32.- Disfrutando el Embarazo

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SANTIAGO

Ya ha pasado un mes desde que asistimos al juicio y dimos por finalizado re capitulo, desde entonces la tranquilidad se respira en el aire, Emma ha llegado al sexto mes de embarazo sin complicaciones, hoy le harán un ultrasonido y tal vez podamos conocer el sexo de nuestro pequeño bebé.

Originalmente lo sabríamos en el quinto mes, pero en ese entonces el estrés por el que pasaba Emma, hizo que nuestro bebé no se dejará ver y afortunadamente a pesar de todo el pequeño estaban en perfecta salud, me sentía el hombre más afortunado de poder compartir esta etapa con mí pequeña que para mí era completamente nueva.

Desafortunadamente no pude estar a su lado durante el embarazo de mis mellizos y es algo que siempre me voy a reprochar, es por eso que trataba de disfrutarla al máximo, desde acompañarla a cada consulta, sostenerle el cabello mientras vomitaba por las mañanas, hasta cumplirle sus más extraños antojos, que por lo general eran más intensos en la madrugada.

Ahora que ya no era residente en el hospital y trabajaba como médico titular, cubría sólo el turno matutino de las consultas, lo que me permitía convivir y pasar más tiempo con mí familia, unos golpes en la puerta me trajeron de vuelta al presente.

- Adelante - indique.

- Doctor Santiago lo busca su esposa - informó la enfermera.

"Esposa" que bien se escucha, aunque por el momento decidimos aplazar la boda y esperaba muy pronto retomar esos planes.

- Gracias - mencioné mientras me quitaba la bata y tomaba mis cosas.

Emma estaba sentada en la sala de espera, vestía un suéter negro y un leggin azul marino con estampado de calaveras, además de sus clásicos vans negros, desdé que la conozco no ha perdido su estilo y eso es sólo una de las muchas cosas que me encantan de ella, siempre ha sido auténtica.

- ¿Estás lisa pequeña? - llamé su atención cuándo llegué junto a ella.

Alzó la vista y me sonrió como respuesta, tomados de la mano nos encaminamos al consultorio de la ginecóloga, al llegar me acerque a la recepción e informe a la enfermera sobre nuestra consulta, nos llamaron a los pocos minutos de haber llegado.

- Santiago, Emma pasen por favor - comentó Julia la ginecóloga.

Sin perder más tiempo le indicó a mí pequeña que se colocara sobre la camilla, subió su suéter para dejar al descubierto su abultado estómago, colocó el clásico gel y Emma se estremeció un poco al sentirlo, tomé su mano para que sintiera mí apoyo.

Julia comenzó a pasar el aparato por su vientre mientras observaba atentamente la pantalla, un par de golpeteos se escucharon en todo el consultorio, eran los latidos de nuestro bebé, observé a Emma, tenía los ojos llenos de lágrimas y sonreía emocionada, le dí un casto beso en los labios antes de centrar nuevamente mí atención el la pantalla.

- Bueno, todo parece estar en completo orden - explicó la ginecóloga - Haber bebé no seas tímido y muéstrate ante tus padres.

Nuevamente movió el aparato y sonrió antes de hablar.

- Santiago, Emma, ¡Felicidades serán papás de una niña! - confirmó.

Emocionado abracé y besé a mí pequeña.

- ¡Una niña!, ¡Otra princesa! - comenté emotivo.

Emma pareció haberse quedado sin palabras y derramaba lágrimas de felicidad.

- Te amo pequeña Emma, gracias por darme una familia y hacerme el hombre más feliz - mencioné mientras le besaba sus labios.

- Te amo - respondió en voz baja.

Julia nos extendió la foto de la ecografía y una servilleta de papel, limpie el vientre de Emma con cuidado para finalmente besarlo, la tomé e la cintura y ayudé a bajar de la camilla para reunimos con la ginecóloga en su escritorio, después de las recomendaciones de cada mes, nos dió una fecha aproximada del parto.

Regresámos a casa dónde nos esperaban nuestras familia y amigos, todos estaban ansiosos por conocer el sexo de los bebés, ya que Emily había asistido a su consulta hace un par de días, donde también le rebelaron el sexo, las gemelas habían llegado al acuerdo de que juntas darían la noticia.

En cuánto entramos a la casa, Emily tomó la mano de Emma y se apartaron del resto, encerrándose en nuestra habitación.

- ¿Entonces nos darás un adelanto? - preguntó Jazmín

Negué de inmediato.

- Que aburridos son, David también se ha negado a darnos una pista - agregó Humberto.

Observé a David, quien sólo alzó lo hombros y le restó importancia, mamá informó que la comida estaba lista, todos comenzamos a tomar nuestros lugares en el comedor, pero antes de iniciar las gemelas reaparecieron con una enorme caja blanca.

- ¿Están listos para el momento de la verdad? - preguntaron emocionadas y al mismo tiempo.

Los niños fueron los encargados de abrir la caja, un pequeño ruido se escuchó al levantar la tapa, seguido de confeti mezclado con humo lila, para finalmente elevarse un globo blanco que tenia escrito "esperamos una niña", dando por confirmada la noticia.

- Familia les tengo otra sorpresa - comentó Emi, antes de que la felicitaran.

Estiró una mano en dirección a David, quien rápidamente la tomó y se acercó a ella, ambos se aclararon la voz antes de gritar al mismo tiempo.

- ¡Estamos esperando gemelas!.

La noticia nos tomó por sorpresa, pero finalmente terminamos aplaudiendo y nos acercamos a felicitarlos al igual que a mí pequeña, la familia estaba en aumento.

Tres meses después

Este día había sido bastante agitado, después de las consultas el director del hospital me pidió cubrir urgencias, según sus palabras era el médico general más capacitado para cumplir con el trabajo, claramente me estaba adulando para que así no pudiera negarme, cosa que funcionó, llame a Emma y le informe que llegaría tarde a casa.

La noticia no le agradó pero finalmente no le quedó de otra más que aceptar, me preocupo un poco escucharla quejarse un par de veces, le restó importancia y aseguró que todo estaba bien, que si algo ocurría de inmediato se pondría en contacto conmigo para informarme, sinceramente sus palabras no me tranquilizaron.

Pero decidí confiar en ella y concentrarme en el trabajo, toda la tarde estuvo bastante movida, prácticamente me la viví en el quirófano ocupando con las operaciones de urgencias, pasaban de las nueve de la noche mí turno estaba por finalizar, cuándo llegó una nueva emergencia que requería de una intervención.

Cansado solicite nuevamente el quirófano, las enfermeras prepararon con rapidez al paciente e inicié, estaba a mitad del trabajo cuándo mí celular empezó a sonar insistentemente, le pedí a una de las enfermeras que lo pusiera en silencio para evitar distracciones.

- Doctor las llamadas son de su esposa - informó la enfermera.

Le pedí que le informará que estaba a mitad de una operación y en cuánto me desocupara le regresaría la llamada.

- Doctor su esposa dice que ha roto fuente - informó nuevamente.

Detuve mis acciones, le indique que pusiera el altavoz, antes de hablar escuché un fuerte gritó y la llamada se cortó.

Yuritzin PM

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