placer, le pedí que incrementará el ritmo, lo que estaba sintiendo no podía describirlo con palabras.

Sentí mis músculos comenzar a contraerse nuevamente, anunciando un nuevo orgasmo, incremento sus embestidas y llegamos juntos, agotado apoyó la frente en mí pecho, ambos intentábamos regularizar nuestra respiración.

- Te amo - soltó de pronto.

Me quedé estática, salió de mí con cuidado, camino desnudo hasta el baño y regresó con su bóxer puesto, se sentó en la orilla de la cama dándome la espalda.

- Quizá pienses que es demasiado pronto para decirlo, pero es lo que siento y no quiero ocultarlo.

- Te amo - dije en su oído.

Yuritzin PM

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